O los máximos responsables de Coalición Canaria se quitan de encima a su gran diablo, que no es otro que el necio político de Paulino Rivero, o no sacarán nada en las elecciones que se avecinan. Apear a este déspota político es algo que deben hacer desde arriba o desde abajo, es decir, con la intervención de las propias bases, pero tienen que hacerlo antes del 20 de noviembre porque el día 21 ya será tarde.

Lamentamos dos hechos en esta campaña electoral que comenzó anoche. La primera es la carencia de listas abiertas. Seguimos con el sistema de listas cerradas, con lo cual quienes optan por un determinado partido tienen que tragarse toda la chatarra política que les ponen delante. Es el caso de doña Ana Oramas; la quícara, según se ha calificado ella misma que no nosotros, aunque el chulón capicúa y mariconsón -un individuo de baja categoría periodística, cuyo nombre darán a conocer los jueces el próximo 13 de diciembre- también nos acusa de faltarle al respeto a esta diputada, tan inútil como política como lo es su propio jefe. No dice el mariconsón, que sigue muy contento porque le han dado la emisora de radio que le han quitado a EL DÍA, que quien se falta al respeto a sí misma, al traicionar políticamente a su pueblo, es la propia señora Oramas. Una señora que volverá a ser diputada, aunque esperamos que no, por culpa de esas mencionadas listas cerradas que permiten a muchos -no solo a ella- la desvergüenza de repetirse y hasta perpetuarse en la política, que suele premiar la inutilidad y la traición al pueblo.

Lo segundo que lamentamos es la continuidad del inepto político que hoy por hoy está al frente del Gobierno de Canarias. Como colonia de España somos una tierra desgraciada; unas Islas que han pasado de ser afortunadas a presenciar el triste espectáculo de miles de personas en las colas del hambre, o en las colas de la sanidad para ser atendidas. Retamos a cualquiera a que nos diga qué ha conseguido Paulino Rivero. No ha conseguido nada, salvo sumir a los canarios en el hambre, la miseria, las ya mencionadas listas de espera, la deficiente educación, la desesperanza de los jóvenes y el desánimo de todos. Empezando por nosotros mismos, pues fuimos de los que durante muchos años confiamos en él. Pensábamos que era verdad cuanto decía respecto a conseguir lo mejor para los canarios, y que si no se pronunciaba abiertamente a favor de la independencia era por la prudencia que le imponía su cargo. Mentira cochina. Nos engatusaba con sus palabras adulonas, más propias de un godo que de un canario, mientras a nuestras espaldas le hacía el juego a los peninsulares; ora al PP, ora al PSOE de Zapatero, políticamente tan inepto como él aunque no tan traidor político a su pueblo como lo ha sido y lo sigue siendo el señor Rivero; un dirigente sin parangón en cuanto al despotismo político y la inoperancia más absoluta.

Por si fuera poco, en el colmo del cinismo político, afirma el señor Rivero que después del 20 de noviembre los diputados y senadores de CC pondrán sobre la mesa la exigencia irrenunciable de una financiación específica para Canarias. Qué idiotez. Qué calamidad política de presidente tenemos que soportar, como si no tuviésemos bastante desgracia con aguantar a los españoles que nos sojuzgan y nos esquilman. Lo que hay que poner sobre la mesa, además de los clorocos que parece que no tiene el señor Rivero, es la exigencia de unas negociaciones inmediatas para el traspaso de poderes desde la metrópoli a la nación canaria. Con eso sería suficiente para salir de la crisis y vivir como lo hacen los ciudadanos de los países más ricos del mundo. En cambio, sin independencia, sin libertad, nada tenemos salvo el hambre y la miseria que volvemos a citar en este comentario. Además, ¿de qué diputados y de qué senadores habla este necio político? ¿Es que no se ha enterado de que si no dimite antes del 20 de noviembre y se exilia, CC no va conseguir ni un escaño en las Cortes coloniales españolas?

Nada hay más bonito que la libertad. La libertad que se niegan a pedir los falsos y acobardados nacionalistas de CC. Pregúntenles a los reclusos de la totalidad de las prisiones del país que están entre rejas por haber cometido algún delito. Todos dirán que quieren ser libres. ¿Qué delito hemos cometido los isleños para estar enjaulados por los carceleros españoles y europeos?