LO OCURRIDO la pasada semana en el barrio pesquero de San Andrés, de nuevo en los alrededores de la avenida y del castillo, fortaleza cuidada con esmero por nuestro bienamado ayuntamiento, confirmó la acostumbrada inundación que visita el pueblo de pescadores chicharrero, y al que esta peligrosa rutina lo mantiene en vilo desde hace muchos años ante la vergonzosa pasividad de las autoridades (¿), que, desatendiendo las perentorias peticiones formuladas para la construcción de la vital escollera que evite males mayores o destrozos, como en el último temporal del pasado año, han diseñado, cómo no, otra chapuza que ha servido para demostrar la inepcia generalizada de aquellos que, en teoría, deben afrontar las soluciones posibles ante fenómenos adversos, expresado en términos meteorológicos actuales.

Candelaria también tuvo que cerrarse desde la cueva-ermita de San Blas hasta Cho Vito. La mar se llevó las recientes y, a juzgar por lo sucedido, enclenques obras realizadas. Alguna vez tendrá que explicarse qué demonios ocurre con algunas obras públicas. No se puede aislar a unos vecinos de esta capital (pagan los mismos impuestos que en la zona centro) como así lo han sentenciado los sucesivos gobiernos municipales, que, con sus pésimas gestiones, han logrado una incalificable repetición de episodios que situaron a la vecindad y visitantes al albur de auténticos riesgos. ¿Qué hicieron los anteriores concejales, además de salir escondidos en el maletero de los coches después de los accidentados plenos provocados y convocados por ellos mismos? Según síntomas apreciables, parece que el nuevo equipo aborda los temas con otro estilo más próximo al ciudadano, pero se advierte, también, cierta parsimonia con el litoral capitalino. Es hora de espabilarse.

Levantar y reforzar un metro la escollera interior, obra que se ha realizado ante la crítica vecinal (los vecinos siempre tienen la razón sobre los técnicos), no ha servido, efectivamente, para completar lo que se viene construyendo: frenar los embates y que la mar no llegue a viviendas y comercios. Por suerte, este año la de fondo y el fuerte oleaje no tuvieron las características del anterior temporal, pero, con todo, hubo que cortar la avenida, con lo cual llegamos a otro de los temas cruciales para el barrio: el cuello de botella que se forma a la entrada, en el comienzo de la carretera que conduce a El Bailadero. Desde la Casa de los Dragos no se informa qué se piensa hacer para resolver este importante inconveniente. ¿O se han dedicado a mimar ese parking olvidando la anhelada escollera? Una de las personas que, a lo mejor, podría informar sobre este asunto... ya no está. Ya no está ni en el ayuntamiento ni en Coalición Canaria. Ahora es "popular". Se ha marchado, de la mano de Cristina Tavío, a La Gomera como directora insular de la Administración General del Estado, esto es, cargo semejante a una subdelegada del Gobierno central, con mínimas atribuciones. Alguna multa y poco más. Luz Reverón tuvo mucho que ver con San Andrés y Las Teresitas. De hecho, está imputada en varios asuntos (prevaricación y un delito contra la ordenación del territorio). Todo está en manos de la Justicia. Ya veremos. Lo que sí hemos visto ha sido la insólita rapidez utilizada en su transformación de neonacionalista en españolista. Todo lo que está mal... está bien, propalan los políticos. Así, conocimos el tránsito de un impresentable que, según surgieran las distintas circunstancias, cambiaba de chaqueta: Falange, Alianza Popular, Partido Popular, PSOE, ATI y CC. Lo bueno del caso es que él no sabe que todo el mundo lo sabe.

¿Cómo es posible que el desastre continuado en San Andrés prosiga su marcha en el tiempo? Los vecinos están hartos de escuchar la misma canción interpretada por los mismos intérpretes, aunque el coro esté hoy algo renovado. La letra dice, más o menos: Costas se hará cargo de los daños ocasionados por la mar tanto en la avenida Marítima como en la escollera que linda con ella (hasta ahora, con la censura vecinal); la Autoridad Portuaria redactará el proyecto del dique sumergido (es lo que se viene solicitando secularmente) y todas las acciones irán enfocadas a la seguridad del pueblo (sigue cortándose la vía de entrada). Pero lo que más ha conmovido a la población es la promesa efectuada por el director general de Costas, en Madrid, confirmando el inicio inmediato de las obras. Hay emoción contenida en el barrio.