CUANDO salga este artículo estarán a punto de terminar los Carnavales de Santa Cruz de Tenerife de 2012. El resto de los pueblos de Tenerife, hasta los más pequeños, y los de todas las Islas quieren tener "sus" carnavales, con sus improntas, como los Indianos palmeros, y los celebran en fechas distintas para que no coincidan con los de la capital y así no perder audiencia. Centrándonos en Santa Cruz, comenzaron el 25 de enero con la presentación de las candidatas en el reloj de flores del parque García Sanabria y terminarán el 26 de febrero con una serie de actuaciones. En total, todo un mes de festejos y más de una treintena de diversas actuaciones, entre las que debemos destacar, por su repercusión en la vida normal de la ciudad, con el cierre de importantes vías: la Cabalgata Anunciadora el 17 de febrero, viernes; el concurso de comparsas en la avenida de Anaga, el 18 de febrero; el Coso Apoteosis del Carnaval, también en la avenida de Anaga (Francisco La Roche), el Martes de Carnaval, el 21 de febrero, y, por último, el Entierro de la Sardina el 22 de febrero, coincidiendo con el Miércoles de Ceniza. Coincido con lo expresado por Roger, en su columna de EL DÍA titulada "A Fondo" del domingo 19 de febrero, que lleva el título "La ciudad paralizada". Razonando que se hace necesario cambiar el itinerario de las cabalgatas citadas anteriormente y demás actos que paralizan en gran modo la vida normal de la ciudad, cerrando al tráfico días enteros importantes vías de entrada y salida, y colapsando la única que queda, la Rambla de Santa Cruz (antes llamada del General Franco, Hijo Adoptivo de la ciudad, por las muchas e importantes obras que se realizaron durante su gobierno), y que no son suplidas adecuadamente con el tráfico por el puerto. Coincido plenamente con Roger en cuanto expresa en su columna, y decir a este respecto que en el más famoso carnaval del mundo (con permiso del de Tenerife), el de Brasil, en Sao Paulo, existen "sambódromos", por donde circulan sus carrozas y grupos.

Es positivo la existencia de estas fiestas, donde la gente se divierte y olvida en parte los problemas que actualmente existen. Tienen muchos años de antigüedad. Los recuerdo de joven, hará unos cincuenta años. En el carnaval de entonces la gente iba por la calle disfrazada a cualquier hora, y al ir con antifaces o tapadas inquirían a los conocidos con los que se encontraban: "¿Me conoces, mascarita?". Era divertido e inocente. Había fiestas en las sociedades: Casino de Tenerife, Club Náutico, Círculo de Amistad y música en el cine Parque Recreativo (también conocido por "Parque Restregativo"), en la plaza Isla de la Madera, en la plaza del Príncipe... Se pasaba bien, los disfraces eran sencillos, no se gastaba demasiado dinero, quizás lo único que la población aumentaba a los nueve meses. Después, en la época de las vacas gordas, a veces o siempre, ficticias, comenzaron los gastos fastuosos, las carrozas, los coches engalanados, que volvían loca a la ciudad hasta altas horas hasta que limitaron sus actuaciones. Hoy en día ha tenido que montarse un importante dispositivo de seguridad y hospitales de campaña, que costarán un buen dinero para minimizar los incidentes. Así y todo, ha habido hasta ahora más de cien incidentes y varias hospitalizaciones. Recordar también que habrá personas enfermas o mayores, niños pequeños, que tienen derecho al descanso; incluso hay mucha gente que, por la razón que sea, no le gustan estas fiestas. ¡Están en su derecho! Habrá que tratar de conciliar algún día ambos derechos. Me pregunto cuánto le costarán al ayuntamiento y otras instituciones públicas estas actuaciones en esta época de grandes carencias, con muchos indigentes en la calle que incluso mueren y familias sin recursos.

En alguna ocasión se ha criticado el cierre por unas horas de la calle Méndez Núñez en la plaza de Weyler, por algún acto militar, pero con los Carnavales todo está permitido.

Cambiando de tercio, aunque antes lo insinué, el Entierro de la Sardina, el miércoles 24 de febrero, teóricamente el fin de fiesta, coincide con el inicio de la Cuaresma, desde el Miércoles de Ceniza, fecha en que la Iglesia Católica, la mayoritaria con mucho en España y en las Islas, nos recuerda al imponernos la ceniza que somos polvo y en polvo hemos de convertirnos, antes o después, hasta la Semana Santa, en la segunda semana de abril, a semejanza de los cuarenta días que Nuestro Señor Jesucristo pasó en el desierto como preparación a su Pasión. En estos días deberían primar para los creyentes el ayuno, la oración y la limosna. Sin embargo, como anteriormente dije, muchos pueblos programan sus fiestas carnavaleras en plena Cuaresma para evitar la coincidencia con Santa Cruz, pasando por alto este periodo penitencial. Todo es válido en esta España laica o laicista, de pérdida de valores, tradiciones y creencias.

No me queda mucho espacio. Comentar brevemente el Congreso del Partido Popular, donde Rajoy ha sido reelegido presidente con el 97% de los votos, nada que ver con el 70% de Rubalcaba; en que se han elegido para los puestos ejecutivos los esperados, procurando que los miembros del gobierno se dediquen exclusivamente a lo suyo, a sus ministerios, separándolos del partido. Reafirmándose en las medidas ya tomadas, como la ley laboral, como algo justo, bueno y necesario, aplaudido por Europa y en consonancia con las naciones europeas que están sobrellevando mejor la crisis; asimismo, apoyada por importantes economistas. Mientras tanto, los sindicatos y primeras figuras del Gobierno anterior, causante evidente del enorme deterioro actual -el del PP lleva escasamente dos meses en funciones-, en especial la injustificable cifra del paro, sin haber hecho nada para evitarlo, sino endeudando más al futuro gobierno, después de haber cesado, en temas partidistas o ideológicos, se han manifestado en varias ciudades españolas, unas cincuenta y siete, con importantes cifras según los convocantes, no coincidentes con lo que dice la policía. En Canarias, por ejemplo, no llegan al 1% de la población los manifestantes, indicando que el 99% no está conforme con esta protesta y espera que las nuevas medidas den sus frutos lo antes posible. Aducen que es la mayor concentración de la democracia, cosa que no es cierta, pues las manifestaciones por la familia y contra el aborto fueron mucho más numerosas y no fueron escuchadas en absoluto por el Partido Socialista, entonces en el poder, y exigen al gobierno del PP negociar la reforma. Es al menos curioso que quienes reniegan de estas normas sean los primeros en agarrarse a ellas para despedir a más de quinientos trabajadores de CCOO y UGT, con despidos de veinte días por año trabajado, con un tope de doce meses, como base para la indemnización. Se utiliza un discurso "social" contra el gobierno y, al mismo tiempo, se da prioridad a la eficiencia económica cuando se trata de asuntos internos. Esta ley seguirá el correspondiente trámite parlamentario; cada cual presentará las enmiendas que crea oportunas y al final decidirán los votos. ¡Es la democracia!