Devoción u ocio en Semana Santa centró el debate de EL DÍA de esta semana, que contó como invitados con Juan Pablo González, gerente de Ashotel; Gustavo Torres, director de márquetin de Fashion Group; Pedro López Cabrera, secretario de la Junta de Hermandades y Cofradías de La Laguna; Iván González, esclavo mayor de la Esclavitud del Cristo, y Bonfilio Marrero Salas, cofrade de gran tradición.

El debate comenzó con una reflexión de los invitados, cada uno desde el ámbito que representaba, respecto a la compatibilidad es este periodo vacacional entre el ocio y la devoción. Todos los contertulios coincidieron, desde un primer momento, en que no solo son compatibles estos dos aspectos en Semana Santa, sino que son complementarios, e, incluso, que debería potenciar esta relación entre ambos aspectos. En este sentido, los representantes de la parte religiosa de esta semana destacaron que una vez finalizan las procesiones el público acude a los restaurantes y tascas para continuar con la celebración.

Por su parte, los representantes del ocio coincidieron en que estos días festivos resultan una "ayuda" para el sector. Así, Juan Pablo González, gerente de Ashotel, destacó que para el sector hotelero "la Semana Santa constituye un periodo muy importante para nosotros. Se trata de unas minivacaciones anteriores al periodo veraniego y se produce un repunte de la ocupación positivo para la cifra de negocio". González señaló que la ocupación en el Sur de Tenerife esta semana ha estado en torno al 85 por ciento, una cifra inferior al año pasado, cuando se rozó el lleno absoluto. Respecto al perfil de las personas que decidieron pasar esta festividad en el Sur de la Isla, el gerente de Ashotel destacó que fueron tanto residentes canarios como, mayoritariamente, extranjeros. En este sentido, señaló que muchos turistas son personas de una media de edad de 50 años, que sí acuden a la Semana Santa de los pueblos y que a la vez pueden disfrutar de otro tipo de actividades que relacionadas con el ocio, por lo que hizo especial hincapié en que "religión y ocio son absolutamente complementarias".

Por su parte, el director de márquetin de Fashion Group, empresa especializada en eventos de ocio, señaló que "el hecho de que la mayoría de las personas no trabajen durante dos días es una ayuda para el sector, más en una época de temporada baja para el ocio". Pero, a juicio de Torres, las actividades de ocio que se organizan durante esta festividad "no son incompatibles con los actos religiosos, pues algunas de ellas se hacen por la noche, cuando ya no hay procesiones y suelen estar dirigidas, como las que realizamos nosotros, a un perfil de la sociedad determinado que, posiblemente, no acuda a los actos de la cultura religiosa, como es la gente joven". Además, destacó Gustavo Torres, la participación en los eventos religiosos resulta "una ayuda también para el ocio, ya que hace que la gente salga a la calle, y una vez finaliza este tipo de actos se busca otra actividad para completar la jornada no laboral".

Los invitados más próximos a la Semana Santa y que la viven al pertenecer a una determinada hermandad o cofradía coincidieron en que dicha celebración religiosa ha perdido muchas tradiciones, que Bonfilio Marrero Salas, miembros de diferentes cofradías y entendido en dicha celebración desde pequeño, atribuyó a que "La laguna no tiene una liturgia semejante a la de otros municipios, donde la Iglesia sí les permite lo que no a nuestra ciudad, lo que ha motivado que los días de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús laguneros hayan perdido tradiciones y costumbres". Citó el caso de tapar en Semana Santa los altares con telas de damasco, mientras que el altar mayor echa de menos aquel velo que se rajaba de forma muy emotiva el Sábado Santo al dar las doce de la noche, "para que permitiéramos sentir muy dentro de nosotros la Resurrección del Señor".

Pedro López Cabrera, secretario de la Junta de Hermandades y Cofradías de La Laguna, informó de que su entidad religiosa está haciendo un documental para rescatar, promocionar y difundir tradiciones de la Semana Santa para, como dijo, "darle más suntuosidad y que sea mucho más auténtica". Añadió que dicha celebración religiosa en La Laguna "es más que ver desfilar pasos y cofradías, porque previamente y durante muchos meses, los cofrades trabajan muy entregados y de forma desinteresada para que todo salga bien los días previos y principalmente al Viernes Santo en la Procesión Magna.

El Esclavo Mayor de la Pontificia, Real y Venerable Esclavitud del Cristo de La Laguna, Iván González Riverol, señaló que hay que "explicar a determinadas personas que la Semana Santa no es un desfile al que se acude con botellas bebiendo o comiendo, sino algo más serio donde debe imperar el respeto a los diferentes pasos y cofrades, porque esta celebración hay que vivirla con recogimiento y contribuir no solo a que mantenga su solemnidad sino, con el esfuerzo de todos, lograr que aumente su categoría".

Bonfilio Marrero comentó que en el pasado, a propuesta de la Junta de Hermandades y Cofradías, las calles de la ciudad se llenaban de sillas con motivo de la presencia de turistas, lo que motivaba una vía de atracción de público para ver los diferentes pasos de la Procesión Magna. "A pesar de ello -precisó- este año se ha visto un incremento de público en las calles para ver las procesiones, y lo mejor de todo es que acude gente de todas las edades, ya que no hay que olvidar que la Semana Santa de La Laguna atrae tanto al creyente como al que no lo es, pues sus pasos pueden ser admirados desde la fe como desde la contemplación de la riqueza artística que desprenden".

Efectos de la crisis

Los efectos de la crisis en Semana Santa también son un aspecto que se trató en el debate. Mientras que Juan Pablo González y Gustavo Torres coincidieron en que la situación económica se ha dejado notar de forma importante en estos sectores durante todo el año, y también estos días, pero este periodo vacacional resulta fundamental para este tipo de negocios, que pese a la bajada del volumen de trabajo ven en estos días festivos una "salvación para nosotros".

Por su parte, los representantes del sector religioso señalaron que "también hemos notado la crisis, pues han disminuido las subvenciones de las administraciones", pero destacaron que, pese a ello, el esplendor de los actos "no ha disminuido".

En este sentido, destacaron que la Semana Santa de La Laguna sale cada año gracias al esfuerzo de los cofrades, con aportaciones de sus bolsillos, ya que, como indicaron Bonfilio Marrero e Iván González, "esta celebración cuesta mucho dinero, pues hay que arreglar los tronos, comprar flores, contratar bandas de música, ofrecer brindis e incluso pagar para que empujen los pasos, ya que no hay tanto voluntario como en el pasado".

Por ello, estos invitados consideraron que, dado que los bares, restaurantes y tascas del casco incrementan sus ventas en Semana Santa, "serían bien recibidos algunos donativos por parte de los propietarios de los citados negocios, ya que al final la Semana Santa nos beneficia a todos y les aporta más clientes que en otras fechas".

Esto que se plantea de que los sectores empresariales o simplemente ciudadanos apoyen la Semana Santa, desde sus posibilidades, con donativos no es nada nuevo, ya que allá por el siglo XVIII sabemos que "las cofradías subsistían gracias a las limosnas de los fieles y a las pertenencias que donaban por medio de testamentos. Como ejemplo de ello, cabe destacar al capitán Amaro Felipe Rodríguez de Barrios (popularmente conocido como el corsario Amaro Pargo), que, siendo mayordomo de la cofradía de la Virgen del Rosario del convento de Santo Domingo, firmó un escrito relativo a un cercado de tierras de sembrar en Tacoronte, que dejaron a la cofradía Juan López y su mujer, Incolaza de Sosa".

Bonfilio Marrero aclaró que "detrás de lo que la gente ve en la calle durante la Semana Santa hay unos cofrades que durante todo el año se reúnen, organizan actos y trabajan con mucho ímpetu para mejorar las hermandades y cofradías y sus respectivos pasos, que cada año adquieren más presencia con los arreglos de que son objeto". A Pero Marrero, a pesar de ser un lagunero hasta la médula, también le gusta ser muy crítico para que su ciudad prospere, por lo cual, refiriéndose a los monumentos, afirmó que "antes se vivía esta celebración con más fervor, pues en la actualidad se centra todo más en los arreglos florales y en el pasado se complementaba con piezas de plata o de cerámica que son de gran riqueza histórico-artística y que, aunque sabiendo que hacen más solemne el monumento, se queda ocultos en las dependencias de los templos".

Pedro López añadió que tanto él como la Junta de Hermandades y Cofradías a la que pertenece, intentan "crear una grado de concienciación de lo primordial, que es el fin espiritual, pues se trata de la Semana Mayor del Cristianismo. Las personas que vienen a ver en las calles las procesiones se quedan impactadas por las muestras de fe que se perciben en el ambiente, ya sea en un paso, en un cofrade o en un monaguillo, ya que en todos por igual prima el acercamiento a Cristo. Y hasta para un cofrade es una pasión el ir preparando su hábito o aportando algo nuevo al paso, ya que todo se traduce en una vivencia interior cargada de espiritualidad y de fe".

La Semana Santa mantiene la esencia y la autenticidad del pasado en lo que respecta a las procesiones, pero va aportando actividades que la enriquecen como pueden ser la semana gastronómica de Vigilia o la recogida de alimentos no perecederos que se ha hecho este año con destino a los comedores sociales, porque, como dijo el Esclavo Mayor del Cristo de La Laguna, "eso también es Semana Santa, acordarse del necesitado, ayudar al que no tiene qué comer, en definitiva, ejercer la caridad".

Iván González destacó la procesión de Madrugada no solo por la honda tradición que tiene, sino porque la protagoniza un Cristo de La Laguna, de gran antigüedad y devoción, llegado en 1520, que además este año es el protagonista de la Semana Santa por el trabajo de restauración de que ha sido objeto por parte del Instituto de Patrimonio de Bruselas.

La Semana Santa de La Laguna, según Iván González, fue calificada como "la mayor expresión de fe, arte y devoción, a lo que Pedro López añadió que "es el mejor tiempo para mostrar unas vivencias distintas y muy espirituales. Vivencias sensoriales como ocurre con la procesión del Silencio o la del Cristo de Madrugada, sin olvidar la procesión Magna.

Para finalizar, los contertulios consideraron que la Semana Santa de La Laguna debe recuperar tradiciones perdidas, como ya se ha dicho antes, cosa lógica porque mucho se ha quedado en el olvido, como el toque de la matraca, que se ha debilitado; la quema del Judas en forma de haragán colgado de la torre de La Concepción, o el descendimiento del Cristo de la Piedad.

DOMINGO BARBUZANO Y G. JIMÉNEZ Fotos: MANUEL EXPÓSITO