EN UN PAÍS de insensatos y una notable abundancia de majaretas, aunque muchos se lo hacen para no desentonar, no es difícil encontrarse, de buenas a primeras, con algo que es obra de los supuestos especialistas, que fallan lastimosamente, gastan, encima, mucho más de lo debido, cuando no sobra el dinero sino todo lo contrario y, al final, ahí te queda eso.

Me refiero, concretamente, a una obra que afecta al puerto de Santa Cruz de Tenerife y es fundamental por su uso y desarrollo, porque es la vía de circulación principal que comunica entre sí distintas partes fundamentales del dispositivo portuario donde están situados los distintos servicios y garantiza, la mayoría de las veces, el transporte de carga, bien de la desembarcada, bien de las mercancías que hay que trasladar desde la ciudad o desde un punto del interior de la isla a los barcos para que la carguen.

Para facilitar ese transporte y para utilizar la vía como una carretera que conduce a los diferentes puntos de los muelles, el ingeniero director del puerto trazó y construyó la avenida que hoy comunica el centro comercial de la ciudad de Santa Cruz, con los muelles de las diferentes dársenas del puerto, que son la Comercial, o principal, que abarca todo el dique-muelle Sur, el muelle de Ribera sobre la costa que forma la ciudad por el lado costero de ésta, la dársena de Los Llanos y la dársena Pesquera, además de otros muelles menores más al norte de la pesquera. Cuando se construyó el puerto con el muelle Norte y la dársena del Este, el último, que arranca de la costa norte, quedó por construir la que luego se llamó avenida de Anaga, aunque este nombre se lo dio el pueblo, y más tarde se llamó de Francisco La Roche, un antiguo presidente del Cabildo Insular, aunque los santacruceros siguieron llamándola avenida de Anaga. El nombre de La Roche fue objeto de polémica porque el pueblo de Santa Cruz era partidario de que llevara el nombre del ingeniero director de las obras de la avenida y de todo el puerto, don Miguel Pintor, quien también trazó y realizó la última dársena construida en el puerto, que fue la de Los Llanos, en la costa sur de la población.

Pues bien, aunque no es una buena noticia por lo que tiene de negativa, el Gobierno de Canarias, cuyo presidente es Paulino Rivero, ha dispuesto que se realice una vía a lo largo de la avenida de Anaga, que actualmente no hace ninguna falta porque la comunicación está asegurada por la vía y obligará a cerrar muchos comercios instalados en la tal avenida actual. Y como para efectuar esta avenida litoral sin tocar la de Anaga la inversión en la Vía Litoral no permitirá que en Isla se lleve a cabo el ya trazado, desde hace tiempo, anillo insular de carreteras pendientes de construir, que circunvalará toda la isla de Tenerife y el resultado ya se puede esperar por mandato del presidente Rivero.

No habrá carretera de circunvalación de Tenerife pero sí comunicación con una zona portuaria ya comunicada que no la necesita.