El anunciado "tijeretazo" que el Gobierno de Canarias se dispone a aplicar a los presupuestos destinados a Cultura ha dado pie a una de las polémicas más agrias de las última semanas. Un recorte que ha sido calificado de necesario desde el Ejecutivo (aunque nadie sabe a ciencia cierta quién ha sido el "cirujano") y de brutal por quienes habrán de padecerlo en última instancia, los pequeños empresarios del sector y los ciudadanos a los que va destinada su oferta.

El conflicto tiene muchas facetas: una lacerante crisis económica; la escasa cohesión del sector canario, casi siempre dividido y puesto ahora a prueba; la interesada confusión entre subvención y contratación; la conciencia de que el actual modelo político era insostenible (dicho sea por quienes lo han sostenido durante años); el socorrido planteamiento (anclado en la demagogia) que pone en la balanza la cultura y los servicios sociales, como si lo primero fuera lo único superfluo; y, también, un largo historial de descrédito de la cultura alentado desde las tribunas más retrógradas (todo hay que decirlo, con la inestimable colaboración de un pequeño grupo de "favorecidos" que, con su arribismo, fuera y dentro de las Islas, han hecho que al final paguen justos por pecadores).

Conscientes de estos hándicaps, se reunieron los invitados al debate de esta semana en EL DÍA. Tres de ellos pertenecen al gabinete de crisis constituido en Tenerife: la gestora de artes escénicas Vicky Bastos, el cineasta Teodoro Ríos y el productor Martín Rivero, mientras que por Gran Canaria acudió el productor Braulio Pérez, representante del gabinete de crisis creado en Las Palmas. Junto a ellos se dio cita el escritor y editor Anghel Morales. Excusaron su presencia varios representantes políticos, blanco de la mayoría de las críticas.

Vicky Bastos hizo para comenzar un resumen de los acontecimientos: "Fue a finales del pasado octubre cuando nos enteramos por la prensa del brutal recorte del 65 por ciento que contemplaba el Gobierno, cuando nosotros lo estimábamos en un 4 o un 5. Víctimas de un shock, constituimos los dos gabinetes de crisis provinciales y en las primeras asambleas abiertas se trabajó sobre tres líneas: recortes, posibilidades de financiación y movilizaciones. Aunque hemos solicitado reunirnos, el Gobierno no nos ha dado respuesta. Lo que sabemos, siempre a través de los medios, es que la consejera Inés Rojas ha propuesto un nuevo modelo cultural, aunque no sabemos de qué se trata, habida cuenta de que ya existe un plan estratégico".

"Quienes sí nos han recibido", señala, "son los representantes de los grupos políticos en el Parlamento, que consideran que el recorte no debe afectar al empleo, pero yo me pregunto: Si habrá menos dinero y menos actividad, ¿cómo no puede afectar al empleo".

Teodoro Ríos conviene en la buena disposición "y preocupación" mostrada por los grupos parlamentarios. En su valoración incluye a Coalición Canaria, "porque tampoco tienen claras las razones del recorte". El cineasta recuerda, además, que Paulino Rivero, presidente del Ejecutivo, había catalogado a la cultura de "sector estratégico". Por lo tanto, concluye, "algún desliz ha debido producirse en el ajuste de cifras y porcentajes".

Ríos también recuerda que la Comunidad canaria solo destina el 0,3 por ciento de su presupuesto a Cultura y que las "rebajas" previstas en otras autonomías se sitúan entre el 2 y el 3 por ciento.

"Entre todos debemos encontrar una solución", señala Ríos, quien se acoge a su estatuto de productor y cineasta para establecer un símil como propuesta: "Si tengo asignados 20 segundos para un spot y hago 26, mi recurso es quitar un fotograma a cada plano y nadie lo notará. Por lo tanto, si somos un poco solidarios y los políticos trabajan para hallar una solución, evitaremos entre todos que el sector se vaya al traste".

Capítulo 6: el núcleo

Para Braulio Pérez, el quid del problema se encuentra en el capítulo 6 de los presupuestos, referido a la inversión directa en producción cultural. Allí se consigna "un recorte aún más brutal", que estima en un 84 por ciento. "En los últimos cuatro años, desde 2007, habíamos experimentado un recorte del 38 por ciento que se ha traducido en la pérdida de cuatro mil empleos. ¿Cuál es el límite que podríamos asumir ahora? Con estos antecedentes, lo normal sería un recorte nunca superior al 10%".

"Somos solidarios", puntualiza, "y sabemos el momento difícil por el que todos estamos pasando. Pero debemos recordar que si este año ya estábamos a la cola en cuanto a dotación presupuestaria, en 2012 estaremos en cabeza de los recortes. ¿Y creen que con quitarle aún más a este sector van a solucionar todos los problemas?", se pregunta.

Anghel Morales adopta un tono todavía más beligerante: "Qué ironía que los políticos les pongan buena cara como si esto no fuera con ellos. Los recortes no se producen por generación espontánea. Forzosamente deben estar al tanto de una medida que no afecta a su personal y a sus inversiones, pero sí a nosotros y a nuestro trabajo".

"Hemos llegado a esta situación -añade el editor- tras ver cómo se gastaba el dinero en obras faraónicas como el Auditorio de Tenerife, olvidando la base de la cultura. Se nos ignora sistemáticamente, a la vez que nos dan políticas impuestas. Que Rojas no se haya reunido con ustedes me parece vergonzoso y la demostración palpable de que los políticos no quieren escucharnos. ¡Después del dinero que han dado por enchufismo y amiguismo!".

Morales va aún más lejos: "Después de los beneficios que ha logrado durante años la construcción, ahora se ayuda a este sector. Pero la cultura, que es un bien para la sociedad, que genera empleo y es la cenicienta de todos los presupuestos, ¿no merece ayuda? Hablamos de buena disposición. ¿Dónde está? Quiero verla. Estoy harto de tanta palabrería".

"El Gobierno ha dejado la cultura en pañales -tercia Martín Rivero-, de una forma absurda y grotesca. La única reflexión positiva es que, desde el poder, se nos identifica como sector y se nos persigue como tal".

No obstante, cuando el productor habla de lo que Vicky Bastos denomina "sajazo" presupuestario, atribuye éste a un "error", cometido por quien ha elaborado las cuentas. "Digo error -argumenta- porque ha truncado la evolución normal y moderada de un sector como el nuestro. No estamos en un callejón sin salida, pero sí en un callejón con una salida difícil".

El productor incide en el planteamiento expresado anteriormente por Braulio Pérez. "En el capítulo 6 de los presupuestos es donde está el núcleo productivo de la industria cultural canaria, el dinero que permite generar la actividad y los 16.000 puestos de trabajo. Con un ínfimo 0,3 del total, es decir, con apenas 14 millones, se ha desarrollado este año toda la actividad del sector en el Archipiélago. Mejor dicho: esos 14 millones eran la inyección que ha permitido que un grupo de empresas y promotores pudiesen multiplicar por cinco esa inversión y alcanzar más de 70 millones en resultados".

Según Ríos, la leyenda negra que habla de un sector subvencionado pesa como una losa. "¿Subvencionado? -se pregunta Rivero-. Como si la economía canaria no estuviera de por sí subvencionada. Y como si los que nos dedicamos a la cultura no fuéramos los chinos de esa economía, trabajando todos los días de la semana. Al contrario, somos un ejemplo de lo mucho que se puede hacer con un presupuesto recortado, y generosos, porque damos más de lo que recibimos". Y un dato revelador: "Los canarios gastaron el pasado año una media de 1.800 euros al año en Cultura, situándose como la cuarta comunidad del Estado en este aspecto".

"Aunque Cultura aparezca al principio en el nombre de la Consejería, indica Ríos, ocupa el último lugar en prioridades. ¿Cómo discutes con quien te va a poner en la balanza la ayuda a las familias y a los discapacitados?".

"La pregunta", retoma Rivero, "es cómo vamos a salir heridos, no muertos, de este callejón. No es que estemos moderados -responde tácitamente a Anghel Morales-; lo que estamos es acojonados. Es difícil luchar contra el poder, por eso debemos intentar llegar a un entendimiento".

Teodoro Ríos corrige levemente el punto de mira: "No creo que estemos acojonados, pero sí preocupados. Debemos dar un primer paso para el diálogo y que se traduzca en algo concreto. Lo que no podemos es irnos con la maleta atada, como Guarapo, o decirles a nuestros hijos que deben emigrar".

Braulio Pérez objeta: "Si a estas alturas tenemos que empezar a debatir lo que representa la cultura para una sociedad, estaríamos rebajándonos a un nivel miserable. La cultura es tan importante como la educación y la sanidad".

"Si ha habido un error -afirma Morales-, que se subsane. Pero de momento percibo que el político está dejando correr el asunto, como si dijese: mira a estos indignados de la cultura, cómo ladran, salen en los medios, protestan... mientras yo aplico la táctica del divide y vencerás (en tácita alusión a la polémica suscitada entre Totoyo Millares y Benito Cabrera, que sobrevoló todo el debate)".

"Y que encima nos quieran presentar como vividores, cuando llevamos años de esfuerzo a nuestras espaldas y echamos horas cada día para sacar adelante el trabajo, es algo que no les consiento", zanja Morales, quien ha publicado más de 2.300 libros de autor canario y que, desde su posición de veterano resistente, aconseja firmeza al sector: "Debemos mantenernos unidos, evitar que nos dividan y explicar a lo sociedad lo que hacemos, dejar claro que no nos regalan nada ni nos hacen un favor cuando nos contratan".

Ríos conviene en que "por creatividad y contactos, podemos armar un buen escándalo", mientras Rivero cierra el debate con una propuesta: "Que la política referida a nuestro sector salga de la Consejería y se cree un Instituto de la Cultura autónomo".

EL DÍA Fotos: MARÍA PISACA