LAS CAMPAÑAS electorales empujan a algunos candidatos a decir algunas barbaridades de las que seguro se arrepienten después. Me refiero a la prematura entrada, como un elefante en una cacharrería, de Julio Pérez en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Pérez anunció públicamente, antes de ser elegido concejal, la presentación de cuarenta enmiendas a los Presupuestos Generales de la Corporación.

La realidad es que fue el actual grupo socialista, y en particular Florentino Guzmán, quien presentó solo cuatro, no cuarenta, y fueron rechazadas todas, porque las partidas que pretendían suprimir en algunos casos ya estaban comprometidas por contratos o atentaban directamente contra los servicios públicos esenciales, como los servicios sociales.

Al candidato Pérez le sobró un cero, cosas de la campaña. Pero lo que más sorprende es que Pérez se arrogue el dudoso mérito de proponer la supresión del Instituto Municipal de Atención Social, IMAS, y que su presupuesto vuelva a la Concejalía de Cohesión y Bienestar Social, para que los servicios sociales sean gestionados como antes. Algo así como la película "Volver a empezar", pero sin Oscar.

Pérez, sin saberlo, propone prescindir de la Intervención, la Tesorería y la Secretaría delegadas del IMAS y enviar de nuevo los expedientes de ayudas sociales a la Intervención General, la Tesorería y a la Vicesecretaría del Ayuntamiento para que se vuelvan a acumular los mismos retrasos que se producían antes de la creación del organismo autónomo.

Pérez debería haber preguntado primero a la gente si está dispuesta a que las ayudas de emergencia social tarden más de un año en tramitarse, o a las ONG si no les importa esperar hasta tres años para cobrar las subvenciones atrasadas, ahora que están al día.

Si muchos nos preguntábamos por qué votar a Pérez, a partir de ahora lo que sí tenemos claro es por qué no votarle. Un candidato socialista que antes de ser elegido anuncia, como medida principal para arreglar las cuentas del ayuntamiento, que se cargará los servicios sociales, liquidando el IMAS, no parece una buena opción para Santa Cruz, por lo que los que creemos firmemente que no se pueden dar pasos atrás en los servicios sociales no votaremos a Julio Pérez.

La enmienda socialista de supresión del IMAS fue rechazada por CC, PNC, PP y CCN y, estoy completamente seguro, también por los casi veinticinco mil usuarios de los servicios sociales municipales, que no están dispuestos a renunciar a lo conseguido en este mandato.

El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ha doblado los presupuestos destinados a los servicios sociales y el número de trabajadores sociales, ampliado las oficinas de atención social en los barrios, simplificado los procedimientos administrativos y recortado al mínimo legal posible los plazos de tramitación de las ayudas sociales. Todo ello gracias a la constitución de un potente organismo autónomo, el IMAS, como en todas las grandes ciudades, que gestiona desde mediados de 2010 los servicios sociales en Santa Cruz.

Menos mal que Pérez no tiene ninguna posibilidad de ser elegido alcalde de Santa Cruz, y después de esto, menos, porque se nota que no tiene ni una sola propuesta propia y se limita a repetir machaconamente en público las mociones que presenta el actual concejal, Florentino Guzmán, que las baja de internet, sin hablar con nadie del sector, ni tan siquiera con su aún compañero y portavoz José Ángel Martín, que sí sabe lo que se ha hecho en los servicios sociales municipales en los últimos años, porque es trabajador social.

Mala campaña, querido Julio, y peores asesores. Mi consejo, trabaja más tú y haz menos caso a quienes, si te dejas llevar, te hundirán. Recuerda, antes de hacer la lista, lo que ha pasado en el grupo municipal socialista y en la Agrupación Local durante este mandato. Peleas, vaivenes, cambios de portavoces, cese del Comité Local, nombramiento de la gestora, fuga de militantes, las demandas judiciales y un largo etcétera de despropósitos que corres el riesgo de repetir si te dejas llevar por los mismos que rompieron el PSOE chicharrero en casi tantas partes irreconciliables como afiliados hay.

A veces no queda más remedio que aplicar la contundente y manida frase de machuca y limpia si verdaderamente se quieren cambiar las cosas. Espero, por el bien de Santa Cruz, que lo consigas, o mejor dicho, que te lo dejen hacer.