LA GOMERA ha despertado amenazante y razonablemente indignada por el trato que, en trances difíciles y realmente críticos como los actuales, ha recibido la Isla de las administraciones estatales, autonómicas y hasta provinciales cuando los gomeros son víctimas de un trato tan despreocupado y hasta verdaderamente canallesco que no merece la Isla, siempre desasistida, abandonada, olvidada y realmente despreciada por las administraciones nacionales, regionales y hasta, a veces, locales, como servicios de bomberos, a los que se recorta y reduce por parte de la corporación insular de la que dependen, como es el Cabildo de Tenerife. Aunque aquí la marca, tal y como se dice en lenguaje deportivo, la ostentan el Gobierno de Canarias y su inepto presidente, el cual fue el autor de bajar el peligro destructivo de las llamas, que dio lugar a la retirada de medios de extinción, para que el incendio rebrotara cuando estaba en vías de extinción.

Esto y, al parecer, fallos de coordinación y otros incumplimientos reglamentarios es lo que se propone determinar la comisión de investigación de lo ocurrido, que designará el Parlamento de Canarias.

Adelantándose a la reunión parlamentaria, en San Sebastián de La Gomera unas tres mil personas se echaron a la calle el pasado domingo para exigir a las autoridades que aclaren la gestión política del incendio. Convocó esta manifestación el grupo "La Gomera se mueve", y dicen que batió todos los récords de participación. La calle se llenó de pancartas reclamando a las autoridades insulares, regionales y estatales que se depuren responsabilidades y se ayude de forma decidida a los que han perdido o han visto dañadas sus propiedades. El pueblo quiere saber la gestión de los medios empleados en el siniestro, así como las faltas de coordinación en quienes rigieron y coordinaron las acciones de extinción llevadas a cabo con los medios que la mayoría considera escasos y, especialmente, mal empleados.