AQUÍ ¿quién se pega más trolas, Rodríguez Zapatero o su majestad Mohamed VI? El destinatario de dichas mentiras fue el ingenuo Paulino Rivero, presidente del Gobierno de Canarias. La primera se la pegó Zapatero, en quien confiaba mucho Rivero, a través de sus adulones provisionales Ana Oramas y su inseparable José Luis Perestelo, ambos diputados de CC en la Cámara Baja.

La segunda trola, pendiente de comprobar, se la pegó don Mohamed al propio Rivero cuando, hace unos días, el presidente canario fue a visitarlo a Casablanca, por segunda vez, porque la primera Rivero fue vestido con chilaba moruna y ahora, a la europea, porque así vestía el rey moro y Paulino no quería desentonar, y como iba tal cual jefe de Estado cuando Canarias todavía no es Estado, pues vistió a la europea.

Dije que la trola real está por comprobar, porque lo que afirmó don Mohamed a Paulino fue, primero, que por cerca de Marruecos no había aparecido ni un chorrito de petróleo, sino, en forma de soplido, unos gases que se supusieron combustibles, porque allí, en el agua, no pudieron probarlo debido a que no salían ni llamitas ni siquiera de los mecheros de los fumadores de la expedición. Así que los prospectores volvieron a la superficie con la duda de si el gas se encendía o no; y como era una lata bajar de nuevo al fondo del mar con bombonas y esas cosas y era difícil meter el gas en los envases con el agua alrededor, pues dejaron la cosa para más adelante, cuando tuvieran más tiempo. Y se supone que, a falta de petróleo, que sigue siendo partidario de que no se saque de donde está, por lo del turismo y demás consecuencias negativas como mancharse el fru de los domingos con la mancha grasienta del petróleo, don Paulino volvió a su despacho, donde se encontró la noticia de que el ministro de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de Mariano Rajoy estaba empeñado en llevar a cabo un plan para hacer recortes de 3.000 millones de euros a la enseñanza, llenar las aulas de alumnos a rebosar, metiendo en cada una el 20 por ciento más de chiquillos, ahorrar en nuestros interinos y darles más trabajo a los que enseñan a la chiquillada, con lo que no habrá necesidad de poner sustitutos. Y el presidente hizo como el final de aquel soneto con estrambote que todos aprendimos en la Gramática de Primaria. Don Paulino "fuese y no hubo nada", aunque no volvió a Casablanca a visitar a don Mohamed VI, con el que quiere seguir negociando, en especial cuestiones de turismo, que, como en las prospecciones el monarca solo encontró gas, estas no espantan a los visitantes.