ENTRE los EEUU e Irán el conflicto es permanente casi desde la desaparición del Shah, y todo estriba en el negocio y traslado del petróleo. Con motivo de las ampliaciones por parte de los EEUU de las sanciones económicas, los iraníes han amenazado con el cierre del estrecho de Ormuz, lo cual supondría un sobreañadido a la crisis mundial establecida de un calado ya no solo grave, sino de consecuencias ilimitadas. El estrecho de Ormuz es una de las rutas del petróleo más importantes del mundo: casi el 40 por ciento trasportado por mar pasó por el mencionado estrecho, lo que supone un total de un 17 por ciento de todo el crudo comercializado.

Este crudo se dirige hacia los EEUU, Asia y Europa Occidental, de ahí que esa zona esté estrechamente vigilada por la V Flota estadounidense, que, dicen, no tolerará de manera alguna su cierre. Irán, en su momento y durante la guerra de Irak, sembró de minas el estrecho y ha habido, además, ataques terroristas para tener la zona en caliente, y el más reciente fue el atentado en contra del petrolero japonés "M. Star", ocurrido en julio del año 2010, lo cual quiere decir que tienen a mano cualquier dispositivo que complique la situación.

Las sanciones, si se continúan implantando hacia Irán, supondrían un desajuste de su economía, basada en el petróleo, ya que su exportación supone casi el 80 por ciento de los ingresos del Gobierno iraní, y como en parte está desarrollando un programa nuclear que no está bendecido por el Pentágono, pudiera acontecer, dadas las amenazas de unos y de otros, que entremos en un conflicto de envergadura incalculable, donde el estrecho de Ormuz se convierta no solo en un cuello de botella donde se estrangule el crudo internacional, sino que sea la zona más caliente del planeta.

El petróleo ha desencadenado multitud de guerras. Allí donde aparece petróleo hay conflicto; allí donde el petróleo está se protege para que la maquinaria del capital siga engrandeciéndose, por lo que hay que desplegar los ejércitos del mundo para salvaguardar sus intereses; y eso sí, bajo el pretexto que sea: en su momento en Irak fueron las armas de destrucción masiva, y ahora en Irán es el armamento y programa nuclear que están desarrollando.

En definitiva, lo que interesa es el petróleo, y algunos ya han dicho que la tercera guerra mundial comenzaría por el conflicto del petróleo. Y en esas estamos.

Es lo único que nos faltaba, y, además, seguro que las crisis de los gobiernos y todos los ajustes que se van a producir y que están ya ejecutándose estarían más que justificados ya no desde la inoperatividad incapacitante y negligente, sino desde la imposición de un mando supranacional que nos invite a mirar para otro lado. De momento, para el estrecho de Ormuz, y más adelante ya se verá.