COMO ya he dicho en alguna otra ocasión, "los grandes retos de la humanidad para el siglo XXI serán la eclosión de los nacionalismos, como consecuencia de la cohesión artificial de los Estados, y ahí están los ejemplos de desintegración de la extinta URSS y de la ex Yugoslavia (y de la misma España, que lleva el mismo camino); y la obtención y posesión del oro blanco, el agua (H2O)". Esas fueron, entre otras, las resoluciones de una conferencia internacional celebrada en el año 2000 en Budapest (Hungría), a la que tuve la oportunidad de asistir invitado por la UNESCO, dada mi condición entonces de director general de la Corporación Canarias para el Desarrollo y Cooperación Internacional (transferencia de tecnología integral del agua y de energías alternativas: eólica, solar térmica y solar fotovoltáica), y a la que concurrieron numerosos países de la comunidad internacional, politólogos, analistas de la prospectiva mundial, internacionalistas etcétera.

¡Y como si hubiera sido una premonición, así está sucediendo! Y Canarias, Archipiélago africano y colonia española desde hace seis siglos, no podía ser una excepción. Haciendo abstracción del "nacionalismo canario", que no es el caso ahora, si vemos efectivamente que desde la apropiación de nuestros acuíferos por el Estado español (recuérdese la denominación de "aguatenientes" acuñada por el desaparecido Fernando Sagaseta, referida a los propietarios de pozos y galerías, que especulaban con un bien público tan preciado, por lo escaso) hasta ahora, el agua ha sido siempre un elemento más de transacción comercial y especulación. Que para colmo, y según han advertido días pasados empresas del sector, "el líquido elemento subirá a precios de oro". Así se han manifestado los operadores del sector del agua en Canarias, que coinciden en señalar que si el Estado español no corrige su previsión y mantiene su decisión de no subvencionar la desalación de agua de mar en las islas por ósmosis inversa, el agua de abasto se pondrá a "precio de oro". Un precio que según ACEGUA, pagarán los consumidores porque esta ayuda no se ofrece a las empresas de gestión sino que repercute en los usuarios.

En efecto, la Asociación de Empresas del Agua en Canarias (ACEGUA), que agrupa al 100 % del sector, ha señalado que la decisión del Ejecutivo de Mariano Rajoy recaerá directamente en el recibo del agua que pagan los ciudadanos porque esa subvención al agua de abasto "no es para las empresas, sino para finalistas, es decir, para los consumidores". Según las previsiones del sector, "si ahora el precio del agua es superior en las islas que en España, la tarifa a partir de ahora será muy superior". La Asociación, sin embargo, no dispone aún de datos para detallar el incremento que subirá la factura del agua, ya que, indican fuentes de ACEGUA, dependerá del volumen del que se trate. Actualmente, el coste de un metro cúbico de agua en Canarias ronda los dos euros, mientras que en las regiones autónomas españolas es de alrededor de 1,20 euros. "No hay duda", señalan las citadas fuentes "que esa diferencia se incrementará de forma exponencial" cuando en 2013 no haya ayuda del Estado español a la desalación de agua en la colonia. ¡¡Está claro que España sigue saqueando nuestros recursos!!, y se niega sistemáticamente a que levantemos cabeza: cuando no es una cosa es otra. El caso es que sigamos siendo dependientes en todo, mientras la Hacienda española se lleva la pasta, y ningún partido de los que se autodenominan "nacionalistas" defiende nuestros intereses. ¿Tiene alguien alguna duda, como ya he denunciado en infinidad de ocasiones, de la canallesca e infame indefensión político-jurídica en la que está inmersa Canarias?

Para cubrir el coste total de la gestión del agua, ACEGUA entiende que habría que volver a la subvención ofrecida por primera vez por el Gobierno español a las islas con este fin, en 1985, y que ascendía a 0,45 céntimos por metro cúbico. En estos momentos la ayuda alcanza a los 0,12 céntimos por metro cúbico y, a partir de 2013, si no se revisa ese concepto en los Presupuestos Generales del Estado español, será de cero euros.

Por otro lado, y mientras se elimina para Canarias la subvención al tratamiento del agua, dichos Presupuestos Generales mantienen para el ejercicio de 2013 la subvención para la desalación en las llamadas eufemísticamente "ciudades autónomas" de Ceuta y Melilla (colonias españolas en suelo marroquí) por una cantidad total de nueve millones de euros, según recoge el proyecto de ley aprobado hace dos semanas por el Gobierno español; lo que constituye, sin paliativos, un intolerable agravio comparativo imposible de asumir.

La subvención que el Gobierno de España concedió a la desalación y potabilización del agua en los Presupuestos Generales para Canarias en el actual ejercicio de 2012 fue de 4,5 millones de euros. Sin embargo, esta partida aún no se ha pagado, ¡lo que es absolutamente escandaloso! y, de momento, el coste de producción de agua ha sido asumida por los diferentes operadores. En este sentido, el Gobierno de Canarias ha reclamado al Estado español que revise su decisión de eliminar en el proyecto de ley de Presupuestos Generales para el próximo año 2013 las ayudas a la desalación en las islas, ya que, "se condenará al pueblo canario y foráneos, y a los turistas que nos visitan a comprar agua embotellada".

El director general de Industria del Ejecutivo autonómico, Juan Antonio León, ha pedido a Madrid que rectifique y vuelva a incluir en los Presupuestos del Estado la partida presupuestaria destinada a la subvención a las potabilizadoras, para que los precios del agua no se disparen en nuestro Archipiélago.

Y a la vista de este nuevo despropósito, la pregunta que debemos formularnos los canarios es obvia: ¿tiene algo que ver la eliminación de las ayudas, con el negocio que tienen montado en este mercado cautivo las embotelladoras españolas de agua que operan en Canarias?

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