ALGUIEN, hace poco, se le fue el baifo con el importante asunto de la Red Transeuropea de Transporte al quedar Tenerife, por el momento, fuera de los beneficios que la Unión Europea contempla y que podría afectar a las conexiones aéreas y portuarias con nuestra isla. Es difícil entender cómo nuestros políticos, todos, han permitido que el futuro pueda pasar de largo por Tenerife y, sin embargo, en la isla de Gran Canaria han caminado bien despiertos para incorporarse al nodo de conexiones, cuando lo deseable lo marcaría el modelo binodal, es decir, aquí y allí. No es este un tema baladí, ni mucho menos. Lo extraño es que no se haya hablado y escrito suficientemente sobre el mismo, teniendo en cuenta que se barajan 50.000 millones de euros a invertir hasta 2050, de los cuales nada menos que 32.000 serán dedicados al transporte. No queda mucho tiempo para realizar los contactos precisos, ya que a finales del próximo septiembre se tomarán las decisiones para organizar los puntos donde irá a parar la elevada inversión. Insistimos: hasta ahora, la única infraestructura prevista en Canarias es el puerto de La Luz y de Las Palmas.

Uno de los políticos eficaces de Tenerife, tal vez de Canarias, es Carlos Alonso. Si nos atenemos a su trayectoria, poco vinculada a la poltrona y sí a su interés por problemas insulares (es vicepresidente y consejero de Turismo del Cabildo), es de las pocas personas que se ha preocupado por estar en

Bruselas, intranquila, por la vital cuestión de la Red. A pesar de las críticas recibidas desde la oposición (la oposición canaria en Europa ha estado ocupadísima en negarse a viajar en clase turista y a que le respeten dietas y salarios), Alonso estuvo hace poco en la capital comunitaria para informar a los parlamentarios sobre la necesidad de que Tenerife sea incluida como nodo, exponiendo una serie de informes y explicando lo que es un conjunto isla-ciudad, con datos de población y movimiento en puertos y aeropuertos. Carlos Alonso escribió en nuestro periódico un artículo-informe sobre la situación. Es saludable y necesario conocer solo algunos datos vertidos en él por el político tinerfeño y que, incomprensiblemente, sitúan a Gran Canaria, solo a Gran Canaria, como el único punto nodo.

Afirma el vicepresidente insular que los aeropuertos de Tenerife figuran en el quinto lugar de toda España, por delante del de Gran Canaria, así como en el tráfico de pasajeros, superándolo en dos millones; las conexiones directas con el exterior suman 143 destinos, lo que conlleva una excelente conectividad para los residentes y visitantes. Canarias es la primera comunidad autónoma en exportaciones a Mauritania y Cabo Verde, y se realizan cuarenta y dos transacciones de los cincuenta y cuatro países africanos. Son negocios de la gente de la Isla que están funcionando desde hace años. La Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife se ha pronunciado también creando la plataforma #TfseMueve (se apuntan todos

ahora), advirtiendo que estas oportunidades se pueden ir al garete. Lo que hoy le sucede al presidente Rajoy con Europa (no toma resoluciones unilateralmente) puede trasladarse a nuestro Archipiélago, donde las decisiones se administren desde unos despachos alejados del Chicharro. Si Tenerife no forma parte de la Red, la Isla se verá amenazada por el aumento imparable en el precio de los productos que se consumen a diario y en los billetes de avión, con lo cual el sector turístico también quedará tocado gravemente.

Lo que ha llamado la atención es que, por fin, la Universidad de La Laguna se implique, a través de su rector, Eduardo Doménech, en este espinoso tema al manifestar: “Esta exclusión afectaría a que las Islas sean un referente geoestratégico tricontinental, convirtiéndose en el centro atlántico como catalizador de talento y de proyectos docentes, de investigación, de innovación y transferencia para el eje EuropaÁfrica-Latinoamérica”.

La plataforma #TfseMueve, reiteramos, viene desarrollando una campaña para captar el apoyo de los tinerfeños. Los lectores interesados en secundar esta iniciativa pueden adherirse en eldia.es.

Si nos quedamos fuera de esa Red, que contempla mejoras a realizar en aeropuertos, puertos, sistemas de gestión de tráfico, carreteras, transporte combinado, gestión de cargas y todo lo relacionado con el tráfico rápido internacional, el objetivo quedará difuminado y Tenerife se convertirá en una isla dependiente de lo que se decida en otro sitio. Malo.