El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, intuye que el presidente del Gobierno "también" va a engañar a los españoles con la subida a 450 euros de las ayudas a parados dentro del programa Prepara, por lo que advierte de que habrá que "estar muy atentos".

El Sr. Rubalcaba y sus acólitos, si tuvieran un poco de vergüenza, tendrían que irse a un convento de frailes cartujos para que le enseñaran a estar callados. Su lengua viperina suelta y suelta, y a la verdad, que a veces no entiendo lo que quiere decir, porque cae en las más absurdas contradicciones.

Ha estado valiéndose de los 400 euros a los que se les ha acabado el paro, como pólvora para atacar a Rajoy, y ahora como se ha quedado sin esta arma arrojadiza, se saca de la manga que los 450 euros son un engaño a los españoles. ¿Se puede imaginar un disparate y una contradicción mayor? Si no se aprueban los 400 euros, malo, y como se han aprobado, también malo. Quien te entienda que te compre. Claro, ingenuo de mí, no pretendo ni más ni menos que entender la política, tratando de pasarla por el tamiz de la lógica, la política no conoce ese camino. Pero es que para más inri, el otro día salía colgándose la medalla de que gracias a la presión ejercida por él y los suyos se iba a aprobar de nuevo esta ayuda social. Esto no hay quien lo entienda.

Los españoles estamos hartos de partidismos y de luchas de desgaste entre los que gobiernan y la oposición. Queremos otras formas de hacer política más eficaces, que tengan como finalidad el buen gobierno y la eficacia de sus acciones. Sobran todos los políticos que no contribuyen a esta labor, sean del color que sean; no queremos políticos "profesionales", sino gobernantes eficientes y, sobre todo, buenos administradores. Nos sobran todos los portavoces que ante cualquier decisión del Gobierno salen desaprobando, por sistema, las decisiones tomadas; para ellos todo está mal. Los españoles los tomamos por gente sin criterio objetivo, por fanáticos de su posicionamiento y, por tanto, no merecedores de crédito alguno, y nos lamentamos de que tengamos que pagar con nuestro dinero semejantes personajes que no contribuyen para nada a la gobernabilidad de la nación. Queremos una política moderna, que vaya directamente al grano y que se deje de tantas formas trasnochadas y de tantos puestos innecesarios.

Juan Rosales Jurado

(Los Realejos)

El incendio de Garajonay

Si un español del estilo del alcalde de Toreno, en la provincia de León, es decir, tan ignorante como este, hubiese visto el programa de Televisión Española sobre el incendio de La Gomera, habría pensado que la Isla es española y no canaria, pues resultó que el director del Parque es un gallego, que a pesar de ser agosto, época de gran riesgo de incendios, se encontraba de vacaciones. El director de extinción de incendios del Cabildo, el jefe de la Unidad Militar de Emergencias, el médico y un miembro del Seprona que aparecían en el reportaje tenían un denominador común: todos eran españoles, ninguno era canario.

Por mi parte, recordé la teoría de los sociólogos Aniano Hernández y Juan del Río, que mantienen que hay multitud de puestos de trabajo que el canario rechaza (dicho esto en tono jocoso).

Los hechos han sido tan graves que habría que depurar responsabilidades, empezando por destituir al director del Parque, el gallego, y obligar al presidente del Cabildo, Sr. Curbelo, a presentar su dimisión, dada la ineptitud que mostró en todo momento.

Antonio Artiles