NI EL CONGRESO a la vista para este sábado, que hace el número cinco de los celebrados por el partido supuestamente nacionalista, y se habla de refundación, como hizo don Manuel Fraga, que en paz descanse, con el Partido Popular, harán desaparecer la ruptura cantada entre Coalición Canaria y Centro Canario Nacionalista.

En un comentario anterior me referí a lo que significó para esa alianza, que CCN dice que es solamente electoral, y de ahí no pasa, la dimisión de Ignacio González Santiago como portavoz segundo del grupo parlamentario. Ignacio es un político serio y competente que sabe y practica lo que es verdadero nacionalismo, mientras CC, con el nefasto caudillaje de Paulino Rivero y su panda de adulones bolsilleros, va a lo suyo y espera ponerles un zurcido a los fijones del partido en ese congreso que, probablemente, haya comenzado cuando este comentario salga a la luz. Pero ni por esas, por mucho que el portavoz de CC, José Miguel Barragán, admita ya, aunque disimula, diciendo que, "a título personal", no desea repetir alianza con CCN en 2015.

Y Benito Codina, por parte del CCN, anuncia que este partido quiere ir solo y sin comparsa a los próximos comicios. Barragán, por su parte, desmiente la situación actual achacando la misma a alguien que no nombra, el cual está provocando que ocurra algo que dé lugar a la ruptura definitiva. Codina, por su lado, ya tiene fijado lo que persigue el CCN con sus votos en solitario en las elecciones locales de 2015, que serán unos cien mil, exteriorizando sus condiciones de adivino.

Hace unos días CC y CCN han escenificado lo que será el principio del fin del pacto actual junto con el PNC. José Miguel Barragán y José Miguel Ruano, en una reunión en la sede de CC, se echaron fuera el trasero, como quien dice, y dijeron que no será por ellos por los que se rompa el acuerdo de gobernabilidad, y adelantan que aceptarán la dimisión de González Santiago como portavoz suplente o adjunto del grupo parlamentario.

Y así estamos, por el momento, cuando se sacan a colación relaciones anteriores con el PP y su entonces jefatura regional de este partido ocupada por José Manuel Soria, hoy ministro del Gobierno de Mariano Rajoy.

Y como agua pasada no mueve molino, lo realmente cierto, en estos momentos, es que desaparece de la política canaria esa especie de frente nacionalista fracasado o, en el mejor de los casos, pierde toda la fuerza y la influencia que dice haber tenido, que nunca fue realmente importante, aunque perjudicó bastante a Canarias cuando algunos de sus representantes, principalmente los diputados en el Congreso, Ana Oramas y Perestelo, apoyaron con sus votos iniciativas del entonces presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero que eran realmente perjudiciales para Canarias.