1.- No pensaba yo que desataría tantas pasiones mi artículo sobre el Barça y los magos. Los lectores no paran de mandarme mails, muchos de ellos -ya lo dije- dándome la razón (todos los magos son del Barça) y otros quitándomela. Entre estos últimos voy a citar a dos desocupados lectores, que me ponen a caldo de pota. Ya saben, y si no lo saben lo cuento yo ahora, que en el artículo de ayer di entrada a otros; aceptantes y discrepantes. Bueno, pues PérezDueñas (me tutea, debe de ser que me conoce, aunque yo de él no me acuerdo) dice: "Espero que te retraigas de tus graves acusaciones (que todos los magos son aficionados al F.C. Barcelona) contra un colectivo seguidor del equipo que ahora mismo es el mejor del mundo. Sólo te falta poner que todos los negros roban y todos los gitanos trafican. Sal al público y di que todos somos unos chulos". Caray con ; me da que no es el de las Tablas de la Ley, sino otro. Don RafaelSuárezAfonso: "Muy mal por ese artículo... el Madrid es un equipo sucio que hace fichajes a base de talonario... el señor Pepe debería estar retirado de los terrenos de juego... Karanka es un lameculos... este equipo, con Franco, ganaba los torneos por decreto". Yo ante tales argumentos me rindo.

2.- Don VicenteMartínez analiza, sin embargo, de manera mucho más educada y amable: "No le conozco personalmente, difiero a menudo de sus opiniones, pero le leo diariamente. El aficionado del Barça de antiguo, el que sufrió en los 90 a la quinta del Buitre que desarmaba una y otra vez sus pretensiones de ser el mejor equipo de España, ése merece todo el respeto posible. Creo entender que usted se refiere a esa otra clase de indocumentados, aficionados al Barça de hoy, y mañana del Betis, si gana tres ligas seguidas, cuyo único criterio es llevar la camiseta del equipo que hoy está en la cumbre, sin entender lo que puede ser un sentimiento sincero... Y tengo la impresión de que, con los años, usted ha abandonado posiciones más aduladoras para convertirse en alguien más auténtico, siempre desde la impresión que me genera la lectura de sus artículos y sus intervenciones en la radio. Le felicito. Más vale tarde que nunca".

3.- Bueno, los lectores son los que mandan, porque también son los que bendicen o demonizan lo que uno escribe. Yo, con frecuencia, me olvido de ellos, porque soy un egoísta, un egocéntrico y un tipo raro; debería tenerlos más en cuenta. Te ayudan a encauzar los escritos. Una crónica es un pedrusco jadeante y apresurado que uno tira cada día a las páginas del periódico; mañana, hoy no, estas crónicas servirán para que el mago se limpie el culo con ellas. Es nuestro sino. Lo mismo estamos en boca de todo el mundo que pegados al esfínter de los clientes de los bares de esos altos. Por eso los periodistas tenemos tanto de estrafalarios. Claro que, en ocasiones, más estrafalarios son los lectores. Los del sí y los del no. Fin.

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