SOMOS UNA COLONIA que España disfraza de autonomía, pero no nos suelta. Y esto, en el mundo, más aún al amparo de la Resolución 1.514 del Comité de Descolonización de los Pueblos de las Naciones Unidas, supone una situación vergonzosa. Sólo el hecho de tener que decirlo ya es suficiente para que se nos caiga la cara de vergüenza. Por si fuera poco, cuando decimos que somos españoles no nos cree ni Dios. Igual que no se creen que sean franceses los habitantes de Martinica, Guayana, Reunión y todos los territorios franceses de ultramar. ¿Cuántas veces hemos dicho esto? Cientos de veces. Y lo seguiremos argumentando porque no somos españoles sino canarios esclavizados por los españoles. Isleños, o indígenas de ultramar, explotados por los galeones de la nación colonizadora. Porque al igual que los galeones se llevaban en otra época el oro y las especias de las colonias americanas, hoy las oficinas de la Hacienda española y otras "haciendas privadas" europeas saquean de igual forma nuestros recursos. Los amerindios fueron sometidos con la espada y la cruz que portaban los conquistadores, tras lo cual vivieron como esclavos durante los cuatro siglos que duró el colonialismo hispano en la América continental y los cinco siglos que se prolongó en Cuba. En Canarias llevamos casi seis siglos de colonizados. Los canarios seguimos siendo, a día de hoy, esclavos de los españoles. No esclavos con cadenas y conducidos de un lado a otro a golpes de látigo, como nuestros antepasados los guanches, pero sí esclavos administrativos sin capacidad de decisión sobre nuestra tierra, sin identidad y, consecuentemente, sin dignidad.

Qué pena tener que vivir así, cuando podríamos ser libres y estar orgullosos de nuestra estirpe nacional guanche, de nuestros menceyes, de nuestros antepasados. Lejos de todo eso, hoy sufrimos la opresión española; y en la actualidad, también la opresión socialista. Padecemos la miseria que nos ha traído el socialismo. También vivimos con miedo a que Marruecos decida, de la noche a la mañana y sin previo aviso, ya que no tiene que avisar a nadie, convertirnos en una provincia suya. Vivimos con ese miedo golpeando nuestras puertas y haciéndonos sentir latigazos de temor en nuestro corazón. ¿Cuánto tardaremos en estar anexionados a Marruecos? Anexionados con total y absoluta autonomía, pero formando parte del territorio nacional marroquí. A veces hasta nos preguntamos con quién viviríamos mejor: dominados por España o por Marruecos. Porque Marruecos fue un país ocupado. Decimos ocupado para que lo sepa quien debe saberlo. Ocupado por Francia y por España hasta que la presión de los rifeños por un lado y la del pueblo marroquí o moro por otro (que no se excite el gran denunciador y nos demande por usar el término moro) liberó al país de los franceses y los españoles. Los franceses fueron más inteligentes y civilizados y se retiraron primero que España. Si no, España hubiera seguido allí.

DE TODAS FORMAS, ¿por qué españoles colonizados, o marroquíes, o europeos ultraperiféricos y no canarios, que es lo que en realidad somos? Canarias necesita su estado para promulgar sus leyes y llegar al bienestar. Canarias necesita su libertad para que los canarios puedan comer en sus casas y no en los comedores de la beneficencia. ¡Qué vergüenza lo que están haciendo los políticos con la orgía electoral que ya se ve venir! ¿Para qué queremos un Parlamento que no sirve? Porque el debate sobre el estado de la nacionalidad celebrado en un Parlamento autonómico es una pura farsa mientras estas Islas sigan siendo una colonia disfrazada de comunidad autónoma. Y encima dentro del régimen antidemocrático que padecemos. En este punto queremos decir algo rotundamente: Por ellas se cuela la porquería y el latrocinio político, mientras que el pueblo pasa hambre. ¡Hambre en Canarias! ¡Inconcebible! Escasez la hubo en el pasado. La hubo con el general Franco que, pese a las penurias, supo racionar lo poco que había para comer. Y ahora quieren renovarse en sus cargos los que han traído el hambre a Canarias. Una vez más proclamamos que Canarias no tiene remedio con el chanchullo de los actuales políticos; con sus novelerías, sus atrocidades y su opereta continua. Canarias no tiene más salida que ser una nación digna con identidad propia y con su Estado independiente. Eso de que somos españoles no se lo cree ni Dios que creó a sus criaturas, y perdonen la redundancia.

SOBRE lo que venimos diciendo respecto a nuestra situación colonial, lamentamos que no seamos bien interpretados por los sectores del pueblo que siguen siendo españolistas porque sus sentimientos, sus egoísmos, no les permiten ver de donde proceden los canarios actuales. Hay memoria histórica para las víctimas de Franco. ¿Y para las víctimas de los españoles de hace cinco siglos y pico? Sabemos por lecturas que la colonización española comenzó con el descubrimiento de América y concluyó en 1898 con la derrota en Cuba y Filipinas. Nosotros, los canarios, llevamos un siglo adicional de esclavitud; de sometimiento colonial, que es lo mismo que la esclavitud.

POR si fuerza poco, a la dependencia de España se unen las apetencias anexionistas –y hasta justas, debemos reconocerlo– de Marruecos. Sobre este punto citamos una carta que acabamos de recibir de Mohamed Boular –persona, como hemos dicho en otras ocasiones, muy próxima al Gobierno marroquí– en la que expone que "el Reino de Marruecos no tiene la culpa que las Canarias sean una colonia de España, ni tampoco es responsable del ordenamiento jurídico de las Canarias. El Derecho del Mar dice que los Archipiélagos de Estado sólo pueden medir sus aguas desde cada isla y no desde su conjunto. Por lo tanto, es totalmente falso y pura propaganda decir que nosotros queremos robar el petróleo canario. El Reino de Marruecos, como todos los estados, se limita a defender sus derechos soberanos sobre las 200 millas de Zona Económica Exclusiva (ZEE). A la hora de delimitar espacios marítimos, el Reino de Marruecos defiende el principio de equidad y hemos dejado por escrito en la ONU que no aceptamos los actos unilaterales de Madrid contrarios al Derecho del Mar. Consideramos que las Canarias es una prolongación natural de nuestra plataforma continental y no de la plataforma continental de un país situado en otro continente (España). El error en las Islas Canarias consiste en no querer comprender que las aguas canarias son sólo las doce millas de mar territorial, pues no es un Estado archipielágico, sino una posesión de España en África".

Y PENSAR que la solución al hambre, a la incertidumbre de ser anexionados por Marruecos, a la carencia de una Justicia canaria e incluso a la falta de decencia están en manos de don Paulino Rivero o de la quícara lagunera que, en lugar de gritar contra EL DÍA, debería hacerlo a favor de su pueblo diciéndole a los españoles, desde la tribuna del Congreso de los Diputados, que Canarias no forma parte de España; que Canarias es una colonia y que, como tal, debe ser liberada cuanto antes siguiendo los dictados de convenios internacionales que en su día fueron suscritos por España.

DON PAULINO, ¿es usted consciente de que en sus manos está la libertad y el bienestar del pueblo canario? En sus manos está el que Canarias tenga todo su territorio marítimo sin la amenaza de Marruecos. ¿Se ha creído usted la gran mentira de las aguas canarias con la cual lo engatusó Zapatero? ¿Se creyó en su día la otra mentira de los 25.000 millones de euros que iba a invertir el Gobierno español en Canarias durante los próximos diez años? ¿Sabe usted que en sus manos está el bienestar de los canarios? Se lo volvemos a preguntar: ¿sabe usted que puede ser víctima de sus remordimientos y vivir amargado el resto de su vida si no actúa de inmediato? ¿Dónde se podrá ocultar cuando el pueblo –vox populi, vox Dei– lo señale con el dedo como el hombre que pudo conducirlo a la libertad, pero le falló? ¿Le pasará a usted como a Tejero, que debe esconderse en los hoteles por lo que hizo hace treinta años? Dé usted un golpe de estado pacífico a favor de los canarios y pasará a la historia como un prohombre de estas Islas. De lo contrario, únicamente tendrá el desprecio de sus compatriotas.