NO SÉ si el hecho, presuntamente delictivo, del alcalde de Las Palmas, don Juan José Cardona, por favorecer a una empresa privada en la recalificación de ciertos terrenos, es cosa contagiable, como la gripe o el sarampión, a otros funcionarios o cargos públicos o políticos influyentes, pues, casi el mismo día, este periódico informó de que el director médico del Hospital Nuestra Señora de las Nieves, de la isla de La Palma, se autosustituyó en el servicio para cobrar, en dos días, la suma de 2.800 euros, según dio a conocer y denunció en sesión parlamentaria la diputada regional del Partido Popular doña Mayte Pulido, que es médico de profesión. Esta dijo que el responsable de cuadrar las jefaturas de guardia en el centro hospitalario palmero se designó a sí mismo para percibir unos 1.400 euros cada uno de los sábados en que trabaja durante el mes. Y lo curioso, dijo la denunciante en la Cámara Legislativa, es que se trata de guardias para sustituir al director médico, doctor David Hernández. Añadió la diputada en su intervención que el doctor Hernández cobra actualmente unos 60 euros por cada una de las horas de guardia que realiza los sábados. Se dijo, igualmente, en el pleno que el doctor Hernández se incluye a sí mismo dentro del calendario de jefaturas de guardia y se reserva dos sábados al mes, con el incremento que conlleva en sus honorarios, lo que le supone que tendría que sustituirse a sí mismo, e independientemente de la capacidad del doctor Hernández como facultativo, esto es materialmente imposible, y pongan los lectores los calificativos que quieran a estos hechos, visiblemente irregulares, que están ocurriendo en un centro público asistencial sanitario, cuyo cometido es, fundamentalmente, garantizar la salud, en este caso concreto, de la población palmera.

También la diputada del PP, doctora Pulido, dio a conocer en la Cámara que en la relación de puestos de trabajo correspondientes al Área de Salud del Hospital palmero aparece un solo directivo de Atención Primaria y hay realmente cuatro, cifra que los médicos, en su mayoría, opinan que son cargos de adorno porque no hacen falta, ya que no cubren ninguna necesidad.

El panorama sanitario regional empeora todavía más, ya que estos inexplicables y censurables casos incrementan una negativa situación general marcada por tres hospitales parcial o totalmente cerrados, y uno, en obras que parecen interminables. ¿Es de gobernantes sensatos y mínimamente aptos permitir estas irregularidades que suponen sumideros de dinero, se sabe ahora, incluso en el Hospital de La Palma? Seguro que no va a haber respuesta ni por parte de la consejera de Sanidad ni, mucho menos, por el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero.