Si don Mariano no se espabila y sigue cerrando los ojos a la realidad, posiblemente no se comerá el turrón en la Moncloa.

A mi modesto juicio, una de las mayores meteduras de pata del Sr. Rajoy es no haber bajado los impuestos para poder reactivar la economía. No solo ha subido el IRPF, sino también el IVA. Y por si fuera poco, encima quita la paga extra de Navidad, siendo un ataque directo a la clase trabajadora y repercutiendo en las familias más modestas.

Don Mariano ha mentido a sus votantes, pues afirmó en su campaña para la presidencia que nunca subiría los impuestos para conseguir una economía estable. Sin embargo, ha hecho todo lo contrario. Ha atacado a la clase obrera sin miramiento, siendo esto un bumerán que desacredita su mandato, con consecuencias funestas. Y el Sr. Rubalcaba, frotándose las manos al ver la ineficacia de esta persona. Así que en el pecado va la penitencia, pero para el ciudadano de a pie.

No quiero pensar lo que nos espera con este hombre indiferente a la realidad, viviendo el síndrome de la Moncloa como droga del poder y poco menos que endiosado en su pedestal de presidente. Claro, con tantos años de espera y ansias de poder, ha terminado como está. Dormido en los laureles, como ya indiqué en otro escrito.

Juan de la Rosa González

La escultura del Padre Anchieta y el deseo

La escultura del Padre Anchieta, tanto por lo que representa como por su valor, realizada por el galardonado escultor brasileño Bruno Giorgi, y quizás la mejor escultura al aire libre que existe en Tenerife, junto al "Guerrero de Goslar", de Henry Moore, ha sido recordada por el periodista Domingo Barbuzano como eco de la preocupación que existe en La Laguna por el estado en que se encuentra en la glorieta de su nombre (EL DÍA, 12/08/2012). Esta inquietud, me atrevo a interpretarla así, no se refiere solo a la representación material del humanista universal José de Anchieta; creo que es un sentir más profundo, un deseo colectivo por disipar la niebla que misteriosamente envuelve su memoria.

La magnífica escultura de Giorgi es un homenaje sin par y generoso de Brasil a La Laguna con sentido agradecimiento a la ciudad que lo vio nacer en 1534. Su instalación, en 1960, revistió caracteres de acontecimiento de amplia resonancia social, pero con el tiempo esa señal se ha ido debilitando tanto que cuesta esfuerzos percibirla. Entendemos que lo que se está reclamando no es otra cosa que la recuperación de la memoria del gran hombre representado magistralmente por el escultor brasileño. Anchieta, al que vemos como el hombre valiente entregado ejemplarmente en cuerpo y vida a los demás, cuyo destino "era andar, andar, andar. Ora em caminho do mar, ora pra dentro da terra", como lo sintió el poeta Cassiano Ricardo en 1987.

La obra de Anchieta es muy grande y valiosa. Permanece como monumento imperecedero en la mente y corazones de los humanos que fueron alcanzados por su beneficio, los de tiempos antiguos y los de ahora. También se encuentra en su obra escrita, en cuya actualización destaca el brillante trabajo que se ha venido realizando en La Laguna, Coimbra y Sao Paulo. La huella del camino vital de Anchieta por La Laguna se perpetúa en las piedras de la casa familiar o en el acta de bautismo; también en la trascendida escultura de Giorgi de cabeza juvenil, descalzo y grandes pies que representan su gran andadura, de manos generosas que sostienen el cayado en el que se ayuda, todo un símbolo.

Las voces que se han oído de nuevo en La Laguna recogidas en el mencionado artículo son una vez más la solicitud ciudadana de que no se postergue ni un día más todo el proyecto anchietano de La Laguna, que, una y otra vez, sufre el deterioro de una inexplicable carencia de sensibilidad institucional evidenciada por los hechos.

Leandro Trujillo Casañas