ME PREOCUPA más que se reduzca el servicio de quirófanos en los centros hospitalarios, no solo públicos, sino, me figuro, también en los concertados, durante la tarde, que se lleve a cabo el anunciado recorte de 96 millones de euros en empresas públicas, seis de las cuales serán suprimidas en Canarias.

Si esas empresas desaparecen del mapa porque, realmente, no hacen falta y se trata más bien de una oferta de enchufes para amigos, conocidos y recomendados, ya hace tiempo que tales empresas debieron haber desaparecido, sobre todo cuando las autoridades gubernamentales responsables aseguran que tal supresión no tiene por qué dar lugar a despidos de trabajadores en el sector público, lo que ya es más difícil de entender, a menos que se cuente con alguien que propicie milagros.

Al parecer, no se han podido ocultar las diferencias entre el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, y el hasta ahora vicepresidente y consejero de Economía, José Manuel Soria, porque el primero es el que está resaltando que su Gobierno, de CC, ya está aplicando esta política de ajustes y Soria no tiene nada que decir porque, desde que se rompió el pacto CC-PP, no manda. Y el señor presidente cita cifras favorables para él, naturalmente. O sea, que no hay acuerdo en lo que dice uno y otro, aunque lo que interesa es que esas empresas públicas desaparezcan para reducir el gasto. La tal Saturno, para turismo, es una de las que se anula, pero hay algunas, como la que afecta al Conservatorio de Música de Canarias, que se duda si deben seguir funcionando.

Pero decía al principio que es más preocupante la supresión del funcionamiento de quirófanos durante las tardes. La tarde tiene muchas horas, y el cierre de sitios donde operar a la gente no se puede convertir en aquello del "vuelva usted mañana" que se aplicaba a los funcionarios públicos. No se puede cerrar un quirófano a cal y canto cuando hay un enfermo esperando para operarse, excepto en casos leves en que el tiempo no cuente o cuente menos.

Informa la Consejería de Sanidad de que la lista de espera llega ya a los seis meses para operarse, y que con esta falta de uso de los quirófanos podría elevarse mucho más, que ya es mucho aguardar medio año para que a uno lo operen: es terminar con la paciencia y, lo que es peor, hasta con la vida del paciente en algunos casos. La sanidad pública, no sé si en toda España, pero sí en Canarias, va de mal en peor. No hace mucho, los medios de difusión publicaron la reducción de remedios elementales como esparadrapo, vendas, puntos de sutura y demás material ordinario en las enfermerías públicas. El colmo es que uno necesite una tirita para un raspón por el que sale sangre y no la encuentre en una enfermería. ¿Estamos como en la Cuba de Fidel Castro, en cuyas farmacias de La Habna no pude encontrar una simple tirita o un esparadrapo que necesitaba mi mujer para cortar la hemorragia de una úlcera varicosa en una pierna? Creo que vamos aquí por el mismo camino.

Opino, como todos los que podríamos estar afectados y que, como ciudadanos españoles, tenemos derecho a la sanidad pública, que si hay quirófanos estos no pueden cerrarse por turnos de trabajo o cualquier otra circunstancia que impida su funcionamiento. Médicos que no trabajan porque no tienen plaza en los hospitales y centros de salud. No es que estén discapacitados para trabajar, sino que no hay plazas de trabajo para ellos. Y la obligación de quienes gobiernan es cubrir con ellos las necesidades. No se pueden tener quirófanos cerrados así como así, y la obligación de los que gobiernan es tenerlos abiertos para las necesidades. Las elecciones para designar a nuevos gobernantes están a la vuelta de la esquina. A ver si hay suerte y elegimos a los que realmente pueden gobernar.