AYER, día 30 de julio, asistí como siempre, desde cuando reinaba su padre Hassan II, y hasta su muerte, a la conmemoración del decimotercer aniversario de la exaltación al trono de S. M. Mohamed VI; invitado como es habitual por el Consulado General del Reino de Marruecos en Canarias: esta vez, por el cónsul general adjunto, Abderrahin Mouzayane, y esposa.

Al cóctel multitudinario servido en la Terraza Albatros del Club Las Palmas Golf asistieron, como es preceptivo en el mundo diplomático, las distintas autoridades civiles y militares y el honorable Cuerpo Consular acreditado en Canarias, así como una amplia representación de la colonia marroquí y lo más representativo de la sociedad grancanaria. Fue una velada espléndida, donde pude confraternizar y cambiar impresiones con diversos empresarios muy interesados en invertir en Marruecos y contribuir en gran medida a la consolidación de ese gran objetivo en el que estoy volcado ahora mismo: que Canarias participe decididamente en el desarrollo integral del suroeste del vecino país, con el que debemos mantener, reitero una vez más, unas excelentes relaciones de amistad y cooperación beneficiosas para las partes. Máxime ahora, cuando la grave crisis económica y la falta de expectativas obliga a la clase empresarial canaria a buscar nuevas oportunidades de negocio en otros escenarios; y nada mejor que en un país cercano, en vías de desarrollo y en pleno auge y con un gran potencial, como es el caso de Marruecos.

Recuerdo con nostalgia la primera Fiesta del Trono a la que tuve la oportunidad de asistir en el año 1985 en Marrakech, invitado por el Gobierno de entonces en calidad de presidente-promotor de la Asociación de Amistad y Cooperación Canario-Marroquí. Desde la repleta tribuna de invitados pude contemplar de cerca aquella ceremonia cuasi medieval, por lo ancestral del ceremonial, lo que demuestra de forma fehaciente el pasado milenario -doce siglos- del Reino de Marruecos. Y al extinto rey Hassan II montado en un espléndido caballo blanco de raza árabe, presidiendo el cortejo real compuesto por las autoridades y representaciones de todos los poderes del Estado. Allí empecé a conocer Marruecos y a imaginarlo como un país con gran futuro, como así es.

En esta ocasión, la Fiesta del Trono ha coincidido en pleno Ramadán, la fiesta religiosa y de ayuno de millones de musulmanes en todo el mundo, que en Canarias tiene especial incidencia, dada la numerosa colonia de marroquíes afincados en esta tierra. Así que, aprovechando esta circunstancia, quiero referirme a esta fiesta y a su celebración en nuestro Archipiélago, donde es seguida por unos 37.000 marroquíes residentes en las diferentes Islas, sin contar con los de otras nacionalidades. Según la entidad Hispáfrica (Cooperación y RSE Canarias-Norte de África), "el intenso consumo durante el mes del Ramadán en Canarias beneficia a las industrias y comerciantes canarios". Los datos proporcionados por esa institución son bastante ilustrativos: los cerca de 58.000 musulmanes de Canarias gastarán más de 19 millones de euros en compras intensivas en los comercios de las Islas durante el periodo del Ramadán, que se inició el pasado viernes día 20 de julio y finaliza el domingo 19 de agosto. Hay que destacar que en Canarias residen aproximadamente 37.000 personas originarias de Marruecos, nacionalidad mayoritaria en todo el Archipiélago. El gasto en este periodo sagrado de los musulmanes es de 327,5 euros por persona, unos 11,2 euros por persona y día. A todo ello hay que añadir que las previsiones de viaje a su lugar de origen son menores por la crisis y, por tanto, el gasto se concentra en el territorio canario.

De acuerdo con el Monitor de Economía del Magreb de Hispáfrica, grupo interno de análisis formado por expertos en comercio internacional y cooperación económica, los resultados de las encuestas de gasto, el volumen de venta y el perfil de los musulmanes en el mes sagrado del Ramadán originan un incremento de consumo importante que beneficia, en especial, al pequeño comercio insular, porque se trata de compras intensivas durante todo el periodo. El presidente de esta organización, Oscar Ovejero, muy vinculado de siempre a África, destaca que el pequeño comercio debe sumarse al mercado que genera el Ramadán, porque "no todas las familias pueden ir todos los días a hipermercados o establecimientos de descuento duro a abastecerse, que es la teoría general". Además del consumo de otros alimentos diferentes de los tradicionales que se adquieren en el Ramadán, también aumenta la venta de productos halal y tradicionales, "y se observa, por años anteriores, que otros productos se consumen en exceso, como los refrescos y quesos fundidos, entre otros", destaca Ovejero. Estos derivados de la leche son muy populares, ya que se utilizan para preparar los alimentos de alto consumo. Los refrescos y bebidas de fruta incrementan sus ventas, mayoritariamente en núcleos poblacionales donde residen musulmanes por razones laborales. Y, en este sentido, hay industrias canarias que se han adaptado a este mercado ofreciendo desde sopas tradicionales a condimentos o productos preparados. También aumenta el gasto en telecomunicaciones y el sector textil.

Es significativo, asimismo, reseñar que la actividad laboral impide a los jóvenes del Norte de África pasar mucho tiempo cocinando y optan por comprar comidas preparadas. En Canarias, el público joven también aumenta el consumo en este periodo de productos tales como yogur, chocolate, productos cárnicos, frutos secos y repostería entre otros. De acuerdo con los datos facilitados por Hispáfrica, contrastados con agencias de viajes y aerolíneas que operan desde Canarias, la liberalización del mercado laboral en España originará este año 2012 que la mayor parte de los musulmanes que residen en el Archipiélago hayan decidido permanecer en Canarias durante este Ramadán y no viajar, en su inmensa mayoría.

En otro orden de cosas, y para saber su incidencia en la economía de las Islas, es importante conocer que los bazares de Marruecos en Canarias mueven alrededor de 780 millones de euros en la economía real. En efecto, la economía real de los bazares y tiendas de ciudadanos procedentes de Marruecos en Canarias mueve cada año del orden de 780 millones de euros en los más de 1.400 bazares que hay en el Archipiélago regentados por marroquíes. Estas cifras no incluyen los negocios vinculados con la restauración regentados también por marroquíes.

De acuerdo con el citado Monitor de Economía del Magreb, en las Islas existen mil tiendas de artículos que incluyen desde alimentación a prendas de vestir elaborados en cuero o electrónica de consumo. Estos empresarios de bazares importan cada año para vender en sus comercios prendas y complementos de cuero procedentes de Marruecos por valor de 273 millones de euros, 90 millones de euros en prendas de vestir de punto y casi 54 millones de euros en calzado. Estos datos se derivan de cruzar los existentes en Aduanas (AEAT), Cámaras de Comercio y encuestas de gastos en bazares regentados por marroquíes en Canarias.

Los 1.400 bazares de marroquíes en las Islas originaron que el pasado año 2011 el número de empleos generados fuese de 8.000 personas. El crecimiento turístico de Canarias, que tuvo en 2011 su máximo exponente desde 2002, originó precisamente que no decayeran las ventas en este tipo de establecimientos. De hecho, el empleo entre nacionales marroquíes creció en Canarias en 2011.

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