1.- Cuenta eldiariodetenerife.com (edición del sábado) que la mesa de evaluación del concurso de radios de FM, de triste actuación, concedió diez licencias de radio a Canal 4 Tenerife, empresa que no había sido dada como presentada en el anexo de las emisoras admitidas. Es decir, que le concedió diez frecuencias a una mercantil que, al menos por los datos que ofreció la propia mesa, no se presentó. Un nuevo disparate que deberá ser tenido en cuenta por la Fiscalía Anticorrupción, que ha empapelado a los miembros de la mesa, y por el juzgado que finalmente investigará el chanchullo. Un chanchullo que pasará a los anales del disparate legal -bueno, ilegal- más flagrante en la historia de la administración en Canarias. Cuando fiscalía y juzgado encargados del caso empiecen a apretar las tuercas a los testigos y a los imputados ya verán como cantarán La Traviata. Y nos vamos a divertir porque van a salir a la luz curiosos episodios. Yo lo aviso, porque hay gente dispuesta a largar para que no la metan en el mismo saco que a los verdaderos culpables.

2.- No hay más que ver a los miembros de la mesa para saber que no tienen la capacidad suficiente parta dirimir un certamen de esta entidad. lino Rivero y Cía pusieron ahí a quien convenía, probablemente. Yo no voy a ir más allá de las actuaciones que tendrá que marcar y resolver la justicia. Quiero decir que no voy a iniciar juicios paralelos contra nadie. Pero, hombre, el resultado ha sido fatal y este concurso no tiene ni pies ni cabeza. Es tan burdo, fue tan torpemente conducido y resuelto, utilizó unos baremos de calificación de propuestas tan estrafalarios que ha propiciado un caos en el dial de proporciones alarmantes. Fíjense que varias emisoras ilegales, o alegales, habían ido cerrando y ahora algunas se plantean abrir otra vez. Para nada, porque la radio -ya se sabe- no es un negocio rentable, al menos de momento.

3.- El concurso de radios es el síntoma más inequívoco del desmoronamiento del "linato". lino Rivero ha tejido una madeja en torno a sí mismo que empieza a ser peligrosa. Porque la ambición rompe el saco, porque la época de los virreyes se ha terminado, porque Canarias no necesita un sindicato de intereses, como el de lino Rivero, sino gente inteligente que la sepa gobernar. Y mientras esto no ocurra las Islas andarán sin rumbo, proa al marisco. Por eso digo que lo de este desalmado concurso es sólo un síntoma. Hay cosas, incluso, mucho más bufas, de las que hablaremos, claro. No pierdan ustedes la esperanza porque ya les digo que se van a divertir y no poco.

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