No sé si es que me estoy haciendo mayor, o es que realmente cuando analizo ciertas cosas me doy cuenta de que en los eventos que se celebran en nuestra isla se nos trata como auténtico ganado.

Hace dos sábados asistí a un festival en la plaza del Auditorio, previo pago de 15 euros, del que puedo decir que las actuaciones fueron bastante buenas; pero, por el contrario, la falta de iluminación era patente en varios sitios.

Ponen una hilera de baños portátiles, en los que entras a oscuras totalmente, en los que apenas cabe una persona que "esté en la línea", en los que no sabes qué estás pisando, y en los que será una suerte que atines sin salir empapado. ¿Qué cuesta poner luces a los aseos? Ya está bien de que los organizadores de los eventos piensen que por estar en un concierto se está en "la noche loca" y que a los que asistimos nos da todo igual. No cuidan nada a la clientela.

Aparte de esto, también el Ayuntamiento de Santa Cruz, sabiendo de la existencia de este concierto, deja a oscuras los alrededores del Auditorio, Castillo Negro, etc., teniendo que adivinar casi el camino hacia el coche. ¿Cómo es posible que una zona tan transitada esté sin alumbrado? Qué falta de responsabilidad. Pero qué vamos a pensar si también encienden día sí y día no un emblema de la ciudad como es el Auditorio, cuestionando así el cuidado que se tiene de la imagen nocturna de la ciudad.

Voy a concluir diciendo que en Tenerife las empresas organizadoras de espectáculos son auténticos chapuceros, teniendo por bandera la falta de seriedad y de organización; y, encima, en muchos casos cobran subvenciones para los eventos, y lo único que hacen es dejar mal sabor de boca al público que asiste, siendo muy habitual que se opine más de lo tarde que empezó el espectáculo (Alicia Keys), de la cola que se hizo para entrar o pedir una copa (Fiesta del Siam Park), del mal sonido (Mala Rodríguez y Calle 13), etc., en vez de hablar del artista en sí (podría poner muchos más ejemplos).

Dense una vuelta por otras ciudades españolas y tomen nota de cómo se hacen las cosas, y dejen ya de tomarnos el pelo, cobrando entradas cada vez más caras y ofreciendo cada vez peores servicios.

Paula G.S.

Solo millón y medio

La sección "Directivos" de la edición del miércoles 25 del periódico económico "Expansión" viene especialmente atractiva, ya que después de un reportaje sobre el arquitecto sir Norman Foster; después de un amplio reportaje sobre los discípulos del reputado cocinero Martín Berasategui con más estrellas Michelín que nadie en España (siete y una de ellas conseguida en nuestro hotel Abama); después de resaltar que los astrofísicos suizos Michel Mayor y Didier Queloz han sido galardonados con el Premio Fundación BBVA en la categoría de ciencias básicas; después de un reportaje relativo al presidente de la Federación Española de Baloncesto, que en 2014 organizará el XVII Campeonato Mundial, y, finalmente, después de contarnos que los madrileños podrán ver una exposición relativa a los sesenta años que hace que salió aquel Volkswagen al que llamaron "Escarabajo" y de anunciar a sus lectores que al fin los empleados de los parques temáticos Disney en Estados Unidos podrán llevar barba y hasta vestir de "sport", en medio de este cúmulo de noticias, nos enteramos de que, entre otras viviendas de ensueño en venta en varios lugares de España, hay una de "puro estilo tradicional canario", edificada en el siglo XVII y conocida como Casa Palacio Ico, en memoria de la reina Ico de Lanzarote, situada en Teguise y que sale al mercado por el módico precio de millón y medio de euros.

Conque ya lo saben: se van a Lanzarote, se compran por cuatro perras esa casucha y luego lo van a celebrar a M.B. con su estrella Michelín, en el hotel Abama. ¿Hay quien dé más por menos dinero?

José Mª Segovia Cabrera

(Madrid)