1.- A ver si la entrada de la derechona a gobernarnos va a cambiar algo la actitud de algunos mentecatos, miembros de la izquierda rancia de este país. Me considero harto de la vieja y de su hijo el bardemcito, ese que apoya la causa palestina pero mete a parir a su mujer en un hospital judío de Los Ángeles; por cierto, carísimo. Los bardenes despotrican de casi todo y se declaran -al menos con sus actitudes- comunistoides, pero les encanta el lujo, sobre todo cuando están fuera de España y se les detectan menos sus gustos/gastos lujuriosos. Ser de izquierdas no significa ir en sandalias con el dedo gordo bailando una danza infame, bañarse poco, abominar del Invicto y apoyar los desenterramientos de Zapatero. No, ser de izquierdas es otra cosa. Todos estos tipos y tipas, incluida AnaBelén y el bulto sospechoso de VíctorManuel, son unos auténticos coñazos. El otro día, el de Navidad, en la tele española, Ana Belén se dio un homenaje a sí misma invitando al concierto a los afines ideológicos, que cantan muy bien (Serrat, Sabina, Bosé, MiguelRíos), pero que son más babosos que un huevo escalfado. Me cago yo en la Puerta de Alcalá, fíjense ustedes.

2.- En España se generó, al socaire de las leires y bibianas, una estrafalaria y trasnochada clase de la ceja circunfleja, más demodé que la propia vieja . No aportan nada, pero nada, a la cultura y se han metido en política porque nadie les veía actuar, ni les oía cantar, ni puñetas. Formaron un deprimente coro que le bailaba el agua a Sonsoles y al otro y que glosaba los proyectos culturales de, acaso, la peor ministra de Cultura de la historia: GonzálezSinde, que en paz política descanse para siempre jamás. La vieja chupaba cámara de cojones y andaba por ahí como un personaje, opinando de todo, incluso de los indignados, cuando el que estaba indignado de verla era yo mismo.

3.- Es la izquierducha sin nada que hacer. El premiado niñito Javier , enculado en el lujo asiático de Sunset Bulevard, vestido de Armani, de la manita de "Pe", viene a España y se enfunda las sandalias heredadas de su madre -ambos tienen el mismo pie- y a menear el dedo gordo al ritmo de La Internacional. Venga, hombre. Yo los tengo calados y son carne de zapping cada vez que los veo en la televisión. Además, ante la prensa española se muestran huidizos, mientras que cuando los aborda la americana sufren verdaderos orgasmos. Vaya gentuza ésta, abrillantada con sudor comunistoide y más vista que el TBO. Váyanse a la mierda, les diría Fernando Fernán-Gómez. Y yo también.