1.- Se muere Carrillo, se suelta el moño el rey con una carta que cabrea a los catalanes, le da puertas Rajoy a Artur Mas, se mosquean con sus dirigentes los empresarios catalanes, que ven cómo se podría chafar su mercado natural, que es España. No se puede pedir más, desocupados lectores, en sólo siete días. No sé, yo no he parado porque, además, no me da tiempo a leer -y a asimilar- todo lo que quiero. Veo que reponen, y me parece bien, en la Autonómica, el programa que presenté en su día "Memoria de un Archipiélago", que es un pedazo de espacio de recuerdos. Y me trae a la memoria muy buenos ratos de la grabación. Estuve hablando y entrevistando a Milagros Pérez León, alcaldesa de Santa Úrsula, que anda muy cabreada con los disidentes. Chiquillaje, creo yo. Muy jóvenes e inexpertos, que sin embargo ya deberían saber lo que es la fidelidad a un partido y a su alcaldesa. Milagros está guapa y firme, dos buenas cualidades. No está acostumbrada a los piropos y cuando le suelto alguno se echa para atrás. Una mujer inteligente la alcaldesa, que ha tenido lo que hay que tener para no dejarse achantar por el personal. Celebra ahora Santa Úrsula sus fiestas patronales, bajo la advocación de la santa que da nombre al pueblo y de la Virgen del Rosario, patrona de todas las Charos. Se ha reducido al máximo el presupuesto y habrá menos voladores. Cartas de don José María Segovia, que me felicita por la ternura de un artículo sobre los jubiletas que escribí el otro día. A mí también me gustó el protagonista de la historia de este artículo, titulado "Ella no me pone hora de llegada". La historia de un jubileta al que conocí mirando por el agujero de la valla de una obra. En otra misiva, don José María me recrimina que yo sea forofo del Irreal Madrid, porque él es colchonero. Incluso creo que entrenó con el Atlético de Madrid. Carta de Helena Somervalli, una lectora habitual de esta sección. Se refería a mi artículo sobre la austeridad del presidente de Finlandia (bueno, primer ministro), Jyrki Katainen, porque el presidente del país es Sauli Niinistö. Vino Katainen a Madrid, como ya les conté aquí con un séquito de cinco personas (dos de ellos policías), un secretario de estado, un secretario y un jefe de prensa. Y viajando en turista, en un vuelo regular. Igualito que los nuestros. Helena, que es finlandesa, me dice: "Mi país natal recibe mucha admiración por parte de quienes lo visitan, pero peso internacional no tiene para nada, lamentablemente; "un país insignificante" fue un comentario de un artículo sobre las bondades de Finlandia, entre las cuales se citaban su alto poder adquisitivo, sus bajas tasas de paro, su calificación crediticia AAA y un déficit fiscal de menos del 3%. Muchos países, entre ellos España, podrían aprender mucho de esta nación insignificante". Completamente de acuerdo con tu comentario, amiga.

2.- No todo el mundo en el PP se lleva bien, aunque lo disimule. Reticencias para nombrar a Ignacio González presidente de la Comunidad de Madrid, pero la decisión estaba tomada por Esperanza Aguirre, que recibirá la Medalla de Oro de la comunidad que gobernó con tanto acierto. Absolutamente justa. Ya saben que Soria la ha fichado para Promotur, porque ella es funcionaria de Turismo, y no de Educación, como se ha dicho. Se ve que Soria está al loro. Una gran decisión. Tengo que volver a Madrid dentro de unos días, con mejores noticias familiares, menos mal. Qué pedazo de artista es Alicia Lecuona: hace unas meninas personalizadas, con fondos que ella misma crea de distintas épocas de los siglos XIX y XX realmente bellísimas. Se echa de menos ya un libro con su obra. Su marido, Tony Bello -cené con ambos en "La Cazuela"- se ha convertido en un repostero de postín, especializado en el postre "María Victoria". Son las ventajas de los jubiletas, que como no tenemos nada que hacer nos esmeramos en los hobbies. Alicia prepara un libro de recetas, pero el truco de las recetas -al menos esto se hacía en La Orotava- es que se las pasaban de una familia a otra, pero equivocadas, para que nadie que no fuera de confianza se pudiera lucir con la fórmula original. Y aquello se convirtió en una gastronomía al revés. Qué bonito, una gastronomía al revés.

3.- Ustedes lo habrán leído ayer, en esta misma columna. Qué feo que unos empresarios se reúnan para poner a parir a otros. Lo que nos va a tumbar definitivamente es la envidia, el pecado nacional, que dijo Guillermo Díaz-Plaja. Admiro a los norteamericanos por su aversión a la envidia y por su afán de superación. Y por su admiración por los que llegan alto. Y por su rendición ante los creadores. Y por su amplitud de miras. En España ocurre todo lo contrario. Hay que cortar las patas a los que triunfan. Y si han triunfado trabajando y sacrificándose es preciso ajusticiarlos. Hace un siglo que no veo a Miguel Zerolo, parece como si se lo hubiera tragado la tierra. Y no será por su trabajo en el Senado porque en el Senado no trabaja nadie. Está bien eso que llaman ahora el perfil bajo, pero tanto no, hombre. Ahora me llamará y me dirá que la culpa es mía por no llamarlo. Es su truco de siempre. Sí he hablado con Antonio Alarcó sobre temas de salud, pero no lo he visto. Y tengo una comida pendiente con Fernando Fernández y con Paco Padrón para hablar de lo divino y de lo humano. Y esto es lo que hay. Ah, me encanta el pulpo tierno del "10%", La Matanza, a donde fui a parar con Juan-Manuel García Ramos, Aurelio González y Carlos Díaz-Bertrana. 20 euros por cabeza. Un amigo me invitó, el viernes, a consumir una botella de "Buchanan´s" de 18 años, arriba, en los altos. Ya saben que no se consigue en España. Esta vino de Venezuela, donde se beben como agua las botellas de un whisky muy especial. Por cierto, Venezuela. Chávez aventaja en 14 puntos a Capriles. Va a ganar el sátrapa y no se sabe lo que va a hacer con el país. Venezuela puede estallar en un baño de sangre, Dios no lo quiera. Sé de mucha gente que no votará porque ha salido de Venezuela, por si acaso. He vivido en Caracas la noche electoral de la última vez que el difunto Carlos Andrés salió elegido. Pero eran otros tiempos. Yo era más joven y tenía más ilusión en esto del periodismo. Ahora estoy más quemado que la pipa de un indio, así que no me arriesgaría por nada del mundo. Con la televisión globalizada ya no hace falta. La pongo y me entero de lo que pasa, al minuto y a miles de kilómetros de distancia. Que ustedes pasen un buen domingo, si es posible.

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