A LA ESPERA del obligado trámite parlamentario por el Congreso y Senado de los presupuestos generales del Estado, en principio, con lo que el gobierno del Partido Popular nos amenaza es con una batería de ruedas de prensa y declaraciones, amén de los mensajes de sus voceros habituales; no es para echar voladores, y mucho menos en Canarias. De aperitivo nos han hecho un recorte de 65 millones de euros a la subvención del transporte de pasajeros entre Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla con la Península, que para colmo coincide con la subida atroz del 77% del precio de los viajes de avión después de la mala noticia del cierre de Spanair. De primer plato nos han esfumado 1.500 millones de euros para políticas activas de empleo, lo que, lógicamente, va a afectar sobre todo a las comunidades autónomas con más paro, por ejemplo, Canarias. De segundo plato, el recorte brutal a la aplicación de la Ley de la Dependencia, cuarta pata del Estado del bienestar, que en Canarias también se notará porque encima algunas instituciones no supieron aplicarla cuando hubo bonanza. Así que las familias que pretenden atender lo mejor posible a los suyos con necesidades lo tienen más difícil todavía.

Postres nos han servido varios. El primero, la subida de un 7% en el precio de la luz, acompañado de la realidad canaria de que el régimen de monopolio energético que nos asiste no permite que podamos acogernos a otras energías diferentes a la de Endesa, mientras no aprovechamos otras posibilidades que puedan abaratarla como son las energías limpias alternativas, idóneas en Canarias. Y encima este postre envenenado nos lo ha servido un ministro canario, José Manuel Soria, al que por lo visto le ronchan las energías renovables.

Y aquí no queda la cosa, el mismo gobierno que ya nos adelantó el regalo de subirnos el Impuesto del Rendimiento de las Personas Físicas y congelar el salario de los empleados públicos, además de la subida de carburantes, ahora otorga una amnistía para los defraudadores de Hacienda, iniciativa que no consintieron al gobierno del PSOE cuando este tímidamente lo insinuó. Resulta que es el mismo Gobierno que nos sube el IRPF el que va a salvar a los ciudadanos que no han pagado los correspondientes impuestos, y encima hasta compran billetes de lotería premiados, como algún caso muy comentado, concretamente y sin ir más lejos, en Santa Cruz de Tenerife.

Así que, comida como esta, lógico que nos produzca una molesta indigestión.