Afirma Magdalena Ramos, secretaria del Comité Local del Movimiento Patriótico en Teguise (Lanzarote), que en estos momentos una parte de la sociedad canaria tiene que hacer un gran esfuerzo para quitarle la venda de los ojos "a un sector de nuestro pueblo que sigue obsesionado con el espejismo de la españolidad". La venda de los ojos y la narcosis en la que nos han sumido, interesada y torticeramente, los españoles para de esa forma prolongar su dominación colonial sobre estas Islas, decimos por nuestra parte. Añade Magdalena Ramos en una entrevista que publicamos ayer domingo una pregunta que muchas veces hemos denunciado, desde nuestros comentarios y editoriales, como la clave de los peninsulares para mantenernos en la somnolencia: "¿De qué vamos a vivir?", se preguntan los canarios tibios y los amantes de la españolidad. La respuesta que da nuestra entrevistada es magistral. "Esa es la pregunta que suelen hacernos en la calle los desconocedores de la realidad que sufre nuestro pueblo", dice. "Y la triste realidad es que en la actualidad, la Seguridad Social obtiene unos 2.700 millones de euros en beneficios de Canarias. Más otros 6.000 millones de euros anuales que recauda la Hacienda española. Díganme ustedes si con ese dinero no podríamos vivir sin necesidades en nuestro Archipiélago... Pero claro, luego nos dicen que somos nosotros los que vivimos de las limosnas que nos dan Madrid y Bruselas. Ese es el espejismo que hay que combatir para que toda la sociedad se una ante la gravísima situación económica de Canarias".

Una situación económica, añadimos por nuestra parte, que sería difícil en estos momentos, pues la crisis afecta en mayor o menor medida a todos los países del mundo. Sin embargo, sin la dependencia española, sin la imposibilidad de administrar nuestros recursos -tanto los presentes como los potenciales, que pueden ser muchos-, el mal momento económico degenera en el hambre y la miseria que cunde, cada día más, en los hogares canarios. Somos conscientes de que muchos tratan de descalificarnos, y aun de ridiculizarnos, por nuestras ideas. Allá cada cual. Pero ninguno ha sido capaz de rebatir con seriedad cuanto decimos. Basta recordar nuestra historia reciente. ¿Con qué países comerciaban las Islas Canarias en los pasados siglos? ¿Con España? Qué va; la península estaba arruinada con el dispendio de los reyes españoles en sus estúpidas guerras europeas. Contiendas innecesarias, como todas, que pagaban con el oro saqueado de sus colonias americanas a golpes de látigo. Esa es España y su historia; la nación a la que quieren mantenernos esclavizados los amantes de la españolidad y también los canarios al servicio de la Metrópoli -vergonzosos canarios en cuanto son manifiestos traidores a su tierra- porque le tienen miedo a la libertad. Como si la libertad fuese algo terrible, en vez del don más preciado que puede poseer cualquier ser humano. ¿Con qué países comerciaban nuestras Islas?, volvemos a preguntarlo. Con Inglaterra y otras naciones europeas. Esas mismas naciones que hace tiempo que han empezado a salir de la crisis, mientras que la España de Zapatero sigue hundiéndose en la miseria. Hasta Angela Merkel ha tenido que ofrecerle puestos de trabajo al presidente del Gobierno de España para que sus millones de parados no terminen por echarse a la calle -que lo harán, posiblemente antes de lo que piensa él mismo- y hagan rodar tantas cabezas como las que cayeron a consecuencia de los fastos y los abusos de la corte de Versalles. Algo que no queremos ver, pues somos ante todo pacifistas, pero no se le puede seguir tomando el pelo a la gente indefinidamente.

Coincidimos con Magdalena Ramos y con muchos patriotas como ella: Canarias no puede seguir dependiendo de España porque después de casi seis siglos de dominación ha llegado la hora de recuperar las tierras que les fueron arrebatadas a nuestros antepasados y porque no necesitamos a España para nada. Es España la que necesita a Canarias para seguir exprimiéndola con sus impuestos.

La independencia tiene que llegar aunque la Península, es decir, la Metrópoli, le siga concediendo todo a Las Palmas, que es su principal aliada contra el patriotismo canario. Que se queden los canariones "grancanarios" vinculados a los amos peninsulares, como lo hicieron con Francia los habitantes de la isla Mayotte cuando se independizaron las Comoras. Nosotros, al igual que la mayoría de los canarios, queremos nuestra libertad, nuestra identidad y nuestra dignidad. Una dignidad de la que carecemos mientras no seamos canarios cuando vamos por el mundo, sino españoles postizos o bastardos.