IMAGÍNATE a los burócratas soviéticos -los "apparatchiks" del partido- conduciendo sus Volgas con aires de suficiencia por en medio de los peatones soviéticos. En realidad se veían patéticos al lado de cualquier americano de clase media, pero dentro de la URSS eran los que tenían privilegios. Los "apparatchiks" se hacían llamar los "servidores del pueblo", pero, a diferencia de sus "maestros" menos "iguales", a los "apparatchiks" se les permitía viajar a Occidente.

El contraste material entre ambas sociedades debió de ser impresionante para ellos. Quizas alguno jugueteó con el pensamiento criminal de que si se desprendía de su propio sistema de gobierno de "redistribución" y le daba a la gente la oportunidad de ganar un ingreso real sin la obstrucción gubernamental, el nivel de vida de cada individuo se cuadruplicaría, incluido el propio.

Sin embargo, ya que en una sociedad libre y competitiva ellos ya no serían los que tendrían mayor poder y el privilegio, la certeza de pequeños premios inmerecidos compensaba la oportunidad de obtener una mayor recompensa mediante esfuerzos honestos. Así que continuaron "sirviendo" al pueblo, manteniéndolo sometido, mientras ellos continuaban manteniéndose en la cima.

Con respecto a la burguesía y el empresariado canario pasa algo parecido. No resisten ninguna comparación internacional, y las diferencias saltan a la vista. Como decía Franz Fanon: "En el seno de esta burguesía nacional no hay ni industriales ni financieros. La burguesía nacional de los países subdesarrollados no se orienta hacia la producción, los inventos, la construcción, el trabajo. Se canaliza totalmente hacia actividades de tipo intermedio. Estar en el circuito, en las combinaciones, parece ser su vocación profunda. La burguesía nacional tiene una psicología de hombre de negocios, no de capitán de industria. Y en verdad que la rapacidad de los colonos y el sistema de embargo establecido por el colonialismo no le permitieron escoger".

Existen tres formas diferenciadas de burguesía en el bloque de poder oligárquico: la financiera transnacional, la industrial y la burocrática. Piensa el peso específico que tiene cada una de ellas en Canarias.

Al igual que los fariseos, los "apparatchiks" y la burguesía burocrática están contentos de ir en burro siempre que el resto del pueblo vaya descalzo. Lo que les preocupa no es el avance de la sociedad, sino el mantenimiento de sus privilegios relativos.

En Canarias tenemos exactamente una burguesía burocrática soportada en un enorme control "estatal-burocrático" y en una "cultura cortesana". Al igual que en muchos países latinoamericanos -como México, Perú, Paraguay y casi toda Centroamérica-, este tipo de cultura se construyó con base en una actitud servil surgida del contubernio entre las élites españolas y algunas cúpulas indígenas americanas "imperiales" (incas, aztecas, muiscas). Es la herencia colonial que siembra la semilla del subdesarrollo.

La propia naturaleza burocrática y cortesana del sistema lo hacía tremendamente reacio al cambio. Cualquier intento de cambio social debía superar la resistencia de este aparato, que trata de defender con celo su poder y sus privilegios materiales.

En cualquier caso, los "apparatchiks" deberían preguntarse si sus privilegios son sostenibles sin un sector privado que genere los ingresos fiscales necesarios para el mantenimiento del sector público. Porque se puede desmoronar el castillo de naipes como en la URSS.

Es reformarse o morir, y la única forma que tienen de reformarse es mediante la independencia, ya que con esta se haría necesario realizar en Canarias ciertas funciones que actualmente hace Madrid -por ejemplo, política exterior-, lo cual permitiría no solo un ascenso en responsabilidades, sino tambien reestructurar el sector público, reduciendo organismos hiperinflados e ineficaces que actualmente están obsoletos, al tiempo que se crean otros necesarios ante la nueva situación.

Una hacienda canaria, a día de hoy, tendría un superávit de unos 4.000 millones. La eliminacion de las barreras y el restablecimiento de libertades comerciales permitirían que el sector privado se desarrollase eliminando los actuales cuellos de botella. El cambio permite la supervivencia; el mantenimiento del "statu quo", no.