LOS ACTUALES responsables de la sanidad pública en Canarias están convirtiendo en "siglo de oro" la nefasta gestión que realizaron en esa consejería las señoras doña María del Mar Julios y doña Mercedes Roldós, a cual peor.

El colmo, de momento, porque se espera aún el colmo de los colmos a la vista de cómo se está desarrollando esta desastrosa gestión, fue lo ocurrido en el Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria y publicado por este periódico, según informaron los sufridores de turno. Unos días antes, la señora directora del Servicio Canario de Salud, doña María Reyes Melián, había declarado, sin inmutarse, a los cuatro vientos, que las larguísimas listas de espera para intervenciones quirúrgicas no representaban ningún problema importante en la sanidad canaria. Y mencionaba cifras de veintidós mil pacientes en lista, de los cuales solo la mitad hay capacidad para admitir en quirófano durante un mes. ¿Y con la otra mitad qué hacemos? ¿Los dejamos esperando un mes más, que son treinta días, a lo peor en gravedad extrema?

Sobre este tema publiqué un comentario en esta columna, el cual, como de costumbre, no ha tenido respuesta. O sí, negativamente, a la vista de lo que publica este periódico sobre lo ocurrido días después de las declaraciones de la señora directora del SCS. Y lo ocurrido fue que un paciente ingresó en Urgencias de La Candelaria para ser asistido de una dolencia que no se menciona, y este enfermo o lesionado que precisaba asistencia fue colocado en la misma camilla, en un pasillo del hospital, tal cual entró. Al parecer, los familiares que la acompañaban, en vista de que la camilla pelada era incómoda para el enfermo, solicitaron al personal una simple almohada. La respuesta del personal fue que no había almohada y que esa tenía que traerla el paciente o los familiares que le acompañaban.

Leí varias veces el texto de la noticia por si era un servidor el que la había leído mal. Pero no. Me han contado, aunque no lo he podido comprobar durante las muchas veces que he estado en ese país, incluso en hospitales como el de San Juan de Dios de Caracas, que siempre visito para saludar a varios hermanos que he conocido y tratado en Tenerife, que en Venezuela los enfermos tienen que llevar a los hospitales en que ingresan ropa de cama y de abrigo. ¿Va a establecer nuestra sanidad de país civilizado esta práctica tercermundista? Hasta ahí podríamos llegar, y un servidor, aunque lo vea, no lo creerá. Está en los responsables de la sanidad pública de Canarias demostrar lo contrario y cortar de raíz lo que es una señal de alarma que puede afectar sensiblemente a los beneficiarios de esta sanidad, que cada vez beneficia menos a los que la necesitan. Y para terminar con otra noticia que no es grata, este periódico, en una de sus últimas ediciones, publica que "esas inexistentes listas de espera no parecen convencer al Defensor del Pueblo, ya que el informe anual referido a 2010 ha detectado casos de hasta diez meses de espera en consultas de Oftalmología en el Hospital de Nuestra Señora de Guadalupe, de San Sebastián de La Gomera, y de seis meses en Urología. Y se pregunta el diario si no son problema estas listas, como asegura la directora del Servicio Canario de Salud.