EXISTE una gran diferencia entre entender y comprender. Es posible entender una frase pero no comprenderla. Por ejemplo, "lo obvio es invisible". Entender es percibir el significado de algo, aunque no se comprenda. Comprender es hacer propio lo que se entiende y actuar en consecuencia.

Comprender es tomar consciencia de algo. Integrarlo en uno mismo. Descubrirlo en su sentido profundo. La comprensión es un proceso de interiorización que culmina con estado de lucidez y clarividencia que nos permite pasar a la acción e, incluso, cuestionarnos por qué no lo hicimos antes. Es el "¡eureka!" de Arquímedes, es el "darse cuenta".

Muchas veces es mucho más fácil darnos cuenta a través de una experiencia. Arquímedes rebosó la tina y descubrió "el empuje hacia arriba igual al peso del volumen de agua desalojado". Las experiencias de los últimos meses quizás te hayan permitido "comprender" cosas que veníamos diciendo desde hace años.

Creo que los mensajes eran simples: hay que cambiar el modelo productivo canario; hay que modificar el modelo social; hay que internacionalizar la empresa, y para ello hay que cambiar la forma de gestionar las empresas, la forma de financiar los proyectos y la forma de invertir. No necesitamos subvenciones, necesitamos libertad. Hay que adquirir consciencia. España es un barco que se hunde y nos arrastra. Nadie va a venir a salvarnos, debemos salvarnos nosotros mismos. Hay que crear una alternativa política creíble. Hay que acabar con la corrupción. Hay que evitar la maldición de los recursos naturales con referencia al petróleo... Y todos estos cambios no se pueden llevar a cabo dentro de España, porque existe un conflicto de intereses que lo imposibilita. Lo bueno para España es malo para Canarias y viceversa.

Desde el año 2008 llevamos hablando de la crisis y proponiendo soluciones para Canarias. Hemos usado el blog, los libros y las conferencias. No tenemos que demostrar nada, porque el tiempo nos ha dado la razón en todo, tanto en el campo económico como en el campo político. Cuando empezamos a hablar de esto, la prima de riesgo estaba en 30 puntos; hoy está en 610.

Venimos diciendo desde hace años a empresas e instituciones que había que incrementar la competitividad, porque no se podía seguir viviendo del presupuesto público de un Estado camino de la bancarrota. Hoy, cuatro años más tarde, no se ha hecho absolutamente nada. Se ha continuado perdiendo el tiempo a costa de deteriorar considerablemente la situación económica y social. Muchos ya han cerrado y otros han perdido toda capacidad de maniobra. La inacción les ha salido carísima. La falta de liderazgo y de sentido de urgencia nos ha hecho perder años de un tiempo valiosísimo.

Hoy, todavía algunos se sorprenden y protestan por los recortes cuando venimos diciendo desde hace mucho tiempo que España solo tiene dos opciones: o devalúa su divisa y se sale del euro, o se va a tener que enfrentar a un periodo de ajuste muy largo que puede durar décadas, como en Japón.

Las palabras se entienden, te las hemos contado, pero la cuestión es de si realmente comprendiste lo que te queríamos decir. La comprensión es un proceso interno que depende de ti y no de mí.

Roger Casement -el protagonista histórico en cuya biografía se basa la novela "El sueño del celta"- tomó consciencia de la realidad colonial irlandesa al comprobar, a través de sus viajes al Congo Belga y al Perú, que los principios básicos del colonialismo eran los mismos y que solo variaba el grado de sofisticación. Cuando hablamos de tomar consciencia estamos hablando de comprender quiénes somos y cuál es nuestra realidad.

Comprender es interiorizar lo que se entiende y actuar congruentemente con ello. Es un proceso que nos permite pasar a la acción. Si no has actuado es porque no has comprendido o porque no has logrado superar tus miedos. Has preferido montarte una película en tu cabeza; llámala esperanza o llámala ilusión.

¿Existen soluciones? Sí. Yo te puedo ayudar a cambiar la forma en que financias, inviertes o diriges tus empresas, pero lo que no puedo hacer es tomar la decisión de dar el primer paso por ti. Ese impulso tiene que salir de ti. Si no has comprendido la necesidad de cambio y si no tienes sentido de urgencia, yo poco puedo hacer.