Nos cuentan que uno de los asesores de Paulino Rivero en la ignominiosa concesión de las emisoras de FM anda demacrado por las calles. No se esperaba este iletrado asesor, como tampoco lo presentía el niño del papá político, una reacción tan airada por parte de EL DÍA. Resulta significativo, por no decir vergonzoso, el silencio de otros medios de comunicación también atropellados por el despotismo político de Paulino Rivero y su Gobierno de falsos nacionalistas, pero allá cada cual con sus miedos y sus dependencias. José Rodríguez no depende de nadie sino de sí mismo. Sólo pesa sobre él la deuda que tiene con sus lectores y con el pueblo canario en general, cuya libertad, identidad y dignidad se ha propuesto conseguir. Algo que no está en los planes de los nacionalistas de CC -falsos y mercantiles nacionalistas, lo repetimos-, porque si lo estuviera no permitirían que tantos canarios siguiesen en las colas del hambre.

Un día más vamos a desenmascarar a un político -el actual presidente en funciones- que nos ha engañado y ha engañado a todos los canarios, quizás porque piensa que él puede engañar al pueblo de la misma forma que Zapatero lo engaña a él, así como a sus quíqueres en Madrid, con miles de millones de euros que nadie ha visto -ni verá- y con aguas que son de Marruecos. ¿Se ríe o no se ríe Paulino Rivero de los canarios cuando dice que priorizará a los isleños para acceder a los puestos de trabajo que se creen en esta tierra? Por supuesto que sí. Y no lo decimos nosotros, sino un grupo de profesionales que han analizado a qué empresas les han concedido las emisoras de radio. De las 156 licencias otorgadas, sólo el 38 por ciento han sido para empresas locales. El resto se las llevan los peninsulares. ¿Se imaginan ustedes algo parecido en Cataluña o Vasconia? Imposible, porque en esos territorios, hoy secesionistas de España, los nacionalistas son auténticos y no una caterva de bolsilleros políticos.

Los datos, simplemente los datos, sin ningún otro juicio de valor sobre la forma de conceder estas frecuencias, hablan por sí mismos del talante de Paulino Rivero y su Gobierno. Nada menos que 88 de esas 156 licencias sacadas a concurso han quedado en manos de sólo tres empresas: 32 para "7.7 Radio" (perteneciente a un conocido empresario que barre para la tercera isla), 29 para "Kiss FM" (una empresa radicada en Madrid que no ha creado ni un empleo en las Islas) y 27 para Canal 4 Tenerife; una mercantil perteneciente a un amigo personal del presidente en funciones del Gobierno autónomo y aspirante a renovarse en el cargo con el apoyo de los socialistas perdedores. Para rematar su faena, el Gobierno anticanario y propeninsular del señor Rivero ha dejado sin adjudicación alguna al único grupo de comunicación de Canarias -EL DÍA-, amén de una ristra de emisoras locales que también cesarán sus emisiones si no se reconduce una decisión disparatada, producto del despotismo político de Paulino Rivero. Se calcula que el cierre de esas emisoras en conjunto dejará desempleados a 150 profesionales de la radio de toda Canarias.

Unos castigados de forma salvaje y otros premiados con el cuerno de la abundancia. Voces autorizadas del sector radiofónico consideran materialmente imposible que empresas como "7.7 Radio", "Kiss FM" Canal 4 Tenerife sean capaces de poner en marcha el número de emisoras que han obtenido (32, 29 y 27 respectivamente), cada una con su plantilla de profesionales y parrilla de programación propias de cada localidad, como exigen las condiciones del concurso. Esto se denomina jurídicamente falta de viabilidad en las adjudicaciones, al no poderse desarrollar materialmente la actividad para la que se ha otorgado la frecuencia. Existe jurisprudencia del Tribunal Supremo al respecto. No es el caso de Radio EL DÍA, pues lleva años emitiendo programación netamente local que hacen posible una veintena de personas. Otros 20 puestos de trabajo que se lleva por delante la soberbia de Paulino Rivero.

Tenemos la vaga esperanza de que quienes lo han cometido den marcha atrás. En caso contrario, se perpetuaría una inmoralidad política de la que es responsable, en primera y última instancia, el presidente del Gobierno de Canarias. Un hombre que no observa las colas del hambre ni la miseria en la que ha sumido a su pueblo porque viaja en helicóptero, a demasiada altura para ver a los mendigos que mueren en la calle como si fueran perros, aunque no los canes bien cuidados y lustrosos que lamen la corona española; la corona del país que a él tanto le gusta y al que, un día más, lo invitamos a que se vaya cuanto antes. Cualquier cosa menos repetir como presidente del Gobierno después de haber vendido a Canarias al Partido Socialista; a un partido que perdió estrepitosamente las elecciones porque, en esta ocasión, Canarias quería ser gobernada por la derecha. Por su parte, Paulino Rivero ha hundido a CC en Las Palmas -lo publicaba ayer este periódico- mucho más velozmente de lo que pensábamos. Y eso a pesar de incluir a la vampira de la sangre tinerfeña en su ineficaz y nefasto Gobierno. Por eso reiteramos que este hombre no puede volver a ser presidente.