ESPAÑA entera no ha tenido tiempo de reaccionar ante la contundencia de la petición por parte de Cataluña de su independencia del Estado español y su constitución en nuevo país europeo, como quedó bien patente en la manifestación con motivo de la Diada catalana, que reunió a más de un millón de personas.

Aunque Cataluña siempre ha tenido en mente la separación del resto de la Península y su constitución como nación independiente dentro de España, la decisión definitiva de los catalanes ha dejado en la gente mucho asombro y mucha duda, porque, además de la forma en que el Gobierno central acepte o no la petición de los catalanes, por un lado, Cataluña tiene que organizarse como nación y el Gobierno, que es el del Partido Popular de Mariano Rajoy, tiene que aceptar, que eso aún no se sabe, y efectuar las correspondientes reformas para completar la adaptación al nuevo estatus, si se llega a ello, que es otro trámite fundamental que no sé cuándo vendrá y cómo se hará, porque nunca he asistido ni conocido un cambio como el que se espera.

Pero como los lectores quieren tener más información y detalles de lo ocurrido en Barcelona y sus probables reacciones, razones y probables consecuencias que tienen necesariamente que producirse, remitimos al lector al editorial de nuestro director, que detalladamente explica el nuevo y sorprendente tema en el número de este diario correspondiente al jueves de esta semana.

Cataluña ha reclamado y exigido lo que pedirán otras muchas provincias, entre ellas las dos de Canarias. Los partidos nacionalistas, informa este diario en su número del miércoles, piden a Madrid, por medio de la presidenta del Parlament, Nuria Gaspart, que la clase política ha escuchado el clamor que ha expresado la numerosa ciudadanía catalana que no está de acuerdo con el trato económico y político que recibe de las administraciones españolas y le advierte al Estado "que tome nota" y, por su lado, el portavoz de la Comisión Europea, Óliver Baylly, se dirigió a los organizadores de la manifestación expresándoles su felicitación.

Es evidente que la llamada de atención que ha significado esta significativa protesta implica nuevas peticiones de los catalanes al Gobierno de España como lo harán otras provincias y colectivos de varias regiones del país, entre ellos, como se anuncia desde tiempo atrás, los de Canarias. Cataluña ha pisado fuerte y contundentemente en su primer paso y el resto del país no va a dejarla sola. Ya se hace insoportable el expolio de medios a provincias y regiones a los que añade el Gobierno su política de recortes, que termina con los pocos recursos que restan y crea situaciones insostenibles.