Y nadie mueve un dedo ni lucha como lo hacen, por ejemplo, los griegos. Aquí solo poner cartelitos como hacen los subvencionados sindicatos o criticar en prensa o radio, pero nadie hace nada... Vemos atónitos cómo se cometen aberraciones políticas en estos tiempos de "crisis" porque solo la padecemos los funcionarios, los parados, los pobres y los autónomos, pero no pasa igual con los políticos y los grandes directivos. Antes que nada decir que soy funcionario del Servicio Canario de Salud y hemos visto algo increíble con relación a los incentivos de la nómina de marzo.

Resulta que no solo nos han bajado el sueldo, las prestaciones, el derecho a anticipos o descuentos de hasta un 80 por ciento cuando estemos de baja por enfermedad... Vale, pero que nos hayan recortado en un 70 por ciento los incentivos de marzo (que lo vimos justo) a todo el personal menos a los directivos de esta empresa, que han cobrado el cien por cien y aún más con cifras escandalosas y aberrantes, puestas en una hoja por fuera de Urgencias de la Candelaria para que todo el que quiera pueda verlas...

Son los políticos de este nefasto Gobierno canario, que siguen enriqueciendo a los que más ganan a costa de los que menos percibimos; no se nos ha tratado por igual, sino que han humillado al pueblo canario en general, porque mientras nosotros nos apretamos el cinturón, ellos se aflojan los tirantes.

Denigrante y grotesco, así como lo del alcalde de La Laguna, que permite que siga en su cargo una concejal (de su partido, claro, si fuera de otro ya la habría expulsado esa misma noche) que, según nos dicen, representa al pueblo y nos impone normas, impuestos y sanciones. Incluso nos embarga sueldos por no pagar alguna deuda con ellos... y resulta que lo de una "señoría" que conduce ebria en dirección contraria, intenta escapar de la Policía (que paga su Gobierno) y, además, pretende salvarse llamando al concejal de Tráfico no es de sanción política, sino de cambio de jurisdicción.

Y yo me río del alcalde y de todo su ayuntamiento, demostrando la falta de personalidad, sentido común y benevolencia para quien interesa. Vivimos en un país de políticos canallas e indignos que, aparte de no representarnos en nada, contravienen sus propios principios y nos llevan a la ruina, mientras ellos se mofan y enriquecen del pueblo. Canallas.

Un funcionario cabreado

Invadir Canarias

Estimada señora García:

Para el Gobierno de Madrid, Gobierno regional de las Canarias, ministro Soria, agentes de Madrid, amantes de la "europeidad" de las Canarias, etc., es muy conveniente poder distraer la atención y culpar a nuestro país de todos los problemas de las Canarias y su pueblo. Digo yo, señora García, que si el Reino de Marruecos no existiera tendrían que inventarlo.

Dice usted que nosotros queremos "invadir" las Canarias. Yo le pregunto: ¿quién los tiene "invadidos" desde hace siglos? Siento mucho comunicarle que nunca hemos tenido ningún plan para "invadir" a las Canarias. ¿Para qué vamos a invadir unas islas con problemas socioeconómicos muy graves? Una locura. Dice usted que "Canarias aparece en un mapa de Marruecos". Bueno, señora García, Portugal también aparece en los mapas de España. También señala usted que nosotros queremos "robar el petróleo canario". ¿Por qué no dice usted que es España quien quiere robar el petróleo situado fuera de su espacio metropolitano? Claro que, para usted, Canarias es "Europa" en ultramar y por lo tanto "España". Tenemos que esperar y ver dónde, si existe, se encuentra el petróleo. Los informes preliminares que tenemos indican que se encuentra en nuestra plataforma continental y no en el mar territorial de las Canarias (doce millas náuticas).

Sobre el "pueblo bereber", el Sahara le informó de que los polisarios quieren ser la "república árabe" y no la república bereber. Es muy raro que si ellos se consideran un pueblo "bereber" quieran ser la "república árabe". ¿No cree usted?

Sobre el presidente del "Gobierno de Canarias" y sus visitas a nuestro país, le informo de que no podemos negociar con su persona por varios factores:

1) El "Gobierno de Canarias" es un gobierno regional y no un gobierno nacional soberano. Por lo tanto, no tiene competencias en el asunto de las aguas, mediana, petróleo, etc. Para su información, la ley de hidrocarburos de Madrid deja muy claro que es el Estado español el que tiene competencias en las aguas territoriales de las Canarias.

2) El actual presidente de las Canarias, en sus visitas a nuestro país, ha dejado muy claro que "el pueblo canario no es independentista" y, por lo tanto, no está interesado en expulsar al colonialismo español de África. Es más, al parecer, "está casado con una persona con estrechos vínculos con el servicio de inteligencia español".

Si no tiene competencias y no quiere luchar contra el colonialismo español en África, ¿qué acuerdos quiere usted que firmemos con el presidente del "Gobierno de Canarias"? Los acuerdos firmados con su persona serían nulos por no tener competencias en la materia. Canarias no es un sujeto del Derecho Internacional, sino una colonia de España en ultramar.

Como ya le he informado en otras ocasiones, las contradicciones las tienen ustedes con España y entre ustedes (no con nuestro país). Hasta que no resuelvan dichas contradicciones serán presa fácil del colonialismo español en África.

En suma, nosotros no los tenemos "invadidos" ni tenemos la culpa de los problemas socioeconómicos de las Canarias. Es más, por razones históricas y de buena vecindad, estaríamos dispuestos a dejarlos pescar en nuestros caladeros y suministrarles petróleo a precios económicos (no de mercado) para ayudar al desarrollo de las Canarias y su pueblo. Nos interesa potenciar el desarrollo de la zona, pero los vínculos comerciales, aéreos, marítimos, etc., no interesan en Madrid por razones obvias. En la actualidad, la "flota de pesca canaria" no existe y está compuesta por barcos europeos abanderados en el puerto de Las Palmas. El suministro de petróleo nuestro sería para el desarrollo de las Canarias y no puede terminar vendido en los mercados de Europa.

Muchas gracias por su atención.

Mohamed Boular

La botella medio llena

Hoy quiero ser optimista, y para poder ser crítico con la situación también hay que ser objetivo. Posiblemente, esta es una de las crisis más grandes que hemos tenido y por desgracia creo que la sufriremos y recordaremos durante mucho tiempo, pero a pesar de todo me sorprende que, con un índice casi insostenible de parados, probablemente sin saberlo somos un ejemplo de solidaridad. Ahora la familia (sobre todo los padres y abuelos) es la mayor y más importante ONG de nuestro país, acogiendo a sus hijos (incluso a los nietos). Son miles las familias que se han quedado sin casa pero no en la calle gracias a la unidad familiar.

Hoy quiero resaltar lo bueno de nuestra sociedad; también la importante labor de instituciones como Cáritas, que luchan por salvar de la pobreza extrema a muchas familias y gente que se ha quedado sin nada en la calle; instituciones religiosas como comedores sociales y otras asociaciones que de forma altruista están trabajando casi en el anonimato con los más desfavorecidos. Es de justicia acordarse de ellos, que aportan su trabajo e incluso su salud al servicio de los demás.

También quiero acordarme de la función pública que tenemos, y que a veces no la valoramos hasta que viajamos a otros países. De aquellos funcionarios que están trabajando duro, en condiciones precarias y a veces con críticas a su trabajo injustificadas, como enfermeros, médicos, policías, funcionarios de prisiones, administración de justicia, etc., y que hacen que con su trabajo vivamos en una sociedad más justa y solidaria y no en una selva. Asimismo, en mi mente también están todas aquellas hormiguitas anónimas que están trabajando duro todos los días para conseguir que salgamos de esta, e incluso aquellos políticos honestos que tienen una vocación de servicio público y que están en la misma lucha.

También quiero decir que, a pesar de todo, seguimos siendo unas pequeñas ínsulas del derecho enclavadas en un continente africano injusto, teniendo como vecino al país opresor del pueblo saharaui (Marruecos), y donde los derechos humanos son pisoteados diariamente y donde las mujeres son discriminadas. Por todo esto pienso que la botella la tenemos medio llena y saldremos de esta.

Jesús Alberto Reyes C.

Dime de qué presumes...

Para conocerte mejor. Si escucho tus alardes, los pegotes que te tiras, el autobombo, la ostentación de tus virtudes, tus motivos de orgullo y me fijo en lo que dices, sabré de tus frustraciones, tus defectos y limitaciones. No falla. Es una regla con forma de refrán que siempre se cumple con rigor matemático.

Quizá tuviera intuido este sistema de análisis social desde los albores de mi uso de razón, allá por la época escolar, cuando en el colegio ya observaba que el más gallito era el más tímido, que quien sacaba mejores notas andaba calladito, o que el más bocazas se arrugaba ante el maestro.

No era una actitud mía de desconfianza consciente ni premeditada; del mismo modo que quien esconde imperfecciones aparentando lo contrario seguramente no lo hace con intención de mentir, sino que su subconsciente le induce a "engañar" al entorno, sin mediar su voluntad, en un acto instintivo de autopromoción personal sin valorar que, cuanto más énfasis pone en aparentar virtud, de mayor intensidad será el fallo que intenta ocultar en su interior.

Esta especie de conocimiento instintivo no me ha servido de mucho. A lo largo de tantos años de experiencia y los sucesivos escarmientos por descubrir realidades en algunos afectos que dicen A y callan B, me la siguen metiendo doblada. Tiempo ha que llegué al punto de no retorno. Cuando escucho decir "yo nunca miento", "soy honrado", "jamás podría dedicarme a la política", "tengo mucho poder", "soy culto, inteligente, leal...", "educado en valores...", "siempre digo la verdad...", no lo puedo evitar, me saltan todas las alarmas a pesar de que, a estas alturas, todavía conservo la ilusión de que se me aparezca algún caso excepcional que contradiga, y al mismo tiempo confirme, esta regla tan cruel y contundente. Indefectiblemente se me sigue cumpliendo el axioma matemático, y ante cualquier situación imprevista por un cable pelado surge la verdadera personalidad bajo el disfraz dialéctico. Es cuando falla alguno de los parámetros mostrados en el escaparate charlatanero, y, por correlación, desaparece también la fiabilidad sobre los demás productos que me quieren vender.

La resignación de comprobar de cerca los inevitables parlamentos con los que se pretende presentar una imagen artificial ante el entorno circundante me indujo en su día a la reflexión en primera persona. ¿Hago yo igual que todo el mundo? Se requiere un repaso muy atento de mí mismo. A ver, qué fantochadas suelo prodigar. Ya las tengo localizadas, pero no las voy a contar porque me colocarían en desventaja y en estado de indefensión absoluta. Pero voy a utilizarlas para saber con precisión dónde fallo, cuáles son mis deseos incumplidos, cuántas frustraciones acompañan mi conciencia, qué pecados escondo.

En efecto, cuando me comunico con alguien mantengo un discurso que luego repaso para controlar, punto por punto, dónde me he esforzado para dar una imagen que no se ajusta a mi realidad íntima. Al reconocerme, consigo saber más de mí y, por lo tanto, crece mi autoestima a base de corregir, o al menos intentarlo, los yerros localizados. Por ejemplo: sospecho que soy algo egoísta. Para tratar de serlo menos, en lugar de guardar estas meditaciones para mí en solitario, prefiero compartirlas en un proceso de comunicación donde cualquier receptor del mensaje acceda a este examen de conciencia y pueda también aprovecharlo como terapia.

Carlos Castañosa

Doña Blanca y su lado oscuro

Es frecuente que cuando se produce una desgracia se aproveche dicha circunstancia para zaherir a la persona afectada con la frase: "Hacer leña del árbol caído".

Nos estamos refiriendo a la edil del Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna doña Blanca Pérez, que fue sorprendida por la Policía Local conduciendo su vehículo en dirección contraria y triplicando la tasa permitida de alcoholemia. Por lo tanto, no queremos hacer leña del árbol caído, ya que nadie está libre de pecado.

Sin embargo, todo en la vida tiene un pero, y es que doña Blanca debió de haber dimitido inmediatamente de su cargo por respeto y consideración al pueblo que la eligió. No se puede tirar la piedra y esconder la mano. Y menos una persona que tiene que demostrar, en todo momento, su valía no solo en el plano político, sino también en el moral y social.

¿Y qué ha hecho el alcalde, Sr. Clavijo? Pues ampararse en la histórica leyenda "ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor". ¿Qué les parece?

Espero que el lector también tenga su opinión al respecto.

Juan de la Rosa González