1.- Entre las boberías de final de año pronunciadas por Paulino Rivero, hay que destacar dos. Una, que le haya echado la culpa del paro al PP, manifestación que suscitó carcajadas parlamentarias. Dos, su enfrentamiento con los empresarios de Las Palmas, diciéndoles que "quieren amasar mucho dinero en poco tiempo". Tamaña memez fue dicha para no reconocer que en las islas no hay quien invierta un euro por culpa de una legislación de locos; legislación que se contradice, se da de patadas, confunde a los jueces, desorienta a los empresarios y nos deja en bragas cada vez que alguien intenta interpretarla. Con esta legislación no hay quien proyecte un campo de golf, un puerto deportivo, una urbanización, un estanque, un ático o un jardín. Imposible. Como también es absurdo que el inquisidor urbanístico Domingo Berriel, consejero de Política Territorial, siga ahí. Berriel, con el "histórico" Faustino García Márquez uno de los responsables del desconcierto y "padre" de la moratoria, la ley que ahogó a Canarias, es un lastre para el progreso de las islas. Por torpes. Por poco colaboradores. Por inútiles.

2.- Ahora, Paulino Rivero y Domingo Berriel, en funciones de dúo Dinámico -con todas mis excusas para el mítico conjunto (de dos)- se enfrentan a los empresarios de Las Palmas, que sólo piden facilidades para invertir y leyes menos restrictivas y contradictorias. Es decir, que los dejen trabajar. Y, claro, al prodigio de El Sauzal lo único que se le ocurre decir es que los empresarios quieren amasar sus fortunas en poco tiempo. Mira, Paulino, entre eso y echarle la culpa del PP del paro, cuando el PP no pisaba La Moncloa desde hacía siete años y medio, te has cubierto de gloria en este annus horribilis para Canarias. Y tan horrible que las familias están sin trabajo, los emprendedores no emprenden, los jóvenes licenciados están sentados en los bancos de las plazas, los autónomos han huido, las pymes han cerrado. ¿Qué, don Rivero, culpa todo del PP? Anda, hombre.

3.- Al mismo tiempo de que Paulino dice estos disparates, los "baroncillos" de CC (no tienen la categoría de barones) ya se rebelan contra su jefe y casi, casi le piden que se vaya para intentar salvar el partido. Y, además, le dicen, sotto voce, eso sí, que no anteponga sus problemas personales al futuro del partido, que no meta a CC en su disputa con los medios de comunicación y que sea más consecuente con la formación política a la que pertenece. Vamos, que le van a aguar la Navidad a este personaje que si fuera por el principio de Peter ya habría sacado la cabeza por encima de las nubes. Ay.