Ya quisiera estar hablándoles del apóstol san Pablo, pero no; aunque tengan el mismo origen etimológico, me voy a referir al presidente, poco representativo, Paulino Rivero (perdone que no le ponga el tratamiento deferencial de "don").
Con el aumento de la jornada laboral de los funcionarios canarios, de media hora diaria, se ha ido descubriendo que llevaba intenciones ocultas. Y me voy a referir solo a los funcionarios sanitarios. Cuando lo propuso en diciembre dijo: "Solo les estoy pidiendo media hora más". Hasta ahí bien, si no fuese porque esa media hora más se hubiese podido hacer día a día, pero no. Sus acólitos han decidido que lo que interesa que hagamos con esa media hora de más es acumularla y, de forma prioritaria, que hagamos dos sábados cada tres meses (entre 58 y 65 horas anuales). Y, si no interesa, las otras opciones son 5 h cada 3 semanas (80 horas anuales) o 2 h 20'' semanales (112 horas anuales) ¿Dónde queda, pues, esa media hora más?
Como ven, se bonifican los sábados en relación al número total de horas anuales con respecto a las otras opciones. Al trabajar los sábados se reduce el personal de Urgencias y con la opción del complemento de cinco horas más se ahorrarán contratar sustitutos. Al final, pretenden ahorrar 20 millones de euros a costa de ir eliminando personal y sobrecargar a los que quedan. ¿Y para qué? ¿Para seguir derrochando en la Policía Canaria y la televisión autonómica?
Como consecuencia, el paro sanitario va a aumentar cada vez más, porque se acaba de prescindir de más de mil trabajadores, después de haber prometido crear mil plazas nuevas fijas. Pero ¿qué tomadura de pelo es esta? Primero, me las da y luego me las quita. Me recuerda al Cabildo de Tenerife cuando se subieron el sueldo para después bajar una parte y quedar bien ante la opinión pública. Pero si eso quedara ahí lo daríamos por menos malo, pero se espera que los contratos temporales que vayan terminando este año no se renueven, con lo que aumentarán mucho más los parados sanitarios.
Les dicen a los ciudadanos que la calidad asistencial no se va a resentir. No se lo creen ni ellos. ¿Piensa usted, señor Paulino, que nos puede engañar como hacía Zapatero? ¿Cómo cree que se puede dar la misma calidad asistencial con menos personal, menos sueldo, la mitad de la paga extra, más horas de trabajo, con los trabajadores descontentos y, por si fuera poco, la subida de IRPF, donde seguro que usted meterá la mano en la parte autonómica?
Al igual que sucede con el reloj del peligro atómico, sus agujas como político están a punto de recorrer, de forma inexorable, los últimos minutos que le quedan y marcar la medianoche. Lástima que su obstinación por no desprenderse del poder y pactar a la desesperada con el ya demostrado caballo perdedor socialista lleve a la debacle a su partido. Tendencia que ya se pudo comprobar en las elecciones nacionales con la pérdida de más de 50.000 votos en Tenerife. ¡Váyase, señor Paulino! ¡Váyase y deje paso a personas más competentes!
Para terminar, sepa que tiene el triste honor, como de un demérito más, de que esas manipuladas horas que nos impone y todas las turbias circunstancias que las rodean se les están conociendo en todo el ambiente sanitario como "las horas paulinas"
Un sanitario indignado
Que paguen los culpables
¿Recuerdas en qué momento los maestros, los profesores, los policías, los conductores de ambulancias, las enfermeras y enfermeros, comadronas y auxiliares, los médicos, los trabajadores sociales, los educadores sociales, los bomberos, los investigadores, los carteros, los bibliotecarios, los funcionarios y empleados públicos, en general, hundieron el mercado de valores, expoliaron los bancos, se endosaron miles de millones de euros en primas y no pagaron impuesto alguno? ¿No lo recuerdas? ¡Yo tampoco!
¡Ya basta! ¡Que paguen los culpables!
Miguel Dueñas Muñoz