COMO otros muchos colectivos cuando su funcionamiento es delictivo, inmoral y se aparta de sus fines o alguno de sus miembros comete algún tipo de delito o tropelía. Algo con lo que estoy de acuerdo, ya que en una sociedad democrática es ineludible la libertad de prensa o libertad de opinión. Sin embargo, cuando se trata de algún miembro de la Iglesia Católica, como un clérigo, la noticia tiene un morbo que roza con lo vejatorio o malvado.

Por ejemplo, imagínense las portadas y las páginas de sociedad dedicadas a una noticia más o menos de este calibre: "Sacerdote católico sexagenario se fuga con los fondos de la parroquia y la hija adolescente del sacristán a Cancún" -bastante difícil, porque las economías parroquiales, me consta, siempre andan desfondadas-; pero la reseña de la noticia daría para mucho durante unos días. Incluso hoy, que casi nadie compra el periódico, se aumentaría la venta de ejemplares de forma exorbitante. Sin entrar en determinados sectores pseudointelectuales del poder o de los medios de comunicación que desde siempre, unas veces de forma directa y otras más sibilina, tienen orquestado -pero suelen desafinar- un ataque a la religión católica; aunque solo sea con calumnias, injurias o medias verdades.

Ahora bien, ¿qué espacio le dedica la mayor parte de la prensa o cuánto tiempo en los telediarios de la mayoría de las cadenas a la Iglesia perseguida y martirizada, hoy, en diversos países? ¿Y a la labor callada y heroica de la inmensidad de misioneros católicos por esos mundos de Dios donde dan hasta su vida? Poco o casi nada se dice de Cáritas Internationalis y de otros organismos de la Iglesia Católica, para erradicar el hambre y la miseria en los países más pobres o que son víctimas de la guerra o de algún tipo de catástrofe natural.

¿Y en Canarias? Como informaba este periódico en el mes de marzo, "El índice de miseria se dispara en Canarias". Ya con anterioridad, Cáritas Diocesana de Tenerife había advertido de que "Canarias tiene más de un 30% de la población bajo el umbral de la pobreza". Como también que "más del 38% de los menores de edad están en esa situación" (confirmado por UNICEF no hace mucho). Y que "más de un 35% de los mayores de 65 años está en ese umbral". Y que "todo ello es una consecuencia del desempleo, ya que el 30% de la población activa de Canarias está en paro".

Aunque cabe la posibilidad de que muchos desconozcan los proyectos que dispone Cáritas en nuestra Diócesis para paliar o tratar de poner remedio a esta situación -un servidor era uno de ellos- lamentable o de emergencia, tomando café, la semana pasada, con don Leonardo Ruiz del Castillo, director de Cáritas Diocesana, me dio a conocer estos proyectos: tres casas de acogida para los sin techo, "Café y calor" (para veintidós personas), atendida por tres educadores contratados y un nutrido grupo de voluntarias/os de las parroquias de María Auxiliadora y el Pilar (de esta última la mayoría jóvenes); "Guajara" (ocho personas), en Santa Cruz, y "María Blanca" (dieciocho plazas), en el Puerto de la Cruz; dos casas de acogida de emigrantes, una en Santa Cruz y otra en Granadilla (dieciocho plazas cada una); una casa de acogida para familias "monoparentales" en Ofra, Santa Cruz (veinticuatro plazas para madres e hijos); un centro de día para madres solteras con hijo/a o embarazadas, en Santa Cruz (ocho mujeres); dos pisos tutelados para mujeres víctimas de violencia de género, en Santa Cruz; dos centros de día para mayores, uno en Finca España (cuarenta plazas) y otro en Ofra, Santa Cruz (veinticinco plazas), y una casa de acogida, única en Canarias, para enfermos de sida, en Finca España (doce personas). Proyectos de formación, empleo y asesoramiento. Por supuesto, todo ello gratuito, excepto los centros de día de mayores, donde cada beneficiario contribuye con el 40% de su pensión y que muchos ni siquiera pueden pagar. Dejo para otro día Cáritas Parroquiales y Arciprestales: ese voluntariado valiente y de choque o de base.

En definitiva, coincido con don Leonardo que en Tenerife, tierra entrañable y generosa, en la declaración de la renta la mayoría pondremos una cruz en las casillas para "la Iglesia Católica" y para "otros fines de interés social", sin coste añadido para el declarante y que son fuente de recursos para Cáritas Diocesana, que de ahí recibe fondos para financiar diversas realidades de vulnerabilidad, pobreza y exclusión social.

y profesor emérito del CEOFT

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