EL TEMA de la autoridad en la educación ha sido siempre polémico y lo sigue siendo en la actualidad. Algunos educadores piensan que la autoridad es incompatible con la educación porque coarta la libertad del educando e impide el desarrollo de su personalidad. Otros pensamos que sin autoridad es imposible educar: la falta de autoridad es una de las causas fundamentales del fracaso en la educación de los hijos, del fracaso escolar y, por lo tanto, de la mayoría de los conflictos sociales, políticos, económicos y hasta de valores que padecemos.

Son muy pocos los que en la actualidad se atreven a ejercer la autoridad. Tal vez, debido a la connotación negativa que se le ha dado y se le da; confundiéndola, la mayoría de las veces, con el autoritarismo, con la personalidad despótica, o que casi siempre se asocia a la obediencia ciega, la disciplina y los castigos -aunque la docilidad y la disciplina también son imprescindibles para educar-. También porque no es nada fácil y bastante comprometido ejercer la autoridad, apoyarla y respetarla. Tema que he tratado desde diversos ángulos en esta columna, pero en el que no me importa volver a insistir.

En esta ocasión, para dar a conocer el libro "La autoridad del profesor. Qué es la autoridad y cómo se adquiere" (Ed. Wolters Kluwer España, 2ª ed.), de la profesora María Rosa Espot. No es un libro más sobre educación, sino un estudio profundo, serio y eminentemente práctico, con un lenguaje muy asequible y claro. A mi modo de ver, es la suma de muchas horas de trabajo, estudio y años de experiencia docente.

Esta obra va dirigida de manera fundamental a los profesores de Secundaria -a los que sugiero leer y releer, además de tener a mano-, pero, a su vez, puede ser de utilidad para padres, profesores de Primaria y, me atrevo a decir, hasta para profesores de universidad, tal como está el panorama, donde tanto se echa de menos, lo mismo que en los institutos de Secundaria, aquellos catedráticos de entonces ¡con autoridad! Porque, como bien dice su autora, "el dominio de unos contenidos y el conocimiento de las estrategias más eficaces de enseñanza por parte de los profesores son factores necesarios, pero no suficientes, para que se pueda realizar una tarea docente con éxito". Lo confirma el desastre actual en nuestro sistema educativo y la frustración de tantos profesionales de la docencia.

La profesora Espot organiza este libro en seis capítulos: en los tres primeros aborda un estudio teórico del concepto de autoridad, hace un recorrido histórico de la educación y su relación con la autoridad, desde la antigüedad griega hasta la situación actual de la autoridad, en concreto en la legislación actual en nuestro país, en educación secundaria y en la formación del profesorado. En los tres capítulos restantes hace unas propuestas didácticas para la formación del profesorado sobre este tema, un estudio de la autoridad en relación con el género y una propuesta didáctica para la formación de los profesores más jóvenes.

De manera singular, me ha encantado el estilo de una serie de cartas que una supuesta profesora experimentada de Secundaria escribe a una joven profesora en sus inicios profesionales, a través de las cuales no solo trata de enseñarle determinadas tareas docentes básicas, sino que además intenta ilusionarla, "para que poco a poco vaya amando su profesión", con las que finaliza el último capítulo del libro.

Para concluir, me gustaría resaltar dos ideas de su contenido: "La autoridad del profesor es fruto de su estudio, de su esfuerzo y de su trabajo personal, de sus actitudes y de su esfuerzo dentro y fuera del aula"; y "el fin que persigue la autoridad del profesor es el crecimiento del alumno en madurez y responsabilidad..., con amabilidad, mediante consejos e incluso opiniones del profesor, más que con órdenes y mandatos. La amabilidad es compatible con la exigencia razonada y justa".

María Rosa Espot (Barcelona) es licenciada en Ciencias Biológicas por la Universidad Autónoma de Barcelona y doctora en Humanidades por la Universidad Internacional de Cataluña. Desde 1978 es profesora de Matemáticas en el colegio La Vall de Bellaterra (Barcelona), y desarrolla tareas de tutoría y coordinación en Secundaria. Desde 2001 imparte un curso de formación dirigido a profesoras nuevas en el citado centro. Y ha sido ponente en diversos cursos de formación de profesores en la Universidad de Navarra y en la Universidad Internacional de Cataluña.

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