EL MINISTRO de Educación, Cultura y Deporte, don José Ignacio Wert, después de anunciar su empeño en cargarse todas las escuelas e institutos de España, el jueves pasado, cogió carrerilla, imitando a los deportistas, que también dependen de su gestión, y planteó subir las tasas de la Universidad, para cargarse también estos centros y terminar con la enseñanza superior y que los españoles y canarios seamos analfabetos del todo.

No sé si José Miguel Pérez, el consejero de Educación del Gobierno de Canarias, quien, el día anterior, se negó a aceptar el plan del señor Wert, al meterse el ministro en competencias de las comunidades autónomas, hará declaraciones de rebeldía, porque, de momento y hasta que presente la queja al Tribunal Constitucional, como anunció, lo que tiene es el cabreo incrementado, porque el ministro está dispuesto a no dejar títere con cabeza en lo que atañe a la enseñanza y que el titular del ministerio anunció, ya que se ampliarán las horas de docencia de los catedráticos que no estén dedicados a la investigación, que son más bien pocos, porque mientras investigan no dan las clases que señala el señor Wert.

Los alumnos que quieran matricularse en las facultades tendrán que pagar más del 15 por ciento que como media viene pagando del coste real de las titulaciones de grado y, correspondientemente, bajaría la aportación de las administraciones públicas a las universidades.

Ya la decisión del ministro incluye otras medidas en las etapas no universitarias. Esta nueva bolada entra en el plan de ahorro de 3.000 millones de euros en las cuentas autonómicas de enseñanza planteado por el Ministerio de Educación, que, como se ha dicho, incluye otras medidas en las etapas no universitarias.

Para suavizar el impacto en alumnos y profesores, el Ministerio informa de que la proporción que pagan los alumnos por estudiar en la Universidad es la más baja entre los países de la OCDE, según fuentes ministeriales, que no dan cuenta del incremento y se limitan a los acuerdos que alcance el Consejo General de Política Universitaria.

Al enterarse de estos propósitos del ministerio, los rectores de las Universidades han expresado su preocupación sobre el diagnóstico del sistema universitario español del Ministerio de Educación. Se entiende no el diagnóstico de los ministerios anteriores, sino del actual que preside el señor Wert, que, de momento, es una incógnita.