1.- Quienes inventaron el nomenclátor de Canarias, es decir, los nombres de nuestras islas y ciudades lo hicieron para despistar al godo. Estoy seguro. Vaya lío que se arma el godo con los nombres. No es para menos, porque también el canario anda ciertamente confundido. Vamos a empezar por la zona oriental. La capital se llama Las Palmas de Gran Canaria. A la isla la bautizaron recientemente como Gran Canaria, porque antes todo el mundo le decía Las Palmas. "¿A dónde vas?". "A Las Palmas". "¿De dónde salió para África cuando aquello?". "De Las Palmas". Y punto. Y la provincia se llama también Las Palmas, pero a secas. El godo no se aclara, se perturba. Si va a Fuerteventura no sabe si está en Puerto del Rosario o en Puerto Cabras. Ignora que es la misma cosa. Lanzarote tiene menos problemas, quizá la influencia de CésarManrique. La isla es la que es y la capital, Arrecife. Un nombre precioso, por cierto.

2.- Aquí, por estos lares, el asunto se pone muy peliagudo. La isla es Tenerife, la capital se llama Santa Cruz de Tenerife y la provincia Santa Cruz de Tenerife también. Yo siempre lo resumo: digo Tenerife para todo y ya está. Los palmeros, para distinguir La Palma/isla de Santa Cruz de La Palma/capital, o quizá para confundir más, llaman La Palma a la capital, en su lenguaje coloquial. O le dicen "la ciudad". Cuando uno va a Los Llanos de Aridane, el palmero de la ciudad dice: "Voy a la banda". O lo decía antes, al menos. Yo se lo oía mucho a mi amigo OpelioRodríguezPeña, paz descanse, que era canarión de nacimiento, pero tinerfeño de corazón. En La Palma sí que se puede armar tremendo lío el godo que vaya a los Indianos a no poder respirar. Me lo armo yo, que no sé si he dado pie con bola, cómo será un navegado. El Hierro no tiene problema con su Valverde y La Gomera sí, porque a San Sebastián (la capital) le dicen La Villa.

3.- El nomenclátor canario es terrible. Un lío morrocotudo. Yo no sé quién fue el autor de la monumental confusión, pero desde luego si se proponía armar tremendo lío lo consiguió. Y es que estas islas mías son surrealistas a más no poder. No se olviden que aquí nació el surrealismo europeo, o casi. Una vez bauticé un libro mío como "Islas de Locos". Y lo son. El abuelo de MiguelCabreraPérez-Camacho, el famoso doctor palmero, decía que la solución para las Islas Canarias era vallarlas, ponerles un techo y convertirlas en un gran manicomio. Repasando el nomenclátor, me dan ganas. Fíjense si son surrealistas que MikeKennedy, el ídolo de los 60, cantó la bonita canción de EzequielPerdigón, "Isla mía", con acento americano y con isa incorporada. El conejo me riscó la perra.

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