DESPUÉS de que en 2005 y 2008 el gobernador del Banco de España y el entonces ministro de Economía, Solbes, se callaran ante los desmanes que el equipo de Zapatero estaba cometiendo (venta de las reservas de oro de España a precios de risa, tolerar que se empleara el Fondo de garantía de las pensiones y de depósitos bancarios en la compra de deuda española, asegurarnos de que la mayoría de los bancos y cajas españolas habían pasado satisfactoriamente los tests de estrés a los que les sometieron las autoridades económicas europeas), ya es hora de que el actual Gobierno destituya al gobernador del Banco de España y lo envíe a los Tribunales. No solo por lo mal que lo ha hecho, sino por lo que no ha hecho debiendo hacerlo, o por lo que calló, teniendo la autoridad de vigilar el funcionamiento del sistema financiero.

Pero que lo cese con el envío al fiscal de las presuntas irregularidades que haya cometido, sin ir más lejos estos días, al permitir que se negociara el rescate de Bankia por el Gobierno, sin suspender la cotización de las acciones. Lo que le ha hecho perder a sus accionistas más del 40 por ciento de su valor, o por permitir que Caja Madrid vendiera en 2009 y 2010 "acciones preferentes" entre sus clientes más ancianos, a los que se citaban expresamente en las oficinas para colocarles ese producto tan volátil que les impedirá recuperar su capital, solo con la promesa de que recibirían un 8 por ciento de interés. Sería otra la situación si el ya citado Fernández Ordóñez "el malo", cuyo hermano -uno de los padres de nuestro REF- se estará removiendo en la tumba, le hubiese informado a este Gobierno de los datos reales de la situación financiera española. Sin esperar a que fuera el FMI o el presidente del Banco Europeo quienes le advirtieran de que, si no se saneaba el sistema financiero español, en general, y Bankia, en particular, España podría ir de nuevo a una situación de rescate o salida del euro.

Y bien, ahora se nacionalizan y socializan las pérdidas, trasladando a todos los contribuyentes españoles el coste del rescate de Bankia, porque MAFO, según los expertos, no informó de la situación de la CAM y de Bancaja, que se integraban en Bankia. Pero ¿por qué, ni siquiera cuando este último jueves en la noche el Gobierno informaba al PSOE de lo que pensaba hacer con Bankia, la Comisión Nacional del Mercado de Valores no procedió a suspender la cotización de las acciones hasta que se ejecutara la "nacionalización", que se dictó el viernes...? ¿No hay un fiscal ni un juez que, de oficio o a instancia del Gobierno, o de los accionistas e impositores de Bankia, incoe diligencias al Sr. Fernández Ordóñez para examinar sus responsabilidades...? O es que dejarle marchar de rositas es parte de... este caos en que estamos sumergidos y que seamos los contribuyentes de ahora y de no se sabe cuántas generaciones venideras más los paganinis de este hundimiento de España. Por lo menos, han pedido auditores independientes para controlar el proceso.

El Gobierno asegura que de la nacionalización de Bankia, que durará lo que sea preciso para reflotarla, el dinero público que se ponga será recuperado. El PSOE dice que ellos ayudan si participan en delimitar los recortes en Educación y Sanidad que deberán aplicar las autonomías. Que se vayan con su música a otra parte. No han parado de ser desleales, porque después de llevar a España a la quiebra quieren que este país se hunda para sacar tajada política. En las dos únicas autonomías gobernadas por el PSOE (Andalucía y País Vasco), ¿no es sintomático que hayan emprendido una batalla legal contra las medidas anticrisis aprobadas por el Gobierno?

El Gobierno debe ser firme en su propósito de explicar y ofrecer la máxima transparencia en este proceso de quinto intento de asegurar a la Banca española. Pero no estaría por demás que, de oficio, se abriera una investigación judicial sobre quiénes -personas físicas o jurídicas- vendieron sus acciones de Bankia, antes del viernes 4 de mayo, cuando, al parecer, el ministro de Economía, Luis de Guindos, se reunió en su departamento con Botín y González, los patronos del Santander y el BBVA, respectivamente, y con algún otro para explicarles cómo iba a sustituir a Rato y proceder a la nacionalización de Bankia.

Si no hay transparencia en las cuentas, no habrá confianza, y más pronto que tarde seremos intervenidos más de lo que lo estamos. La economía no funcionará si no hay producción y exportación. Con los precios por las nubes, el paro aumentando, el consumo disminuyendo y los ingresos públicos cayendo a plomo, el Gobierno no solo tendrá que subir el IVA, sino que, contra sus convicciones y su programa electoral, habrá de rebañar más ingresos de una bolsa nacional que está con más agujeros que el calcetín de un menesteroso.

Y, sobre todo, Pepe Ignacio, ¿a qué esperan para contarnos que esta nacionalización profesionalizada de la Banca garantiza la eliminación de políticos, sindicalistas y demás chupópteros de los órganos de administración y gestión de todas las cajas de ahorros integradas en los nuevos bancos? ¿O es que las deudas de los partidos políticos y sindicatos con los bancos y antiguas cajas les obligan a la discreción...? Los electores tenemos derecho a saber cuál es la situación real de todas las cajas que se han fusionado en esas entidades bancarias que están mucho peor de lo que nos habían dicho. ¿Por qué no les obliga el Gobierno a publicar sus balances? Y, sobre todo, a qué espera ese Tribunal de Cuentas para informar a los contribuyentes de cuál es la situación real de las cuentas al día de hoy de partidos, sindicatos, comunidades autónomas, diputaciones, cabildos y ayuntamientos..., esos que se están estudiando suprimir o fusionar. Tenemos que devolver lo que pedimos prestado y los intereses.

Esta nacionalización o socialización de pérdidas puede ser viable si hay información y transparencia y se eliminan todos los gastos inútiles. Acuérdate que la hizo Brown en Inglaterra hace tres años y funcionó. No deben pagar justos contribuyentes por despilfarradores. Ello tendrá un coste en el empleo, pero si se hace con opacidad no generará confianza y será inviable salir de la recesión.

Rajoy debe utilizar su mayoría absoluta para hacer lo que tiene que hacer sin miedos ni remilgos e informando permanentemente a la ciudadanía. Si no, será arrollado por un PSOE crecido con victorias ajenas que aspira a "tomar la Bastilla" con ayuda de perroflautas, ecologetas y antisistema, convirtiendo la sanidad y la educación en una disputa partidista.

O el centro-derecha se faja y sabe hacer frente a esa oposición, o será arrollada por los causantes de esta profunda crisis, que tienen ahora la jeta suficiente para erigirse en sus salvadores. Ahí está la actuación de Rubalcaba en estos días, aunque diga que está con el Gobierno. Un día y otro también no deja de ponerle palos al carro de Rajoy clamando que su gobierno lanza el mayor de los ataques al Estado de bienestar. Y tú te preguntas: ¿de qué Estado de bienestar nos habla? ¿El de los más de cinco millones de parados, la mayoría de ellos jóvenes? ¿El de los 360.000 parados que tenemos en Canarias? ¿El de un país que se ha puesto de ejemplo en la reciente campaña electoral francesa?

No ha sido de ayer para hoy. Ha sido durante siete años, en los que se han gestado la incompetencia, la frivolidad, el derroche, la condonación de la deuda exterior -como a Evo Morales, que le das un jamón y te corta la luz y se incauta de la REN-, haber vendido el oro a precio de saldo, o los eurodiputados socialistas votando en la UE contra las sanciones que se intentaron imponer a Argentina por haber expropiado una empresa española... En cambio, Rajoy apoyó a Zapatero en la crisis de mayo de 2011.

Europa siempre ha logrado resurgir de sus cenizas. ¿Recuerdas la crisis de los 30, la de después de la Segunda Guerra Mundial, la de los 70, con la terrible combinación de inflación y desempleo entre los europeos que hizo tambalearse al sistema? Volvemos a tener la real e incómoda sensación de que nos hundimos, porque un país y un sistema político que ha gastado más que lo que ingresa y no es capaz de controlar su endeudamiento van de proa para el marisco. Hemos acumulado una larga experiencia en gestionar derrotas a lo largo del siglo XX y superar dificultades. A día de hoy, la Unión Europa es la mayor economía del mundo con sus veintisiete países, muchos de los cuales tienen los más altos índices de bienestar y desarrollo. Está todo inventado y muchos de esos países van saliendo de la crisis. Centrémonos en trabajar por un futuro que puede ser brillante si creemos en él, y saldremos adelante si todos empujamos.