Sí, Sr. director, todo este tiempo es el que llevo luchando en El Sobradillo para que obliguen a mi vecino a derribar ese muro que impide el paso a la casa donde quisiera vivir y donde vive una persona gravemente enferma que para poder recibir atendimiento médico tiene que ser sacado casi en parihuelas por la orilla de un barranco hasta la carretera, donde una ambulancia lo traslada al centro sanitario. Lo más curioso del caso es que todos los trámites llevados a cabo y todas las resoluciones están a mi favor, incluso puedo decirle más: los Sres. concejales de Santa Cruz Dª Luz Reverón y D. Hilario Rodríguez estuvieron de acuerdo totalmente, en presencia de otros funcionarios y mía, en que la obra de derribo del muro (de unos cuantos bloques solo) se llevara a cabo en un plazo muy breve. Total, que han pasado ya unos dos meses y las cosas siguen igual, pasándose la pelota burocrática de unos departamentos a otros, y yo y mi familia cada vez más desquiciadas. ¿No valen nada las decisiones de los concejales? ¿Pesan más los caprichos o la desidia de algunos funcionarios?

Nieves Dolores Almenara Martín

El agua de oro

Cada día miles de canarios compramos en gasolineras, universidades, restaurantes y otras decenas de lugares botellas de agua para nuestro consumo, el de nuestros hijos o incluso para ponerle al coche que se ha quedado sin agua. Cierto es que los españoles cada vez somos más adictos a este recurso embotellado, a la vez que se hace más escaso en nuestra geografía por la explotación y derroche del mismo.

La verdad es que solemos pagar en torno a un euro por un litro de agua y no nos damos cuenta de varias cosas importantes, como, por ejemplo, que el agua de nuestro grifo es igual de potable y nos sale aproximadamente a 0,0007 céntimos el litro. Cifra arriba cifra abajo, la realidad es que pagamos hasta mil veces más por una botella de agua que por el agua que nos llega a nuestro hogar cada día. Podríamos decir que compramos agua a precio de oro, y lo peor de todo esto es que lo aceptamos y cada día lo hacemos más y no nos damos cuenta de que, además, muchas de estas aguas son incluso de grifo con un envase bonito, pero que a su vez nos destruye por la contaminación que genera la fabricación de esa pequeña botella que cada día compramos para llevar a clase o al trabajo.

Nos quejamos por el aumento del precio del agua de grifo (unos míseros céntimos), pero luego somos los primeros en comprar esa botella a precio de oro, y, además, solo con el agua que derrochamos cada día nos daría para varias botellas de esas que compramos y que nos bebemos como si fuera especial o más potable que la otra de casa, sin darnos cuenta de que es igual de potable.

Guaduneth Chico León

Juez de paz agradecido

Yo, Diego González Medina, quiero manifestar mi más sincero agradecimiento al concejal y candidato del Partido Popular de La Guancha, don Antonio Hernández Domínguez, por ser el único político que ha reconocido y agradecido públicamente mi labor como juez de paz en el municipio de La Guancha durante el Pleno celebrado el pasado día 28 de marzo de 2011.

Gracias, don Antonio, por reconocer mi labor incondicional y gratuita durante varios años, de una manera totalmente imparcial en lo que a colores políticos se refiere, intentando siempre llegar a acuerdos o avenencias.

Quisiera también agradecer a mis colaboradores en el Registro Civil y Juzgado, a don Antonio Ravelo y a doña Ana Begoña Luis, pues sin ellos no hubiera llegado a la feliz resolución de muchos casos.

Aprovecho la ocasión para enviarle un cordial saludo y mi amistad incondicional.

En La Guancha, con mi mayor sentimiento.

Diego González Medina