N os llegan noticias de que en Coalición Canaria hay cierto descontento con nuestros comentarios y editoriales. En el pasado se nos ha calificado de ser un periódico afín a ATI. Algo que no ocultamos; al contrario, lo hemos afirmado muchas veces en estas páginas. No negamos que éramos defensores de ATI. Después apoyamos a las AIC. Tampoco lo negamos. Posteriormente le hemos prestado nuestro apoyo a CC, sin que en ningún momento lo negásemos. Sin embargo, desde que nos hemos dado cuenta de que el nacionalismo de CC es falso; después de que nos hemos convencido de que los políticos que militan en CC pactan con la España que nos oprime, hemos tenido que restringir nuestro apoyo a este partido, aunque cubrimos sobradamente la información que les afecta, que les interesa. Y no solo hemos dosificado el nuestro apoyo sino, tenemos que decirlo, desconfiamos de ese nacionalismo. Nuestras simpatías se las damos hoy a otros nacionalistas a los que consideramos los verdaderos, los auténticos. Hoy apoyamos al nacionalismo que pide la libertad de Canarias; es decir, que reclama la independencia de estas Islas.

Hacemos nuestro un lema que utilizó el Partido Socialista en el pasado: "por el cambio". ¿Por qué no cambiamos a lo que nos corresponde, que es vivir en un país libre y soberano, con identidad y con dignidad, en vez de seguir sometidos a una nación europea y, realmente, a todas las naciones europeas por nuestra condición de ultraperiféricos? No nos importaría retornar a nuestro antiguo apoyo a CC, siempre y cuando los miembros de esta formación se comporten como auténticos nacionalistas, que buscan la soberanía plena, y que no se comportan como políticos bolsilleros pendientes sólo de su propio bienestar, mientras el pueblo está en las colas del hambre.

Es cierto que criticamos a CC, pero no lo es menos que hasta ahora hemos sido prudentísimos y no hemos expresado todo nuestro malestar -que es el malestar de los ciudadanos- ante lo que está sucediendo. ¿Debemos seguir apoyando a quienes, como decimos, comparten mesa y mantel con los socialistas de Zapatero y con los políticos del otro partido estatista? ¿Podemos traicionar la confianza que depositan diariamente en EL DÍA 221.000 lectores? ¿No es cierto que la mayoría de los que se declaran nacionalistas están en complot con los partidos estatistas para perpetuar la esclavitud del pueblo canario? Una esclavitud que hoy se manifiesta de forma administrativa, sin que por ello deje de ser esclavitud. No hay látigos y cadenas, pero existen oficinas recaudadoras de la Hacienda española y unos tribunales de justicia en los que seguimos confiando, pero de los que no estamos totalmente satisfechos debido al comportamiento de algunos jueces y juezas.

No nos merecen confianza quienes pactan con el PP y el PSOE porque estos partidos, que se mueven en todo el Estado español, están guiados por intereses que casi nunca son los convenientes para Canarias y los canarios. Si los nacionalistas continúan por el mismo camino, los seguiremos detestando. Si reflexionan y se comportan como lo que deben ser -defensores sin concesiones de la libertad de su tierra-, volverán a contar con el apoyo que les dimos en el pasado.

Salvo que se nos convenza de lo contrario, el verdadero nacionalista es el que quiere defender la nacionalidad de su nación. En el caso de estas Islas, los nacionalistas han de hacer cuanto esté a su alcance, siempre por medios pacíficos, para que Canarias sea una nación con Estado; para que los isleños de esta tierra vivamos en un país debidamente representado en los foros internacionales.

A quienes militan en CC y están descontentos con nuestra línea editorial les decimos que molestarse con EL DÍA es molestarse con el pueblo. Porque nuestro periódico solo recoge el sentir popular. La población de esta tierra tiene miedo a expresar sus verdaderos sentimientos, que no son otros que unas inmensas ansias de libertad. Ha tenido miedo durante seis siglos, pero lo está perdiendo. Ningún canario auténtico quiere seguir dominado por los godos. Por eso pierden votos los nacionalistas de CC; por creer en las promesas de Zapatero, de Rajoy o de cualquier político peninsular, que jamás se ocupan de la finca canaria salvo para exprimirla como un limón. El pueblo sabe que con la libertad llegará la decencia y desaparecerá la corrupción. Y como nosotros estamos con el pueblo y no con los políticos que lo engañan, criticamos por igual a los partidos que dependen de Madrid como a los nacionalistas que se entienden con ellos, a cambio de mentiras y de nada. Los nacionalistas de CC aún están a tiempo de redimirse planteando sus representantes en Madrid o el Gobierno de Canarias la reivindicación de la tierra, el mar y el cielo, y la nación y el estado canarios. Por patriotismo, honradez política y justicia a nuestros antepasados. Si no lo hacen así, el pueblo canario les aborrecerá.