HACE unos días, concretamente el viernes pasado, este periódico publicaba que el actual secretario general del Partido Socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, acusaba a Mariano Rajoy de dar la espalda a la comunidad canaria con sus sucesivos recortes. La pura verdad es que los canarios nos hemos sentido engañados por Rajoy, quien, cuando se presentó a las elecciones generales de noviembre, anunció, y lo creímos, cambios rotundos y favorables para todos los españoles, tras el nefasto gobierno del PSOE, el peor que se recuerda en la historia de España.

Desde que el PSOE fue derrotado, por goleada, por el PP de Rajoy, muchos de los españoles creíamos que mejor que los socialistas de Rodríguez Zapatero, hasta los comunistoides de la Izquierda Unida, que ahora se han marchado a Andalucía para gobernar allí mediante pactos, lo harían mejor. En cuanto a la competencia de Rajoy, quien firma este comentario no confió nunca en la talla política del candidato del PP. Rajoy, aunque no era de los peores, ahí estaba para suplirlo José María Aznar, quien había gobernado España unos años atrás, alcanzando metas de prosperidad realmente notables. ¿Por qué el PP, en vez de jugar a lo seguro con Aznar, se arriesgó a probar con Rajoy? Este es el resultado: ni reforma laboral convincente, muy al contrario; ni soluciones a otros graves problemas. Al contrario, incremento del paro y recortes hasta en los servicios tan necesarios como la sanidad y la enseñanza.

Pérez Rubalcaba, al contrario de otros brillantes políticos, se ha acordado de Canarias y su casi angustiosa situación y ha acusado, públicamente, a Rajoy de dar la espalda al Archipiélago con sus sucesivos recortes. Rubalcaba se reunió el jueves de la pasada semana con Paulino Rivero, quien se encontraba en Madrid para ser recibido por el Rey. Rubalcaba reconoció que, para Canarias, cada viernes de Consejo de Ministros es "un Viernes de Dolores", porque las Islas constituyen el blanco de políticas de agresiones.

Sin embargo, en algo se equivoca el líder socialista, quien se arrima a la opinión de los suyos en las Islas, que es el rechazo a las prospecciones petrolíferas, en que los socialistas que forman gobierno con Coalición Canaria son de la opinión de sus aliados, los nacionalistas falsos, quienes, con Paulino Rivero a la cabeza, no quieren saber de prospecciones, porque opinan que los yacimientos de petróleo pueden ahuyentar el turismo, como si Estados Unidos y numerosos países de todo el mundo productores de petróleo no fueran casi líderes de la atracción turística, como han opinado notables expertos.

Falla en eso Rubalcaba y no favorece en nada a Canarias arrebatándole la posibilidad de riqueza de contar con pozos de petróleo en los fondos de sus aguas marinas. Rubalcaba dijo que es partidario de que en Canarias se lleven a cabo acciones centradas en las singularidades del Archipiélago y pide acciones centradas en el paro, que es uno de sus principales problemas.