¿PERMITIRÁ Coalición Canaria en su congreso de junio que un tirano político siga perjudicando a este Archipiélago como lo está haciendo Paulino Rivero? Y no solo a Canarias; también está castigando gravemente a su partido, que desaparecerá si sus responsables no se lo quitan de encima. También deben desprenderse de su mujer y de otras "joyas" del falso nacionalismo, como son González Ortiz, Melchior, Barragán, el niñito Ríos y otros que no aportan nada ni a Canarias, ni a los canarios ni a CC.

Estas Islas no pueden seguir en manos de un déspota político amparado por una caterva de traidores al pueblo que no han movido ni un dedo para que nos libremos del yugo colonial español porque lo único que les importa, como lo demuestran cada día, es llenarse los bolsillos; los suyos, los de sus familiares y los de sus amigos. Canarias necesita un nacionalismo auténtico que la conduzca a su independencia porque España rapiña nuestros recursos y nos impide salir de la crisis. Aunque les pese a los españolistas, a los españolistos y a los amantes de la españolidad, Canarias no es España. Canarias ya era una nación habitada -lo hemos dicho muchas veces- por un pueblo que vivía en libertad, con sus costumbres y organización social, cuando fue vilmente conquistado en el siglo XV. Esa conquista, ese holocausto que sufrió el pueblo guanche, las crueldades que cometieron con él los adelantados y sus huestes, son motivos más que suficientes para que España reconozca ante el mundo el crimen histórico que cometió y pida perdón por sus actos. La mejor forma de enmendar su error o, mejor dicho, la única, es devolverle a Canarias y a los canarios lo más importante que les robó: su libertad, su identidad y su dignidad.

Por si fuera poco nuestra ignominiosa situación colonial, tenemos que aguantar a los tiranos políticos del siglo XXI, que en poco se diferencian de quienes llegaron hace casi seiscientos años, procedentes de otro continente, para diezmar a un pueblo, esclavizarlo y apoderarse de sus tierras. ¿Quién nos iba a decir que CC se transformaría, como dijimos el pasado miércoles, en una mafia política? Nuestro comentario de ese día ha sido determinante para que un partido estatista, como lo es el PP, tome la iniciativa de proponerle a otro partido igualmente de obediencia estatal española, el PSOE, un pacto que haga desaparecer de la escena política a Paulino Rivero y a su nefasta camarilla de incapaces que colaboran con él para traer el hambre, la miseria, la emigración, la enfermedad y hasta la muerte a unas Islas que antes eran afortunadas y, como bendecidas por Dios, las envidiaba todo el mundo. Sabemos que también existen corrientes críticas dentro de CC que no quieren que Rivero sea presidente del partido y mucho menos que lo siga siendo del Gobierno de Canarias. Han surgido líneas de opinión que cuentan con el apoyo de verdaderos patriotas canarios, como lo son Hilario Rodríguez y quienes lo acompañan en el Taller Secundino Delgado.

Coalición Canaria necesita una regeneración. Si este cambio no se produce, nos parece bien que Soria tome la iniciativa para que Paulino Rivero no siga perjudicando más a una tierra en la que mucha gente pasa hambre por su culpa. ¿Por qué coño tenemos que seguir aguantando a Paulino Rivero, si no ganó las elecciones? ¿Qué le debemos los canarios a esta gentuza política para que siga viviendo bien al calor de un sueldo público por no hacer nada, salvo maltratarnos a todos?

Muchos lectores nos han felicitado por la valentía que hemos tenido al decir, en el ya mencionado comentario del 4 de abril, que Coalición Canaria ha devenido en una mafia política. Han pasado de ser falsos nacionalistas a mafiosos políticos. Las afirmaciones realizadas ese día por nuestro periódico, insistimos, han sido el detonante para que a muchos, tanto dentro como fuera de CC, se les haya colmado el vaso de la paciencia. Cada vez son más quienes toman conciencia de que Canarias está podrida por culpa de quien preside el Gobierno regional. ¿Qué le debemos a Rivero para que siga decidiendo sobre nuestras vidas y haciendas? Lo que procede es que salga disparado ya. Y si no se marcha por su propio pie, hay que echarlo a empujones. Eso es lo que tienen que hacer los críticos del partido, de manera muy especial -lo reiteramos- quienes forman el Taller Secundino Delgado. Personas dignas que no solo quieren acabar con el tirano sino también reconducir el partido hacia la irrenunciable meta de cualquier nacionalismo: la liberación de su territorio de las garras de un país extranjero.