FUERA, y fuera ya, sin demoras, sin remisión, la Televisión Autonómica y la Radio "Nacional" de Canarias. Dos auténticos cánceres de la economía de estas Islas. Además de medios inservibles y caros, están al servicio del necio y déspota político que nos gobierna. De un tirano políticamente despiadado al que no le importan el hambre y el sufrimiento de su pueblo porque ha sido él mismo quien ha traído la desgracia a estas Islas. Una televisión y una radio que pagamos entre todos para que estén al servicio de este opresor político y de su esposa. Paulino Rivero, lo repetimos, es el tirano político de Canarias.

Estamos gobernados por un dictador y un inepto que se permite la desfachatez de decir en un periódico también a su servicio que "si el reto de la modernización no funciona, el reto pasa por emigrar". Qué cinismo. ¿Cómo va a ser posible cualquier modernización con un político tan pasado de moda y tan mago como él? El primer paso para modernizar Canarias es que desaparezca Rivero de la escena política y se exilie donde ningún isleño pueda encontrarlo jamás. Con el paso del tiempo nos iremos olvidando poco a poco de sus tropelías y podremos volver a vivir en paz y prosperidad, convertidos ya en una nación independiente de la que no tengan que emigrar sus jóvenes. Porque los canarios, jóvenes y no tan jóvenes, están de nuevo obligados a marcharse como lo hacían sus antepasados debido a las difíciles condiciones económicas a las que nos enfrentamos. La emigración no es un problema del futuro; lo es del presente, aunque este mentecato político no lo vea porque no le conviene hacerse cargo de cuál es la realidad. Paulino Rivero, como presidente de un partido que se ha convertido en una mafia política, quiere que se marchen los canarios que no le son afectos -que son la mayoría- para quedarse él y los suyos haciendo y deshaciendo a su antojo. Él y la goda política quieren repartirse las Islas para saquearlas en beneficio propio, al igual que lo lleva haciendo la Hacienda española desde hace casi seis siglos, y aquí todos tan contentos.

¿Qué autoridad moral tiene para hablar sobre el futuro de Canarias el político que ha sumido a estas Islas en la miseria? ¿Qué autoridad moral e intelectual tiene Paulino Rivero, político torpe donde los haya, para dar consejos? ¿Qué soluciones puede aportar para generar empleo quien preside un Gobierno regional en cuya comunidad autónoma -burdo disfraz que nos impone la metrópoli para ocultar nuestra vil condición colonial- hay más de 360.000 personas sin trabajo?

El turismo es importante, como lo son el comercio y la agricultura. Todos los sectores son importantes. Por eso hay que gobernar con inteligencia para que todos ellos puedan sobrevivir y crear empleo. Paulino Rivero ha demostrado que no sabe gobernar. Hemos llegado a una situación tan desastrosa que él mismo debería reconocer su incapacidad. Debería hacerlo por conciencia si es que todavía estima, aunque sea un poco, al pueblo que ha arruinado. Debería reconocer sus muchísimos errores ante el pueblo y ante Dios y dimitir hoy mismo en vez de seguir haciéndoles daño a unas Islas que antes eran afortunadas. Él, su esposa y los inútiles políticos que los rodean han demostrado sobradamente, insistimos, que son incapaces de resolver uno solo de los problemas que padecen los canarios en gran parte por su culpa, aunque el pueblo también tiene parte de responsabilidad por no echarse a la calle, siempre pacíficamente, para pedir la independencia y sacar de la política a esta podredumbre.

Es urgente regenerar la política canaria. Algo que difícilmente lograremos antes de conseguir la independencia. El alcalde de Arona, por ejemplo, debería dimitir una vez que ha sido judicialmente inhabilitado para ejercer el cargo, aunque la sentencia no sea firme. Está en su derecho a recurrirla, y nos parece bien que lo haga, pero habiendo ya un primer pronunciamiento de los tribunales debería apartarse de la alcaldía hasta que la causa se resuelva definitivamente en un sentido u otro.

Tampoco es moralmente aceptable que con los impuestos de esta casa se esté subvencionando a otros periódicos solo porque sirven a los intereses de Paulino Rivero, a pesar de que las empresas que los editan se han arruinado. Debería intervenir la Fiscalía Anticorrupción y averiguar cómo se sostienen esos periódicos.