Recientemente se ha constituido el gobierno municipal de nuestro pueblo y, aunque el PP consiguió la mayoría de los votos de los electores, tuvo que formar una coalición para dar estabilidad al gobierno del municipio, en palabras del señor alcalde. No obstante, ciertos vecinos, no sé cuántos, se han extrañado de que la coalición se haya fraguado entre PP y PSOE, siendo estos dos partidos los que más alejados se encuentran ideológicamente en el arco político municipal. Pero la política hace extraños compañeros de cama, y don Juan Damián Gorrín tenía que formar gobierno o gobernar en minoría. Eligió la primera fórmula: todo correcto, nada ilegal.

Otra cosa es el análisis político pertinente, pues al coaligarse el PP habrá tenido que dejar parte de su programa electoral en el banquillo, y el PSOE habrá tenido ocasión de introducir parte de su programa en el gobierno. Teniendo en cuenta que ambos candidatos han hecho bandera de la transparencia en la actuación de gobierno, sería muy loable que dieran explicaciones públicas, extensas y comprensibles, de cuál ha sido el coste político para los electores con respecto a la desviación sufrida por la voluntad de sus votos. No olvidemos que los políticos son representantes de los votantes, de los que obtienen su confianza.

Al mismo tiempo, hablando de honradez y transparencia, señor Doble, tendría que explicar también por qué ha acaparado una tenencia de alcaldía y tres concejalías. No queremos sospechar que cobrar más del erario público sea lo que le ha incitado a detentar el control de tantas concejalías, pero a uno le asalta la duda de por qué a tenor del bajo número de votos obtenidos no se ha conformado con una concejalía (Asuntos Sociales, pongamos por caso). Creo, señor Doble, que los ciudadanos merecemos una explicación extensa e inteligible.

Finalmente, no quisiera despedirme sin recordar que la página web oficial de Santiago del Teide sigue sin actualizar, y podemos ver a la corporación de 2007 en uno de los apartados, a la corporación de finales de legislatura en otro, y nada sobre los nuevos cargos.

J. Tena

(Santiago del Teide)

A vueltas con el general Franco

Se ve que este gobierno de la nación quedó traumatizado con la guerra civil del 36 y posterior dictadura del general Franco, mientras el resto del pueblo español ha superado con creces el amargor de lo acaecido, cerrando sus heridas los vencedores y vencidos, y quedan aquellos con justa preocupación en localizar los restos de familiares desaparecidos para darles digna sepultura.

Se dice con frecuencia que al no mirar hacia atrás para aprender de lo malo de la historia corremos el riesgo de repetirla. El titular del Gobierno, señor Zapatero, tiene obsesión por la presunta venganza a un abuelo suyo, consanguíneo en segundo grado, que murió fusilado por el bando vencedor. Hace años me di a conocer y dejé claro que a los muertos implicados en la contienda hay que dejarlos en paz. En España nadie tiene más alta voz que la mía, si acaso solo igual, para decir que a los fusilados y muertos en la contienda del 36, y en años sucesivos, hay que dejarlos que descansen en paz. Sí, en paz, señor Zapatero. Y ello no deberá dolerle a nadie.

Que el señor Zapatero deje los restos mortales del general Franco donde reposan, y los gastos económicos que supondría el traslado que el señor Zapatero pretende del Valle de los Caídos hacia el cementerio de El Pardo, sumados a lo que costaría la demolición de la basílica al estilo de lo que aquellos hicieron con el Reichstag alemán, los inviertan en ayudas por la búsqueda de los restos humanos supuestamente ocultos en barrancos, montes y bosques, de aquellos que pagaron con su vida el error y el horror de la guerra civil del 36.

Alfonso González-Campos Hernández