Considero que cada uno con su dinero puede hacer lo que crea conveniente. Me refiero a los viajes del Sr. Toxo y a la colección de relojes del Sr. Méndez (aunque también pueden ser réplicas). También considero que estos señores, por razón del cargo que desempeñan, estarán al corriente de lo que a continuación expongo brevemente.

El final del último siglo y lo que va transcurrido de este han sido testigos de un conjunto de cambios de amplio alcance que fueron capaces de alterar las economías y sociedades de nuestro mundo desarrollado. Concretamente, en el mundo laboral se ha podido apreciar:

a) La uniformidad y estandarización que caracterizaba la relación de empleo en la era industrial se torna en estos días diversidad y flexibilidad. Nacen múltiples relaciones de empleo que sustituyen al contrato de trabajo tradicional.

b) Las nuevas modalidades tienden a perder la estabilidad, la vida laboral se hace más larga que el puesto de trabajo. Aparece el concepto de empleabilidad, que quiere decir que la empresa proporciona un trabajo que ayudará al trabajador a desarrollar su capacidad, pero no prometen permanencia en el mismo. La experiencia que adquiere le brindará mejores posibilidades para el futuro.

c) El conocimiento es un activo crucial e implica pérdida de peso específico para el trabajo menos cualificado. Paralelamente, la búsqueda de trabajadores altamente cualificados se convierte en prioridad.

d) En los países de nuestro entorno se producen paradojas como la que representa el significativo aumento del desempleo, a la vez que se produce una demanda mayor de empleados cualificados, desajustes que se acentúan por las crisis de los sistemas educativos, que en algunos casos no son capaces de corregir estos desequilibrios.

e) La jornada de trabajo cobra protagonismo. La regulación de la jornada de trabajo ya no da adecuada respuesta a las nuevas necesidades de las empresas; se plantea su reducción en el marco de la lucha contra el desempleo. Francia toma la iniciativa en este tema. Se produce la masiva incorporación de la mujer al trabajo, se hacen intentos para conciliar la vida laboral con la personal y familiar. En definitiva, un entorno bastante cambiante.

Ante este nuevo panorama, los líderes sindicales ¿cómo reaccionan? Pues parece que sacando al personal a pasear en domingo.

Tengo mis dudas acerca de que, ante estos nuevos retos, la lucha con las viejas armas sea eficiente; quizás estén algo mohosas estas viejas recetas. ¿O quizás solo es una forma de justificar sus sueldos? Que cada uno saque sus conclusiones.

Nicolás Villodres Ríos

(Granada)

La tragedia de la guerra

Solo pasajes escritos hace milenios, como las tragedias clásicas, describen con devastador acierto las masivas migraciones humanas de la Somalia actual, donde el único atisbo de lugar seguro es llegar a Liboi-Dobley y, una vez allí, a los campos de refugiados. En este periplo muchas familias se desperdigan. Malviven en tiendas, provistas por ACNUR. El número de menores desacompañados que llegan hasta los campos de refugiados es elevado y también el de familias que, haciendo un gran esfuerzo, adoptan a aquellos que encuentran en su camino.

Algunos huérfanos que se han visto obligados a ejercer de cabezas de familia arrastran consigo biografías que incluso resultarían excesivas para un adulto. Muchos han sido soldados, reclutados por Al-Shabab, pero también por el gobierno somalí.

En Somalia se vive la sequía más cruel y una hambruna de niveles inéditos. Mueren diariamente dos niños por cada diez mil; en las pocas zonas de Somalia, donde hay datos fiables, mueren quince niños al día. Hay 700.000 niños en riesgo de muerte real por hambre. Y más de quince millones de estómagos vacíos.

La ayuda aquí no solo es necesaria, es imprescindible, en el sentido más rotundo de la palabra, vital. La situación en los campos de refugiados de Dadaab es de extrema precariedad.

Clemente Ferrer

(Madrid)