Considera José Miguel Ruano que Canarias necesita un estatuto especial "dentro" de España porque somos diferentes al resto. ¿Dentro de España? ¿Es que Canarias forma parte de España? ¿Es que los canarios somos españoles? ¿Cómo puede hablar este político torpe de un modelo que sea un paso intermedio entre el modelo autonómico español y la soberanía? ¿No se ha enterado el señor Ruano de que, en el caso de Canarias, la autonomía es un disfraz que oculta nuestra infame realidad colonial? No sabemos a qué se refiere cuando habla del estatus especial que nos corresponde por ser un territorio alejado del continente europeo pero a solo cien kilómetros de África. Lo que nos corresponde es la independencia absoluta que nos permita ser una nación soberana con su Estado. En este aspecto, no compartimos la opinión del nuevo secretario general del PP en Canarias, Asier Antona, que considera un disparate la posibilidad de que Canarias sea un Estado libre asociado a España. A España, no; a Marruecos de forma transitoria, tal vez. Lo improcedente es seguir como esclavos coloniales de los españoles.

Volviendo a Ruano, debemos recordar que ya demostró en su día, cuando ejercía como asesor jurídico del Parlamento de Canarias, que es un auténtico desastre. Demostró claramente su incapacidad al avalar con sus informes unas expropiaciones que, amén de perjudicar a unos vecinos de Santa Cruz, resultaron a la larga costosísimas para el Gobierno regional por las indemnizaciones que tuvo que pagar. Equivocaciones que, como decimos, han costado miles de millones de pesetas.

Hoy, Día de Canarias, en vez de ser una fecha alegre en la que por fin celebramos nuestra independencia como nación, es un día desgraciado porque en estas Islas se ha vuelto a pasar hambre. Los canarios tienen que acudir a los comedores sociales y se mueren en las listas de espera para recibir atención hospitalaria. Canarias ya no es un paraíso sino un infierno creado y propiciado por el necio político que nos gobierna. La gente ya no viene a disfrutar de los encantos y hasta de las aguas de estas Islas; a disfrutar de su clima y de su luz. Es imposible disfrutar de las bellezas de Canarias porque el ambiente está enrarecido mientras este Archipiélago esté gobernado por España. Canarias es una colonia golpeada por el látigo sin alma de los españoles y también flagelada por un matrimonio políticamente sin alma, como es el formado por Paulino Rivero y su esposa.

No hay perspectivas de que esto cambie. Ayer mismo publicábamos que José Miguel Barragán es el preferido de Paulino Rivero para presidir CC a partir del V Congreso Nacional de este partido que se celebrará en junio. Más de lo mismo. ¿Quién es Barragán? ¿Qué ha hecho por Canarias? ¿Para qué sirve como político si, además, es feo? Es un feo que afea con su presencia a Coalición Canaria. Como dato positivo en este Congreso, parece que no se va a admitir el disparate de que Paulino Rivero asuma la presidencia de CC. Al menos nos queda ese alivio, aunque no es suficiente: el objetivo de este congreso debería ser la expulsión inexorable de Paulino Rivero y de Ángela Mena, pues mientras ambos permanezcan en CC será del todo imposible la regeneración del partido. Si no se deshacen, políticamente hablando, de este matrimonio, los nacionalistas, además de no ser auténticos patriotas, estarán marcados por el estigma de ser una mafia política. Marcados también por la lacra de la ineficacia, del mal gobierno, de las desgracias de Canarias, de los muertos en las listas de espera sanitaria -que son muchos, como hemos dicho- y de los hambrientos cada vez más numerosos. Ayer publicábamos en primera página que solo un error judicial ha evitado el desahucio de La Despensa; una ONG que el año pasado repartió 110 toneladas de alimentos entre familias necesitadas. También el llamado Proyecto Hombre, una fundación dedicada a ayudar a los drogodependientes, se enfrenta al cierre por el impago de 400.000 euros en ayudas. Sus 54 trabajadores tienen dos nóminas pendientes de cobrar. Estas son algunas de las consecuencias de la nefasta gestión de Paulino Rivero. Un político inepto y déspota que ha hundido a Canarias en la miseria. ¿Existen o no existen motivos suficientes para que los responsables de su propio partido lo lleven hasta la puntilla del muelle y le den una patada que lo ponga en la Península, que es donde a él le gusta estar con la goda política de su esposa?

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Por mucho que les pese a los políticos que gobiernan Canarias -con su presidente al frente-, vamos a seguir informando al pueblo canario de todos aquellos asuntos que nos afectan; ese es nuestro propósito.