¡POR TI PARECE que no pasara el tiempo! Estás igual que siempre y sigues despertando pasiones a pesar de estar cumpliendo doscientos años. No has perdido un ápice de ese carácter indómito que te ha hecho inmortal, citada, referenciada, obedecida y criticada. Por ello España se ha vestido de celebración para conmemorar tu nacimiento en un remoto 19 de marzo de 1812. Cádiz era una fiesta y al acto, celebrado en el Oratorio de San Felipe Neri, asistieron representantes de todos los estamentos de la sociedad española, convirtiendo la efeméride en un homenaje a España como nación y, sobre todo, a la figura de SM el Rey, que, tras terminar sus palabras en el templo donde se aprobó hace doscientos años la primera Constitución liberal española, recibió no un aplauso, sino una ovación por parte de los asistentes. Fue una ovación larga, muy larga, que hizo levantar en dos ocasiones a Su Majestad, con la emoción pintada en el rostro, para agradecer las muestras de cariño. No cabe duda de que la apertura oficial del Bicentenario se transformó en un acto de reconocimiento a la labor de don Juan Carlos.

El Rey en su discurso destacó a la Pepa como "inspiración" para superar los "momentos difíciles" que atraviesa el país, precisando que en ella podemos encontrar la inspiración para afrontar las serias dificultades que nuestro país atraviesa. "Somos conscientes de que hay razones para confiar en nosotros mismos", dijo el monarca ante los trescientos representantes de los tres poderes del Estado que abarrotaban el Oratorio de San Felipe Neri, lugar donde se aprobó la Pepa hace dos siglos. Nuestro Rey cerró el turno de discursos recordando a los diputados "llegados de los dos hemisferios", destacando que eran "tiempos de lucha para una nación" que, sin embargo, estuvo "muy por encima de sus máximas autoridades y que destacó por su dignidad, su heroísmo y su generosidad", resaltando que "el pueblo español supo, ante la adversidad, aportar lo mejor de sí mismo y transformar una realidad difícil en una fecunda tarea cuyas lecciones políticas y sociales llegan hasta nuestros días".

Pero hay un detalle que, al menos para los profesionales y docentes del protocolo, no ha pasado desapercibido en este acto de apertura oficial de las celebraciones del bicentenario de la primera Constitución liberal de España: nada más y nada menos que la ordenación de la mesa presidencial, pues ha sido práctica habitual obligatoria que cuando los Reyes acuden a un acto, en la mesa central se prevé una doble presidencia donde los dos puestos centrales se guardan para Sus Majestades los Reyes, ocupando el jefe del Estado la derecha de los mismos y su consorte, la izquierda. Y a partir de estos, aplicar la precedencia en alternancia. Sin embargo, en este acto, se han colocado siete puestos, el Rey en el medio, la Reina a su derecha y el presidente del Gobierno a su izquierda. Y a partir de ahí, de derecha a izquierda, el presidente del Congreso, presidente del Senado, presidente de la Comunidad andaluza y vicepresidenta primera del Gobierno. O sea, que ¡¡vivan la Pepa y su protocolo!!

Hasta donde sé -y siempre digo que sé muy poco-, no hay razones para que se salten a la torera las normas vigentes de precedencias y las tradiciones inveteradas que, como se sabe, tienen en protocolo el rango de norma. De acuerdo a la costumbre, la lógica y la norma, los Reyes presiden, don Juan Carlos a la derecha y doña Sofía a la izquierda, como siempre. Cabe preguntarse ¿por qué no se hizo así? Pues, la verdad, por más que miro y consulto, no encuentro respuesta a este desatino en la aplicación de los principios relativos a la precedencia por parte de los altos responsables de Protocolo del Estado.

La efeméride bien merecía cuidar los detalles dada la naturaleza de la misma: el homenaje a uno de los pilares de la historia de la construcción del Estado español, tal y como se hizo patente en los discursos pronunciados en beneficio de una sociedad democrática, justa e igualitaria, pero, a propósito de detalles, ¿no notaron la ausencia -también en la presidencia- de la alcaldesa de Cádiz? Quiero pensar que esta Pepa, siempre joven e indómita, ha sido objeto esta vez de un "desliz protocolario" y que en esta España nuestra se siguen respetando las normas y el Estado de Derecho.