DIOS SALVE A LA REINA. God Save the Queen, por citar el título de una conocida canción patriótica británica. Por tercer año consecutivo la Reina del Carnaval de Tenerife, la reina del segundo Carnaval más importante del mundo, es la candidata de nuestro periódico. Nuestra satisfacción por este acontecimiento que nos refuerza notablemente la moral en momentos de dificultades. Sabemos que a muchos les habrá sentado este galardón a cuerno quemado, pues no faltan -y no hay que ir muy lejos a buscarlos- quienes se frotan las manos ante la crisis que padecemos. Crisis, aprovechamos para decirlo aunque no hace falta porque es de sobra conocido, que sufre todo el sector de las comunicaciones en España y en el mundo. Al menos a nosotros nos van mal las cuentas ahora; antes, no. Quienes están echando voladores por nuestros males tampoco ganaban dinero antes, cuando había publicidad en abundancia y la economía del país iba bien.

Sin embargo, lo importante ahora es el Carnaval. Es el momento de felicitar a la nueva Reina, Naomi Cabrera y Leo Martínez, el diseñador de su traje "Cien años de historia". Los cien años de compromiso con sus lectores que cumplió La Prensa-EL DÍA en 2010. Como decíamos al principio, el tercer galardón consecutivo para la candidata de nuestro Grupo de Comunicación. Y a ello debemos añadir que el año anterior nuestra representante fue dama de honor, y el anterior también reina. Es decir, en los últimos cinco años hemos conseguido cuatro reinas y una dama de honor. Y nada menos, hay que destacarlo, que en el Carnaval de Tenerife: una fiesta auténtica no copiada de nadie. Un Carnaval atrayente, colorido, simpático y en absoluto artificial y artificioso como otros. Un Carnaval sin necesidad de Drag Queen para llamar la atención, sino protagonizado desde siempre por el pueblo sano, chicharrero, tinerfeño y patriota. Aunque sean patriotas que en muchos casos siguen bajo los efectos estupefacientes de la narcosis española; de la narcosis que nos ha inyectado España. Menos mal que estos nuevos canarios y nuevos patriotas no sufrieron las enseñanzas que nos imponían antes los españoles "canarios". La enseñanza de tener que aprenderse las listas de los reyes godos y las relaciones de los pueblos de España. De aprender, en definitiva, la historia de España, todo ello con la intención de que olvidásemos los orígenes y los atropellos que cometieron los españoles en nuestra tierra.

Damos gracias al jurado del concurso de la Reina del Carnaval y a la Organización de esta fiesta por admitirnos en su seno. Por votar la belleza, la elegancia y el arte. EL DÍA no ha tenido más participación que la de contribuir al esplendor del Carnaval chicharrero. El segundo Carnaval del mundo. Lo repetimos una vez más para que se enteren los copiones que no quieren enterarse. Le damos todo el mérito al diseñador Leo Martínez y a la propia candidata, hoy reina, Naomi Cabrera. Por lo visto Dios y el pueblo nos apoyan frente a quienes cantan nuestro ocaso. Hoy estamos felicísimos y lo estaremos mañana.

Sabe el lector, porque lo hemos dicho antes y no es la primera vez que lo comentamos, que estamos pasando momentos de apuros económicos porque no hay ingresos. El socialismo se ha encargado de arruinar a España y a Canarias. Para tranquilidad de los de nuestra Casa, gente buena, trabajadora y fiel -aunque algunos no tanto- y para conocimiento general, el traje de la Reina lo ha pagado de su bolsillo el presidente de Editorial Leoncio Rodríguez y editor y director de EL DÍA, José Rodríguez Ramírez. No es el momento de que esta empresa afrontase un gasto importante, pero a nuestro editor le parecía importante estar presentes en esta fiesta. El obsequio y agasajo con que celebraremos este éxito también lo pagará personalmente José Rodríguez. Nuestra felicitación especial para Naomi, genuina representante de la belleza tinerfeña, y para Leo Martínez, tan querido en esta Casa.

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No queríamos mezclar un asunto alegre, como lo es el Carnaval, con un tema escabroso, pero no nos queda más remedio porque no conviene dejar que pase ni un solo día sin comentar la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Canarias que de nuevo anula el proyecto del tren del Sur de Tenerife. Una decisión judicial que nos deja perplejos. De sobra es conocida nuestra postura de respeto a la Justicia, pero empezamos a pensar cosas raras ante la cantidad de obras de sumo interés para nuestra Isla paralizadas por un tribunal con sede en Las Palmas. Estamos pensando en la Playa de las Teresitas, en el puerto de Granadilla y ahora, otra vez, el tren del Sur. Algunos presumen de manejar a la Justicia. ¿Será cierto? En cualquier caso, ¿qué van a hacer las autoridades tinerfeñas, especialmente el presidente del Cabildo? ¿Quedarse de brazos cruzados como siempre?