LA PARAFERNALIA que se ha montado en Canarias con las dichosas prospecciones petrolíferas que pretende llevar a cabo España, a través de Repsol, a 60 km de las costas de Lanzarote y Fuerteventura, en plena plataforma continental de Marruecos, suscita una serie de interrogantes que planean sobre la cabeza de los patriotas canarios que no nos dejamos embaucar ni manipular. ¿Qué intereses ocultos están detrás de ese no rotundo a que se realicen esas catas? ¿Cómo se puede interpretar esa reiterada negativa a querer diversificar la economía canaria, basada en el monocultivo del turismo, un fenómeno social supeditado a factores externos que no podemos controlar? ¿Puede un pueblo, encima colonizado como es el pueblo canario, desestimar unos yacimientos de petróleo y/o gas que le haría autosuficiente desde el punto de vista energético y ayudarle a ser libre de una vez? ¿Quién se esconde detrás de esos comunistas, ecologistas y gente de la izquierda más intransigente y sectaria que organizan actos informativos donde manipulan a la gente, y que organizan manifestaciones para confundir a la población, totalmente aturdida? ¿Qué pasaría si en las prospecciones que realiza Marruecos, legítimamente en su subsuelo marino, se produce un derrame accidental de crudo? ¿Levantaríamos un muro de hormigón armado, o rodearíamos a las Islas con un cordón protector para que no nos lleguen los efectos del posible vertido? ¡¡Cuánta pertinaz e indecente demagogia!!

Sigo sin entender cómo la población conejera y majorera de las Islas orientales se pueden prestar a esa ceremonia de la confusión y a esa encubridora farsa. ¿Qué hicieron entonces en Lanzarote cuando la "política pesquera" de España desmanteló toda la flota de pesca e industrias conserveras, destruyendo un sector vital para la Isla? ¿Y qué hicieron en Fuerteventura cuando el Ejército de ocupación español instaló un enorme campo de tiro, o cuando se han celebrado maniobras militares, con fuego real, y ahora que se pretende construir otra instalación militar sin más permisos que el ordeno y mando colonialista del "interés nacional"? ¡¡Será el interés de España, no de Canarias!!

No se confundan los términos: una cosa es que se reivindique la propiedad de esos yacimientos de hidrocarburos -y ya decidirá el pueblo lo que crea oportuno cuando Canarias sea un Estado Archipelágico, libre y soberano-, y otra muy distinta renunciar de antemano a la propiedad de esos combustibles fósiles, porque reivindicarlos supone poner seriamente en cuestión la artificiosa españolidad de Canarias.

Por eso, solo se oponen demagógicamente a las prospecciones con criterios absolutamente restrictivos, y con el peregrino argumento de supuestos daños irreversibles en el ecosistema marino. ¿Quién con dos dedos de frente y un poco, solo un poco, de sentido común se cree esa enorme patraña?

Y para completar el ramo, ese inepto impresentable que tenemos como presidente de Canarias (¡¡mío no, reitero!!) se ha traído a la colonia a los de Greenpeace, cuyo responsable del área de energía y cambio climático, Carlos Bravo, ha calificado como un "error tremendo" las autorizaciones del Gobierno español, declarando asimismo que apoyarán al Gobierno canario en su lucha contra las prospecciones y se tomará como una prioridad y un "casus belli" evitar que se ponga en marcha ese proyecto. Ante estos "apoyos incondicionales", la pregunta es obvia: ¿cómo se puede prestar una institución ecologista de prestigio en todo el mundo como Greenpeace a esta farsa, cuando lo que debería hacer es defender la pertenencia de esos recursos a los naturales de este territorio como determina el Derecho Internacional, en cuyo ámbito parece moverse? ¿Por qué aparte de oponerse a las prospecciones, lo que sería discutible, no se opone también al acto de piratería que supone el saqueo que España se dispone a perpetrar de unos recursos que no le pertenecen en absoluto? ¿No está Greenpeace de acuerdo con el derecho inalienable que asiste al pueblo que ahora ha venido a "defender" de vertidos de crudo y catástrofes ecológicas, a ser libre y a disponer de los recursos de su territorio, petróleo y/o gas incluidos? ¿Habrá mayor catástrofe humanitaria que la de un pueblo que lleva colonizado y explotado desde hace seis siglos? ¿O a Greenpeace solo le interesa oponerse porque sí a las prospecciones, dando por sentado que esos yacimientos de hidrocarburos pertenecen a España, sin importarle un ápice la situación colonial de Canarias?

El caso es que en esta tierra todo el mundo que viene de afuera se cree con el derecho a opinar sobre lo que les conviene o no a los canarios. ¡Me niego rotundamente a ser instrumentalizado por intereses foráneos que para nada tienen en cuenta el verdadero futuro del pueblo canario, que pasa indefectiblemente por romper amarras con España cuanto antes, o nos arrastrará al abismo más todavía! En lo que a mí respecta, considero que el petróleo es canario-marroquí porque está localizado en aguas adyacentes entre Canarias y Marruecos, que ahora mismo corresponden -hasta que Canarias no sea un Estado Archipelágico y se negocie de forma bilateral el trazado de la media correspondiente- a su Zona Económica Exclusiva, y más exactamente a su plataforma continental, que, reitero una vez más, es un derecho "ipso iure" y "ab initio" del Estado costero.

Respecto a la parodia esa que se escenifica cada año en ese antro político que es el llamado Parlamento de Canarias, que todavía conserva en sus paredes, de forma ignominiosa, esas pinturas denigrantes de los invasores castellanos con la espada en el pecho de los aborígenes canarios, decir a "sus señorías" que no tienen vergüenza ni dignidad alguna, y sí una cara dura y un cinismo impresionantes. ¿Cómo tienen la indecencia de negarse a desvelar el sueldo y demás emolumentos que cobran? ¡¡La culpa no la tienen ellas y ellos -que también-, sino este pueblo sumiso y desnortado (sin brújula ni sextante ni GPS) que les votó!! ¡¡En el pecado tienen la penitencia!!